5º Domingo de Pascua (29 de abril)
26 ABRIL 2018 | POR OLGA
Una religión sin contacto vital con el Resucitado no es la expresión de la fe cristiana en el Resucitado, en el Dios Trinidad. Sin ese encuentro con el Resucitado, cada día, nuestra fe se vuelve estéril. Lo esencial es experimentar la sanación que Jesucristo produce en nuestra vida, recuperando nuestra humanidad. Como decía Tomás Malagón, “solamente hay una novedad en nuestra vida. Una y no más: el advertir esta Presencia. Y de tal modo es la única novedad, que llega a convertir en nuevo todo (…) Reconocer la presencia operativa y operante del Misterio del Padre en nuestra vida”.
Para eso oramos, para poder reconocer el misterio de Amor de nuestra vida.
San Juan 15,1-8.-
«Yo soy la vid,
vosotros
los sarmientos»
vosotros
los sarmientos»
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