Ediciones HOAC,
ha publicado un nuevo libro que tiene como título de:
«Otra Iglesia es posible»
Eclesiología práctica para cristianos laicos
cuyo autor es:
Joaquín Perea González,
La última novedad de Ediciones HOAC: el libro «OTRA IGLESIA ES POSIBLE». Cuyo autor es Joaquín Perea González (nacido 1932 en Barakaldo, Bizkaia). Joaquín, es presbítero diocesano de Bilbao, fue formador en el Seminario de Derio, profesor de Teología Fundamental y de Eclesiología en ese centro y en la Facultad de Teología de la Universidad de Deusto. Vicario episcopal del obispo Mons. D. Antonio Añoveros. Posteriormente fue profesor y Director del Instituto Diocesano de Teología y Pastoral de Bilbao. Es presidente del Consejo de dirección de la revista “Iglesia Viva” . Trabaja como presbítero en la parroquia de San Fernando de Bilbao. Su autor en la reseña que hace del libro nos dice:
- «El título no debe dar lugar a equívocos. No pretendemos inventar ahora una Iglesia que no sea la de Jesús. Desde el primer momento queda claro en este libro qué Iglesia quiso Jesús, que ella es un ser viviente y que, como todo auténtico ser viviente, es igual a sí misma precisamente en su constante renovación. Y ésa es la gran tarea que nos ha tocado a nosotros. Tras un primer esplendor en el inmediato posconcilio, las fuerzas conservadora han ido apoderándose de los resortes del poder eclesiástico, han ido “reconduciendo” el Concilio hacia posiciones preconciliares maquilladas de modernidad en las palabras y están deshaciendo el sueño de una radical adecuación del proyecto de Jesús. Por eso se afirma que otra Iglesia es posible, distinta de la que se nos presenta públicamente a través de órganos institucionales que asumen una autoridad y un protagonismo de sujetos que sólo pertenece a la totalidad del pueblo de Dios. Pero el título no debe dar lugar a equívocos ya que no pretende inventar ahora otra Iglesia que no se la que quiso Jesús».
El libro consta de 330 páginas y su PVP es de 14 €
Los pedidos los podéis realizar a Ediciones HOAC
C/ Alfonso XI, 4, 4ª (28014 Madrid)
Tlf 91 701 40 80 - fax 91 522 74 03
difusion@hoac.es
http://www.edicioneshoac.org/
Los pedidos los podéis realizar a Ediciones HOAC
C/ Alfonso XI, 4, 4ª (28014 Madrid)
Tlf 91 701 40 80 - fax 91 522 74 03
difusion@hoac.es
http://www.edicioneshoac.org/
Este libro es una muy buena contribución a esa tan necesaria renovación y conversión, tanto personal como comunitaria, a la que como Iglesia estamos llamados. Aborda aspectos tan centrales como la promoción del laicado y su corresponsabilidad, el dinamismo misionero de nuestras parroquias, las formas de vida que la Iglesia queremos testimoniar, la extensión del espíritu del Concilio Vaticano II. Y todo ello desde un profundo amor a la Iglesia.
Este es un motivo, para animarnos todos y todas a seguir en la apasionante tarea de difundir la Buena Noticia.
Este es un motivo, para animarnos todos y todas a seguir en la apasionante tarea de difundir la Buena Noticia.
Algunas reseñas de comienzo de algunos capítulos y el final del epílogo
Cap. III.- La imagen de Iglesia del Concilio Vaticano II
Veinte siglos después de que el profeta nazareno lanzara aquel movimiento que se constituyó en Iglesia, ésta se reunión en Roma para reflexionar sobre sí misma, con objeto de reajustar su fidelidad al proyecto del fundador. El Concilio Vaticano II puso en marcha nuevos impulsos y produjo efectos transformadores, unos deseados y planificados, otros imprevistos, impredecibles en su día. Desató un proceso que ha sacudido profundamente la identidad eclesial, causando gran conmoción, no sólo pastoral, sino también eclesiológica. En el pueblo cristiano existe hoy la conciencia de una ruptura con líneas concretas de un pasado eclesial todavía reciente. Se han interpuesto dificultades y resistencias en la verificación de la eclesiología del Concilio, resurgen tensiones análogas a las que existieron durante su desarrollo.
Cap. IV.- La Iglesia en el mundo actual. Presencia y tareas
Basándose fundamentalmente en la constitución conciliar sobre la Iglesia, Gaudium et spes (GS), trata de mostrar cómo ha de situarse y actuar la comunidad cristiana en la sociedad actual, en el mundo de hoy. Frente a las tendencias extremas del espiritualismo desencarnado y del secularismo sin visión trascendente, se intenta señalar el punto exacto de equilibrio en el que la Iglesia se hace presente y actúa en el mundo.
Cap. V.- «Evangelizar, la dicha y vocación propia de la Iglesia» (Pablo VI)
El sujeto adecuado de la evangelización misionera es la Iglesia como tal, en toda su riqueza y complejidad. La exhortación apostólica Evangelii nuntiandi de Pablo VI lo dejó suficientemente sentado (núm. 13-16). La Iglesia nace de la acción evangelizadora de Jesús y de los apóstoles. Es enviada por Él a evangelizar.
La Iglesia se realiza como tal en el proceso de anunciar la Buena Noticia y realizarla con hechos y palabras. Aquí se encuentra la identidad de la Iglesia: en evangelizar. La Iglesia en toda su complejidad, es decir, el conjunto de la realidad eclesial, tanto en sus instituciones como en sus comunidades, los mismo en su libres agrupaciones sociales que en sus movimientos, organizaciones, estructuras confesionales. A todo ese conjunto corresponde la tarea y misión, la dicha y vocación de evangelizar.
Es enorme la amplitud y dificultad de semejante tarea. Nosotros nos centraremos en indicar algunas orientaciones de fondo que sean expresión de un talante y puedan alimentar la mística propia de la evangelización misionera que corresponde a nuestros militantes cristianos. Con tal espíritu ha de emprenderse desde la base una profunda reforma que abandone viejas estructuras anquilosadas, heredadas de otras épocas, que dificultan la evangelización misionera. Sin dicha reforma nuestro mensaje no será oído, no tendrá credibilidad.
Cap. VIII.- La difícil pero necesaria comunión eclesial
En el nº 36 de la encíclica Tertio milenio adveniente, Juan Pablo II proponía a la Iglesia un serio examen de conciencia como preparación para la celebración del Jubileo del año 2000. Entre otros puntos, el Papa pedía que miremos a la recepción del Concilio, ese gran don del Espíritu a la Iglesia. Y ahí preguntaba textualmente:
Escuchando esta llamada a revisar nuestra vivencia de la comunión eclesial, se dedica este capítulo un esfuerzo de reflexión que permite clarificar algunos criterios teológicos acerca de la comunión eclesial y, sobre todo, aplicarlos a nuestra experiencia espiritual y pastoral.
La comunión es una realidad cristiana central que necesita ser penetrada, reflexionada y responsablemente asumida. Su noción y su contenido pertenecen al bien más antiguo y tradicional de la Iglesia.
Cap. XI.- Parroquia, comunidad misionera: ¿una utopía?
Durante los años del inmediato posconcilio se repetía bastante en congresos, semanas o jornadas pastorales el título del presente capítulo en su parte afirmativa. Poco tiempo después el desarrollo de las cosas suscitó una llamada al realismo, que es expresaba en la segunda parte del mismo título. En las páginas que siguen en el libro, se pregunta si es posible, y bajo qué condiciones, la conexión armónica de esas tres realidades: la parroquia, la comunidad cristiana y la evangelización misionera.
Cap. XII.- La renovación pendiente de la Iglesia. Una agenda de transformación evangélica para el siglo XXI
Recién comenzado el tercer milenio de su historia, la Iglesia se encuentra en el umbral de una época nueva y desconocida que le produce incertidumbre y temor. Ante el futuro que se abre ante nosotros, muchos cristianos preguntan con preocupación: Iglesia, ¿a dónde vas?
Evidentemente, el futuro de la Iglesia del que hablamos no es su futuro absoluto. Este es Jesucristo, el que era, el que es y el que viene; hacia Él converge la historia humana y la historia de la salvación. Hablamos del futuro histórico de la Iglesia, que conoce aquí abajo períodos de esplendor y de declive. No es posible siquiera asomarse al campo inmenso de aspectos que conlleva el enunciado del presente capítulo. La consideración de realidades tan diversas como las que se refieren a la Iglesia de los cuatro vientos, los dispares problemas que afectan a las Iglesias del sur y a las del occidente euroamericano, los desafíos de la globalización, de la interculturalidad, del pensamiento posmoderno, etc., son de tal calibre que desaniman al más ingenuo o al más osado. Solo tenemos que pensar en que, como algunos han afirmado, el cambio de figura de la Iglesia de nuestro tiempo puede compararse y aún superar a los cambios radicales que se dieron en los siglos V, XI y XVI. Por ello, nuestra pretensión es mucho más modesta: trataremos sólo algunas cuestiones que afectan de manera más cercana a la Iglesia de nuestro país.
Una respuesta a aquella pregunta no se puede dar sin preguntarse primero por las raíces más profundas de la actual situación crítica y sin reflexionar sobre ella a la luz de la teología.
EPÍLOGO
En este nuevo nacimiento de la Iglesia todos tenemos que proporcionar ayuda para el alumbramiento, aunque en última instancia la obra corresponde a la fuerza del Espíritu. Desde los primeros días de la historia del pueblo de Dios ha sido siempre el Espíritu el que ha realizado nuevos comienzos, porque los planes de Dios no se ajustan a nuestros planes. Seguir el plan de Dios significa fiarse de sus promesas y en el interior de lo humanamente imprevisible seguir adelante, ser sostenidos y guiados con conocimiento y certezas.
Así pues, fiarse del Espíritu de Dios y creerle capaz de dar un nuevo rostro y figura a la Iglesia es el mandamiento decisivo de la hora eclesial presente. Porque «Dios no nos ha dado un espíritu cobarde, sin un espíritu de energía, amor y buen juicio. No tengas miedo de dar la cara por Nuestro Señor» (2 Tim 1,7-8)
Cap. III.- La imagen de Iglesia del Concilio Vaticano II
Veinte siglos después de que el profeta nazareno lanzara aquel movimiento que se constituyó en Iglesia, ésta se reunión en Roma para reflexionar sobre sí misma, con objeto de reajustar su fidelidad al proyecto del fundador. El Concilio Vaticano II puso en marcha nuevos impulsos y produjo efectos transformadores, unos deseados y planificados, otros imprevistos, impredecibles en su día. Desató un proceso que ha sacudido profundamente la identidad eclesial, causando gran conmoción, no sólo pastoral, sino también eclesiológica. En el pueblo cristiano existe hoy la conciencia de una ruptura con líneas concretas de un pasado eclesial todavía reciente. Se han interpuesto dificultades y resistencias en la verificación de la eclesiología del Concilio, resurgen tensiones análogas a las que existieron durante su desarrollo.
Cap. IV.- La Iglesia en el mundo actual. Presencia y tareas
Basándose fundamentalmente en la constitución conciliar sobre la Iglesia, Gaudium et spes (GS), trata de mostrar cómo ha de situarse y actuar la comunidad cristiana en la sociedad actual, en el mundo de hoy. Frente a las tendencias extremas del espiritualismo desencarnado y del secularismo sin visión trascendente, se intenta señalar el punto exacto de equilibrio en el que la Iglesia se hace presente y actúa en el mundo.
Cap. V.- «Evangelizar, la dicha y vocación propia de la Iglesia» (Pablo VI)
El sujeto adecuado de la evangelización misionera es la Iglesia como tal, en toda su riqueza y complejidad. La exhortación apostólica Evangelii nuntiandi de Pablo VI lo dejó suficientemente sentado (núm. 13-16). La Iglesia nace de la acción evangelizadora de Jesús y de los apóstoles. Es enviada por Él a evangelizar.
La Iglesia se realiza como tal en el proceso de anunciar la Buena Noticia y realizarla con hechos y palabras. Aquí se encuentra la identidad de la Iglesia: en evangelizar. La Iglesia en toda su complejidad, es decir, el conjunto de la realidad eclesial, tanto en sus instituciones como en sus comunidades, los mismo en su libres agrupaciones sociales que en sus movimientos, organizaciones, estructuras confesionales. A todo ese conjunto corresponde la tarea y misión, la dicha y vocación de evangelizar.
Es enorme la amplitud y dificultad de semejante tarea. Nosotros nos centraremos en indicar algunas orientaciones de fondo que sean expresión de un talante y puedan alimentar la mística propia de la evangelización misionera que corresponde a nuestros militantes cristianos. Con tal espíritu ha de emprenderse desde la base una profunda reforma que abandone viejas estructuras anquilosadas, heredadas de otras épocas, que dificultan la evangelización misionera. Sin dicha reforma nuestro mensaje no será oído, no tendrá credibilidad.
Cap. VIII.- La difícil pero necesaria comunión eclesial
En el nº 36 de la encíclica Tertio milenio adveniente, Juan Pablo II proponía a la Iglesia un serio examen de conciencia como preparación para la celebración del Jubileo del año 2000. Entre otros puntos, el Papa pedía que miremos a la recepción del Concilio, ese gran don del Espíritu a la Iglesia. Y ahí preguntaba textualmente:
- «¿Se consolida, en la Iglesia universal y en las Iglesias particulares, la eclesiología de comunión de la Lumen gentium, dando espacio a los carismas, los ministerios, las varias formas de participación del Pueblo de Dios…?» (Tertio milenio adveniente 36.5).
Escuchando esta llamada a revisar nuestra vivencia de la comunión eclesial, se dedica este capítulo un esfuerzo de reflexión que permite clarificar algunos criterios teológicos acerca de la comunión eclesial y, sobre todo, aplicarlos a nuestra experiencia espiritual y pastoral.
La comunión es una realidad cristiana central que necesita ser penetrada, reflexionada y responsablemente asumida. Su noción y su contenido pertenecen al bien más antiguo y tradicional de la Iglesia.
Cap. XI.- Parroquia, comunidad misionera: ¿una utopía?
Durante los años del inmediato posconcilio se repetía bastante en congresos, semanas o jornadas pastorales el título del presente capítulo en su parte afirmativa. Poco tiempo después el desarrollo de las cosas suscitó una llamada al realismo, que es expresaba en la segunda parte del mismo título. En las páginas que siguen en el libro, se pregunta si es posible, y bajo qué condiciones, la conexión armónica de esas tres realidades: la parroquia, la comunidad cristiana y la evangelización misionera.
Cap. XII.- La renovación pendiente de la Iglesia. Una agenda de transformación evangélica para el siglo XXI
Recién comenzado el tercer milenio de su historia, la Iglesia se encuentra en el umbral de una época nueva y desconocida que le produce incertidumbre y temor. Ante el futuro que se abre ante nosotros, muchos cristianos preguntan con preocupación: Iglesia, ¿a dónde vas?
Evidentemente, el futuro de la Iglesia del que hablamos no es su futuro absoluto. Este es Jesucristo, el que era, el que es y el que viene; hacia Él converge la historia humana y la historia de la salvación. Hablamos del futuro histórico de la Iglesia, que conoce aquí abajo períodos de esplendor y de declive. No es posible siquiera asomarse al campo inmenso de aspectos que conlleva el enunciado del presente capítulo. La consideración de realidades tan diversas como las que se refieren a la Iglesia de los cuatro vientos, los dispares problemas que afectan a las Iglesias del sur y a las del occidente euroamericano, los desafíos de la globalización, de la interculturalidad, del pensamiento posmoderno, etc., son de tal calibre que desaniman al más ingenuo o al más osado. Solo tenemos que pensar en que, como algunos han afirmado, el cambio de figura de la Iglesia de nuestro tiempo puede compararse y aún superar a los cambios radicales que se dieron en los siglos V, XI y XVI. Por ello, nuestra pretensión es mucho más modesta: trataremos sólo algunas cuestiones que afectan de manera más cercana a la Iglesia de nuestro país.
Una respuesta a aquella pregunta no se puede dar sin preguntarse primero por las raíces más profundas de la actual situación crítica y sin reflexionar sobre ella a la luz de la teología.
EPÍLOGO
En este nuevo nacimiento de la Iglesia todos tenemos que proporcionar ayuda para el alumbramiento, aunque en última instancia la obra corresponde a la fuerza del Espíritu. Desde los primeros días de la historia del pueblo de Dios ha sido siempre el Espíritu el que ha realizado nuevos comienzos, porque los planes de Dios no se ajustan a nuestros planes. Seguir el plan de Dios significa fiarse de sus promesas y en el interior de lo humanamente imprevisible seguir adelante, ser sostenidos y guiados con conocimiento y certezas.
Así pues, fiarse del Espíritu de Dios y creerle capaz de dar un nuevo rostro y figura a la Iglesia es el mandamiento decisivo de la hora eclesial presente. Porque «Dios no nos ha dado un espíritu cobarde, sin un espíritu de energía, amor y buen juicio. No tengas miedo de dar la cara por Nuestro Señor» (2 Tim 1,7-8)
ÍNDICE TEMÁTICO DE LOS CAPÍTULOS
INTRODUCCIÓN
Cap. I. Repensar la Iglesia desde la experiencia cristiana
Cap. II. ¿Quiso Jesús una Iglesia? La Iglesia que Jesús quería
Ver: El debate sobre la intención de Jesús de fundar una Iglesia
Juzgar: Los datos del Nuevo Testamento explican el proyecto de Jesús
Actuar: Cómo el origen orienta el proceder en el presente
Cap. III. La imagen de Iglesia del Concilio Vaticano II
Ver: Una mirada a la situación
Juzgar: Algunos núcleos clave de la imagen conciliar
Actuar: Para poner en práctica el proyecto conciliar
Cap. IV. La Iglesia en el mundo actual. Presencia y tareas
Ver: Puntos de partida en la propia experiencia eclesial
Juzgar: Presencia y actuación de la Iglesia en el mundo como signo de salvación
Actuar: Algunos criterios de orientación
Cap. V. «Evangelizar, la dicha y vocación propia de la Iglesia» (Pablo VI)
Ver: La credibilidad del sujeto eclesial, cuestionada
Juzgar: Afirmaciones acerca de la evangelización
Actuar: Propuestas para renovar nuestra acción evangelizadora
Cap. VI. La Iglesia local, Iglesia católica
Ver: Crisis de la Iglesia local
Juzgar: Fundamentos teológicos de la Iglesia local
Actuar: Consideraciones de carácter pastoral
Cap. VII. La misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo
Ver: Situación del laicado después del Concilio Vaticano II
Juzgar: Reflexión teológica
Actuar: Para recuperar la condición de sujeto
Cap. VIII. La difícil pero necesaria comunión eclesial
Ver: Problemática en torno a la comunión
Juzgar: Reflexión teológica sobre la comunión
Actuar: Condiciones prácticas para vivir la comunión en la Iglesia
Cap. IX. La autoridad en la comunión eclesial
Ver: Avances y disfunciones actuales de la autoridad y de la institución
Juzgar: Reflexión eclesiológica sobre la autoridad eclesial y sus problemas
Actuar: Para un adecuado ejercicio de la autoridad en la Iglesia
Cap. X. Corresponsabilidad, participación, sinodalidad, democratización en la Iglesia
Ver: Una problemática candente y compleja
Juzgar: Reflexión eclesiológica
Actuar: Para estimular las instituciones de corresponsabilidad
Cap. XI. Parroquia, comunidad misionera: ¿una utopía?
Ver: Descripción de la situación
Juzgar: Reflexión teológica sobre la parroquia y la comunidad eclesial
Actuar: Para construir la parroquia comunitaria y misionera
Cap. XII. La renovación pendiente de la Iglesia.
Una agenda de transformación evangélica para el siglo XXI
Ver: Para un diagnóstico global acerca del presente
Juzgar: Hacia qué futuro podemos y debemos caminar
Actuar: Cómo nos comprometemos para alcanzar el futuro deseado
EPÍLOGO
Ediciones HOAC
Ediciones HOAC es una editorial comprometida con la misión de la HOAC:
la evangelización del mundo obrero hoy
Sus publicaciones están orientadas a despertar la conciencia de las mujeres y hombres
ante los retos e interpelaciones que el mundo moderno presenta a la fe cristiana
en los aspectos sociopolíticos que de ella se deriva.
Otra Iglesia
es posible
Haga "click" aquí |
Dialogando con Rovirosa
Haga "click" aquí |
No hay territorio comanche para Dios
Haga "click" aquí |
OBRAS COMPLETAS
Guillermo Rovirosa
OFERTA
OBRAS COMPLETAS
Haga "click" aquí |
|||||||||||||
OTRA IGLESIA ES POSIBLE. LA GRAN APOSTASÍA QUE COMETIÓ SAN PABLO AL APARTAR LA FE DE LA RAZÓN (1ª Corintios I, 17 al 27) Apostatando la enseñanza de Cristo sobre la relación indispensable entre la fe y la razón revelada metafóricamente al ciego de nacimiento, debido a que es necesario utilizar el raciocinio para poder hacer un juicio justo de nuestras creencias, a fin de disolver las falsas certezas de la fe que nos hacen ciegos a la verdad (Jn IX, 39). Es la causa principal de que actualmente grandes multitudes abandonen la religión judeo cristiana ante la falta de congruencia de los dogmas y los textos bíblicos con la realidad. Ante la muerte anunciada de la Iglesia por Benedicto XVI, en su pasada visita a Portugal, a causa del incremento acelerado de la deserción religiosa de grandes multitudes que dejan no solo de practicar la religión sino que dejan de creer. El reto es superar el nihilismo de la sociedad actual formulando un cristianismo que se pueda vivir y practicar, no en y desde lo religioso y lo sagrado, sino en y desde el humanismo secular laico, la pluralidad y el sincretismo resaltando la importancia genérica de Cristo y sus enseñanzas. Y para poder lograrlo tenemos que actualizar la teología, la cristología y la liturgia, enmarcadas en la doctrina y la teoría de la Trascendencia humana, conceptualizada por la sabiduría védica, instruida por Buda e ilustrada por Cristo y sus jornadas y metas descritas metafóricamente por los poetas místicos del Islam; la cual concuerda con los planteamientos de la filosofía clásica y moderna, y las conclusiones comparables de la ciencia: (psicología, psicoterapia, logoterápia, desarrollo humano, etc.). http://www.servicioskoinonia.org/relat/344.htm. http://www.redescristianas.net/2010/09/27/ser-cristiano-en-nuestra-sociedad-plural-y-laicajose-m-castillo-teologo/
ResponderEliminarhttp://www.scribd.com/doc/17143086/EXPLICACIÓN-CIENTÍFICA-DE-CRISTO
Magnífico libro MUY UTIL para cualquiera persona cristiana que (mentalmente) no haya cumplido aún los 120 años.
ResponderEliminarClaro que otra Iglesia es posible, de hecho, ya es. Esa iglesia más participativa, más igualitaria, menos oligárquica y menos dogmátrica a la que tantos católicos aspiran ya existe, es la IGLESIA EPISCOPAL, la iglesia española de la comunión anglicana. La reforma de la iglesia que buscan tantísimos católicos ya se ha producido en la Iglesia Episcopal, que es una parte más de la única Iglesia de Cristo, del mismo Pueblo de Dios, libre de ataduras autoritarias.
ResponderEliminar¿Porqué no atreverse a romper el nudo gordiano del autoritarismo eclesial acercándose a la Iglesia Episcopal? Podéis ver como conocerla en http://www.anglicanos.org/web_iglesia_anglicana/g_general/g_qs_iglesia_espanola_reformada.html