El nuevo templo de San Luis se abarrotaba para celebrar el funeral de su párroco, D. José Antonio Felices Álvarez. El obispo diocesano y casi 100 sacerdotes y diáconos (algunos sacerdotes amigos venidos de diócesis vecinas), el seminario y cientos de fieles quisieron dar gracias a Dios por la vida y ministerio de D. Antonio, en éste su paso definitivo. El obispo en su homilía alentaba en la esperanza de la fe en Cristo Resucitado.
Al acabar la Misa, el cuerpo fue llevado, como es tradición, a hombros de los sacerdotes mientras sonaba un emotivo aplauso por toda una vida entregada a la Iglesia, especialmente a los más pobres. A continuación ofrecemos su perfil biográfico realizado por el Vicario del clero, D. Manuel Pozo Oller.
RVDO. D. JOSÉ ANTONIO FELICES ÁLVAREZ
Nació el día cinco de enero de 1943 en la villa de Pechina (Almería). A la edad de 11 años ingresó en el Seminario Menor de la Inmaculada y llegado el momento completó su formación académica en filosofía y teología en el Seminario Mayor de San Indalecio. Fue ordenado presbítero por el obispo diocesano Mons. Ángel Suquía Goicoechea, el día dos de septiembre de 1966, en la Iglesia parroquial de san Pio X, sita en el barrio almeriense de El Zapillo. El pasado año celebró sus Bodas de Oro sacerdotales.
Comenzó su ministerio pastoral como párroco en el Valle del Almanzora en las parroquias de san Sebastián de la villa de Sierro, san Roque de la villa de Suflí y Ntra. Sra. del Rosario de la villa de Armuña del Almanzora (1966-1969). La Iglesia diocesana le encargó la puesta en funcionamiento de la parroquia de María Madre de la Iglesia en la Puebla de Vícar, parroquia eregida el 3 de septiembre de 1973 (1969-1990). Su traslado a la capital es con idéntico cometido de poner en marcha la parroquia de san Luis Gonzaga, eregida el 27 de mayo de 1991.
A lo largo de sus 50 años de sacerdocio ha ejercido como profesor de religión en distintos Institutos de educación secundaria. Además, durante los años 1990-2003 fue nombrado director del Secretariado Diocesano Pastoral Obrera, promoviendo la formación de la conciencia social mediante cursos de Doctrina Social de la Iglesia.
En la actualidad era párroco de esta san Luis Gonzaga, segregada en su momento de la parroquia de san Isidro Labrador del arciprestazgo número dos de la ciudad de Almería, recibiendo el encargo del obispo diocesano de proceder a la construcción del templo que fue dedicado el 27 de junio de 2010 por Mons. Adolfo González Montes. Complementaba su acción pastoral en la parroquia con el servicio de consiliario de Manos Unidas por nombramiento episcopal desde el año 2013.
A lo largo de sus intensos años de servicio a la Iglesia diocesana destacó por sus trabajos pastorales con la infancia, en el Movimiento Junior de Acción Católica, con la juventud, en la Juventud Obrera Católica (JOC) y con adultos en la Hermandad de Obreros de Acción Católica (HOAC).
En sus años de ministerio en la capital atendió espiritualmente como capellán a las religiosas del Instituto Hijas de María Auxiliadora (Salesianas de Don Bosco) y a las religiosas del monasterio de Concepcionistas Franciscanas (vulgo Las Puras).
Fue llamado a la Casa del Padre en la madrugada del día veinticuatro de mayo de 2017, en la fiesta mariana de María Auxiliadora.
In memóriam | José Antonio Felices
Fernando Díaz Abajo, consiliario general de la HOAC.
En la madrugada de ayer, 24 de mayo, fallecía José Antonio Felices Álvarez, primer consiliario de la HOAC de Almería, con tan solo 74 años de edad. Nació en la localidad almeriense de Pechina el 5 de enero de 1943. A los 11 años ingresó en el Seminario Menor de la Inmaculada de Almería. Fue ordenado sacerdote el 2 de octubre de 1966 en la iglesia parroquial de San Pío X de la capital por manos del prelado almeriense, en aquel momento Mons. Ángel Suquía Goicoechea, y celebró por primera vez la Eucaristía en su pueblo natal el día 5 del mismo mes.
Además de otros servicios pastorales lo largo de sus 50 años de sacerdocio, durante 1990-2003 fue director del Secretariado Diocesano de Pastoral Obrera, promoviendo la formación de la conciencia social del cristiano mediante cursos de Doctrina Social de la Iglesia. Además ha promovido la puesta en marcha en la diócesis de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) y de la Acción Católica General.
Hablar de la HOAC de Almería es hablar de José Antonio; hablar de laicado en Almería, y de Acción Católica, es hablar de José Antonio. Y hablar de José Antonio es hacerlo de su sempiterna sonrisa, de su humana dulzura, y de la viva conciencia de vivir siempre en la amorosa presencia de Dios. Con esa sonrisa, con esa dulzura, y con esa profunda fe, José Antonio acompañó y se dejó acompañar por la HOAC en su ministerio y en su vida.
Cuando estabas con él caían todas las barreras que pudieran existir, porque su escucha, su acogida, y su sencillez humana, se convertían en cálido abrazo que acompañaba y animaba, para hacer mirar siempre hacia el horizonte del encuentro con Dios en los pobres.
Como decía ayer, otro consiliario, al saber la noticia: Me conmueve la partida de Antonio. Me lo imagino sonriendo y diciendo: «No pasa nada. Aquí se terminó. Ahora a la casa del Padre» Y continúa sonriéndonos.
No dejes de sonreírnos, tampoco hoy. Sigue haciéndolo, hasta mañana, como siempre en el altar.
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In memoriam: Padre Antonio Felices
http://www.laopiniondealmeria.com/2017/05/in-memoriam-padre-antonio-felices.html
En ese contexto llegó Antonio Felices, y desde el primer momento tuvo claro cual tenía que ser su labor, la cultura en todas sus dimensiones. Creó escuelas nocturnas para la alfabetización a través de la educación de adultos, fomentó la socialización de una sociedad muy individualizada e interiorizada de puertas adentro, dinamizó el asociacionismo y convirtió la parroquia en un lugar de encuentro para el aprendizaje de jóvenes y mayores. Eso ha hecho que una gran cantidad de personas de nuestro municipio siempre hayamos tenido un sentimiento de gratitud hacia su persona. Hoy nos ha dejado, pero su recuerdo estará siempre presente.
In memoriam: Padre Antonio Felices
http://www.laopiniondealmeria.com/2017/05/in-memoriam-padre-antonio-felices.html
José Antonio
Barrera Espín
Nos ha dejado Antonio Felices Álvarez (Pechina, 5 de enero de 1943), sacerdote, cura párroco de la iglesia de San Luis Gonzaga, de Almería, que allá por el año 1969 del pasado siglo llegaba a Vícar. En ese año echaba a andar el poblado construido por, en aquella época, Instituto Nacional de Colonización al que se le puso el nombre de La Puebla de Vícar.
Padre Antonio |
Eran años difíciles para un pueblo que no era pueblo, al menos como lo concebíamos los que habíamos emigrado de otros (en mi caso, Adra). Toda la gente vivía en el diseminado, en los carriles junto a las tierras que cultivaban. Los niños dejábamos muy pronto la escuela. Apenas había servicios públicos, y cuando los requeríamos había que hacerlo a través del municipio vecino de Roquetas.
En ese contexto llegó Antonio Felices, y desde el primer momento tuvo claro cual tenía que ser su labor, la cultura en todas sus dimensiones. Creó escuelas nocturnas para la alfabetización a través de la educación de adultos, fomentó la socialización de una sociedad muy individualizada e interiorizada de puertas adentro, dinamizó el asociacionismo y convirtió la parroquia en un lugar de encuentro para el aprendizaje de jóvenes y mayores. Eso ha hecho que una gran cantidad de personas de nuestro municipio siempre hayamos tenido un sentimiento de gratitud hacia su persona. Hoy nos ha dejado, pero su recuerdo estará siempre presente.