4º Domingo de Cuaresma (11 de marzo de 2018)
Cuando haya grupos de cristianos de todo estado y condición que tomen como santa regla de su vida nada más (y nada menos) que los compromisos contraídos en el Bautismo, no tomados como algo intrascendente que hay que decir en el sábado santo, sino como la realidad más tremenda de la propia vida, entonces sí que el mundo creerá que Jesús es el enviado del Padre. y entonces la tierra será (como está destinada a ser) la incoación del cielo. Y todo se irá recapitulando en cristo (Rovirosa, OC, T.II, 379).
San Juan 3,14-21:
«Que todo el que cree en Él
tenga vida eterna»
«Que todo el que cree en Él
tenga vida eterna»
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