23º Domingo del Tiempo Ordinario (10 septiembre)
Después de las vacaciones, en este comienzo de curso,
lo más seguro es que empiecen a acumularse reuniones en la agenda;
reuniones de todo tipo: eclesiales, sociales, de trabajo, vecinales, sindicales o de partido…
Es importante que sirvan y, sobre todo, si son de cristianos
–el equipo, la parroquia, un grupo de vida o comunidad…–
que sean reuniones cristianas.
Que pongan a Cristo en el centro.
Frente al individualismo,
nuestra “reunión” tiene que ser otra cosa.
San Mateo 18,15-20:
«Si te hace caso,
has salvado a
tu hermano».
has salvado a
tu hermano».
“Cuando dos o más bautizados
conscientes de su Bautismo
se reúnen en nombre de Jesús,
cada uno esforzándose en ser Cristo
y viendo a Cristo en los demás,
no hacen otra cosa que estar en la realidad,
pues, después de la Encarnación,
la realidad es que Cristo lo invadió todo
y está en todos” (Rovirosa, OC. T.I. 153).
conscientes de su Bautismo
se reúnen en nombre de Jesús,
cada uno esforzándose en ser Cristo
y viendo a Cristo en los demás,
no hacen otra cosa que estar en la realidad,
pues, después de la Encarnación,
la realidad es que Cristo lo invadió todo
y está en todos” (Rovirosa, OC. T.I. 153).
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