«Enoc, patriarca pre diluviano.
Entre el 3139-2774 a.C.».
El libro de Enoc no forma parte del canon canónico de las Iglesias cristianas aparte de las ortodoxas de Etiopia y Eritrea, a pesar de haberse encontrado en algunos Códices Vaticano.
Enoc es el séptimo hombre de la línea genealógica de Adán, tuvo a su hijo Matusalén cuando tenía sesenta y cinco años, hecho este que cambió la forma vida de Enoc y comenzó a caminar con Dios todos los días de su vida trescientos años más hasta que desapareció, pues el Señor se lo llevó sin que muriera, no se sabe mucho de Enoc salvo lo que escribió el cronista, poeta y teólogo católico sirio Gregorio Ber-Ebralia (1226-1286 d.C.). Este es un libro de visiones y revelaciones del cielo y del tiempo futuro.
Enoc vio la vida, la muerte y la resurrección de Jesucristo aprendió que en los últimos días se restaurará el Evangelio y vio la Segunda Venida de Jesús. La escritura de este libro se supone que fue entre el siglo tercero a.C. y el primero d.C. y escrito por varios autores judíos.
Enoc fue el primero que inventó los libros y las diversas formas de escritura. Entre las secciones del libro de Enoc hay una que nos retrotrae a la caída de los vigilantes, los Ángeles, creados por Dios para para ayudar a los hombres, sin embargo, algunos de estos se amancebaron con mujeres de lo cual nacieron los Nepfelim, los gigantes, también uno de estos ángeles, como fue Azazel enseñaron la fabricación y el uso de armas. Por lo que los Arcángeles le pidieron a Dios que juzgara a los habitantes del mundo y a los ángeles caídos, dando Dios instrucciones para encarcelar a Azazel al Arcángel Rafael para que Azazel fuera arrojado en una grieta en el desierto, cubriéndose con rocas ásperas y dentadas y que allí permanecerá hasta el juicio final en que será arrojado al fuego y a los demás ángeles caídos que los apresara, así cómo destruir a los Nephilim o gigantes. He aquí la causa probable por la que en generación posterior la de Noé, Dios mandase el “diluvio universal” con la que purifica la tierra de la maldad humana y de los gigantes nacido de la unión entre los ángeles y las mujeres.
En este caminar con Dios se nos muestra que en este camino no necesariamente se ha de realizar grandes promesas o heroicidades, sino realizar junto y en pos de Dios, que es quien marca el camino que hemos de realizar.
Tras Enoc se sucedieron nuevas generaciones que agrandaron los pueblos y se extendían por todo el Oriente medio y el Oriente próximo, pero los hombres generalmente seguían viviendo de espalda a Dios. Pasaron un par de generaciones hasta llegar a un nieto de Enoc, Noé. (Libro de Enoc, hijo de Set y nieto de Adán y Eva, y bisnietos de Noé.
Es un libro intertestamentario. Recogido por la iglesia ortodoxa de Etiopía y la iglesia ortodoxa de Eritrea, pero reconocida como Canon por las demás iglesias cristianas)
Enoc es el séptimo hombre de la línea genealógica de Adán, tuvo a su hijo Matusalén cuando tenía sesenta y cinco años, hecho este que cambió la forma vida de Enoc y comenzó a caminar con Dios todos los días de su vida trescientos años más hasta que desapareció, pues el Señor se lo llevó sin que muriera, no se sabe mucho de Enoc salvo lo que escribió el cronista, poeta y teólogo católico sirio Gregorio Ber-Ebralia (1226-1286 d.C.). Este es un libro de visiones y revelaciones del cielo y del tiempo futuro.
Enoc vio la vida, la muerte y la resurrección de Jesucristo aprendió que en los últimos días se restaurará el Evangelio y vio la Segunda Venida de Jesús. La escritura de este libro se supone que fue entre el siglo tercero a.C. y el primero d.C. y escrito por varios autores judíos.
Enoc fue el primero que inventó los libros y las diversas formas de escritura. Entre las secciones del libro de Enoc hay una que nos retrotrae a la caída de los vigilantes, los Ángeles, creados por Dios para para ayudar a los hombres, sin embargo, algunos de estos se amancebaron con mujeres de lo cual nacieron los Nepfelim, los gigantes, también uno de estos ángeles, como fue Azazel enseñaron la fabricación y el uso de armas. Por lo que los Arcángeles le pidieron a Dios que juzgara a los habitantes del mundo y a los ángeles caídos, dando Dios instrucciones para encarcelar a Azazel al Arcángel Rafael para que Azazel fuera arrojado en una grieta en el desierto, cubriéndose con rocas ásperas y dentadas y que allí permanecerá hasta el juicio final en que será arrojado al fuego y a los demás ángeles caídos que los apresara, así cómo destruir a los Nephilim o gigantes. He aquí la causa probable por la que en generación posterior la de Noé, Dios mandase el “diluvio universal” con la que purifica la tierra de la maldad humana y de los gigantes nacido de la unión entre los ángeles y las mujeres.
En este caminar con Dios se nos muestra que en este camino no necesariamente se ha de realizar grandes promesas o heroicidades, sino realizar junto y en pos de Dios, que es quien marca el camino que hemos de realizar.
Tras Enoc se sucedieron nuevas generaciones que agrandaron los pueblos y se extendían por todo el Oriente medio y el Oriente próximo, pero los hombres generalmente seguían viviendo de espalda a Dios. Pasaron un par de generaciones hasta llegar a un nieto de Enoc, Noé. (Libro de Enoc, hijo de Set y nieto de Adán y Eva, y bisnietos de Noé.
Es un libro intertestamentario. Recogido por la iglesia ortodoxa de Etiopía y la iglesia ortodoxa de Eritrea, pero reconocida como Canon por las demás iglesias cristianas)
José Manuel Carrascosa Freire, presidente diocesano de la HOAC (de 2014 a 2019), Representante de la HOAC en el Secretariado diocesano de Pastoral Obrera y Coordinador del Sector 2: «Paro, pobreza‑marginación y exclusión social generadas por el mercado de trabajo».