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UNA MIRADA CRISTIANA DEL TRABAJO HUMANO Y EL BIEN COMÚN
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domingo, 30 de agosto de 2015

«60.- LAS REALES AMENAZAS DE LA PAZ»
(Hacia un nuevo humanismo),
por José Antonio Hernández Guerrero




Por muy cansino que nos resulte, no tenemos más remedio que insistir en que somos nosotros -tú y yo-, quienes desbaratamos el orden, rompemos la armonía, destrozamos el equilibrio, trituramos la cohesión y fragmentamos la unidad, esos valores que son determinantes en la construcción de un mundo en paz. Somos nosotros -tú y yo- los que, con nuestros comportamientos antinaturales, irracionales e inhumanos contra la naturaleza, contra los seres inanimados, contra las plantas, contra los animales y, de manera especial, contra nuestros conciudadanos, impulsados por vicios y por perversiones, constituimos unas amenazas permanentes para la paz: inoculamos gérmenes patógenos que nos corroen por dentro, e infestamos a la sociedad con unos venenos destructivos que nos enfrentan hasta la muerte.


Somos nosotros -tú y yo-, los que, con nuestra avaricia, destruimos la relación con la naturaleza y con las cosas; los que, con nuestra crueldad rompemos los vínculos que nos unen con las otras personas; los que, con nuestros engaños, depravamos las funciones del lenguaje: los que, con nuestros orgullos, disparatamos nuestra propia la visión; y los que, con nuestra prepotencia, desintegramos la cohesión de la sociedad. Lo digo de otra manera: el mayor enemigo de la paz está alojado dentro de nosotros mismos, son esos impulsos irreprimidos, son esos sentimientos perturbadores que, a veces, están camuflados con apariencias benéficas, son esas bajas e incontroladas pasiones exclusivas de los seres humanos porque, como tú sabes, no las poseen los demás animales.




José Antonio Hernández Guerrero, reflexiona, semanalmente en nuestro “blog”, sobre el sentido de la dignidad humana y el nuevo humanismo.
59.- «LA PAZ, CALMA Y LUCHA» La paz no es sólo calma sino, también, lucha.
(Hacia un nuevo humanismo)





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