15º Domingo del Tiempo Ordinario (12 de julio)
Queridas hermanas y hermanos:
La parábola del sembrador
nos envía un mensaje atemporal,
válido y necesario
en cualquier circunstancia
de nuestra vida
aunque quizá más
en esta situación
de pandemia y pospandemia
que estamos viviendo,
en la que podemos sentir
que no merece la pena
el esfuerzo abocado a fracasar,
o que no merece la pena
empeñarse en lo que,
cada vez menos,
depende de nosotros,
porque no está
a nuestro alcance.
Su mensaje es:
¡Animo!
A pesar del fracaso aparente,
la llegada del Reino
es imparable,
y el resultado final
maravilloso e incalculable,
precisamente porque
no depende de nosotros,
sino de Dios.
Buena semana y
¡Hasta mañana en el altar!
Fernando
Carlos Díaz Abajo
Consiliario General HOAC, y
Mª Ángeles Bayo Valderrama
Responsable de Organización
y Vida comunitaria
San
Mateo 13,1-23.-
«Bienaventurados vuestros ojos
porque ven, y vuestros oídos
porque oyen».
Quizá mi proyecto de vida
se asienta aún demasiado
en la esperanza del éxito
y los resultados de
mis propias fuerzas.
Quizá he de seguir creciendo
en la confianza en Dios;
quizá he de dejar a Dios
hacer su parte en mi vida,
y en la tarea del Reino.
Quizá esa sea
mi parte y mi tarea.
¿Cómo incorporar a
mi proyecto de vida
lo necesario para eso?
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