“La gran paradoja del cristianismo, que ha desconcertado,
que desconcierta y desconcertará siempre la razón humana,
es, precisamente, la de vencer a la fuerza con la debilidad,
al poder con la mansedumbre y a las leyes con el amor”
(G. Rovirosa, Copin IV, 1).
Somos frágiles y expuestos a la volubilidad
de vientos y mareas.
Pero nuestra debilidad y nuestro pecado
se tornan paz y fuerza sobre la roca de la fe,
viva y operante, en Jesucristo.
Orar desde el mundo obrero (TO-9)
que desconcierta y desconcertará siempre la razón humana,
es, precisamente, la de vencer a la fuerza con la debilidad,
al poder con la mansedumbre y a las leyes con el amor”
(G. Rovirosa, Copin IV, 1).
Somos frágiles y expuestos a la volubilidad
de vientos y mareas.
Pero nuestra debilidad y nuestro pecado
se tornan paz y fuerza sobre la roca de la fe,
viva y operante, en Jesucristo.
Orar desde el mundo obrero (TO-9)
“Los católicos se suelen mover por egoísmo material o espiritual.
El obrero de AC quiere hacer su voluntad. Cómo saberlo:
1. Si tengo prisa por los resultados.
2. Si me desanimo con frecuencia, valoro excesivamente el esfuerzo.
3. Si creo más en los resultados visibles.
4. Si soy duro, exigente.
5. Si hago mucho… a mi manera.
6. Si no trabajo en equipo.
7. Si no tengo tiempo para rezar.
8. Si tengo altos y bajos.
9. Si quiero convertirles YO.
10. Si, sobre todo, solo me gusta el apostolado de las grandes circunstancias”
(G. Rovirosa, Tutor de aprendices, Bol.7-1949, 6)
8ª Semana del tiempo ordinario (27 febrero 2011)
Buscad primero el reino de Dios y su justicia.
No podéis servir a dos señores… no podéis servir a Dios y al dinero.
Primeramente, pues, acoger a Dios en nuestro corazón y en el centro de nuestra vida.
Y, en con-sonancia y en con-secuencia, realizar la obra de Dios: su voluntad de justicia para todos los empobrecidos.
¡Una vida de libertad y justicia! ¡Vida humana y humanizadora, por gracia de Dios!
Orar desde el mundo obrero (TO-8)
7ª Semana del tiempo ordinario (20 febrero 2011)
Porque Dios nos ama como hij@s, reconocemos a todos como herman@s, sin exclusiones de clase alguna.
Y, como herman@s amados, no reservamos nada para nosotros, sino que damos y compartimos todo.
No nos reconocemos enemigos de nadie.
Reconocemos solamente a personas, como nosotros, a las que ofrecer amistad y fraternidad.
Tal como así suena el Evangelio.
Orar desde el mundo obrero (TO-7)
6ª Semana del tiempo ordinario (13 febrero 2011)
“Os han enseñado… Pues yo os digo…”.
Orar es acoger la compañía de Jesús y escuchar lo que nos dice en nuestra realidad personal y en la realidad social y eclesial. Jesús nos da paz y fuerza y nos dice cómo ser, estar y actuar.
Orar desde el mundo obrero (TO-6)
5ª Semana del tiempo ordinario (6 febrero 2011)
Somos llamados a vivir transfigurados por la luz de Jesús para ser luz en medio de tantas tinieblas y sombras de muerte; para ser sal de buena salud y de agradable sabor en medio de tanta corrupción y tanta desazón.
Orar desde el mundo obrero (TO-5)
4ª Semana del tiempo ordinario (30 enero 2011)
Los cristianos somos bienaventurados, es decir, felices. Por definición, pues, somos cristianos en la medida en que acogemos, disfrutamos y practicamos el amor, la solidaridad, la justicia, la paz, la fortaleza ante la persecución… la felicidad.
Orar desde el mundo obrero (TO-4)
3ª Semana del tiempo ordinario (23 enero 2011)
Anuncio: otra vida es posible; la regala Jesús de parte del Padre.
Llamada al encuentro de amistad con Jesús, irresistible y transformador, y a la tarea de regalar dignidad de hijos-hermanos a los pobres.
Orar desde el mundo obrero (TO-3)
2ª Semana de Tiempo Ordinario (16 enero 2011)
También nuestra sociedad, embriagada de egocentrismo consumista,sueña con la justicia, la paz y el amor.
Jesús quita el pecado del mundo y bautiza con Espíritu Santo: nos libera para acoger y compartir el amor de comunión.
Orar desde el mundo obrero (TO-2)
Bautismo de Jesús (9 enero 2011)
Bautismo con Espíritu Santo. Agua pura que limpia de raíz lo negativo y lo nocivo; agua madre, vientre fecundo de vida. Espíritu sobre el agua, que airea y quema, alienta y fecunda, hace crecer y nos renueva cada día. Renacidos del Espíritu de Jesús.
Orar desde el mundo obrero (Bautismo de Jesús)
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