1er Domingo de Adviento (29 noviembre 2020)
Queridas hermanas y hermanos:
Llegamos a un nuevo Adviento.
Empezamos un año y ciclo nuevo.
Una nueva oportunidad.
La pandemia nos ha descubierto
la necesidad de vivir
con hondura el presente,
sin añorar pasados distintos,
y sin fiarlo todo a futuros inciertos.
Pero vivir el presente solo es posible
desde la memoria y la esperanza.
Nuestra esperanza
se asienta en la memoria
y se realiza en el presente.
Se asienta en la memoria
de las maravillas que Dios
hace con su pueblo,
en la memoria de
nuestro camino recorrido,
y en el presente que es
historia de salvación cotidiana.
Se asienta,
siempre,
en el amor
y la fidelidad
de Dios.
En este Adviento
nuestra memoria
nos lleva a la mirada agradecida
a estos primeros 75 años
de historia de la HOAC,
al recuerdo agradecido
de las mujeres y los hombres
que se hicieron esperanza
en y para su mundo obrero.
Y nos lleva a acoger gratuitamente
la tarea de ser esperanza hoy también
con y para nuestro mundo obrero.
Para cuidar la memoria
y la esperanza en la oración
os hacemos llegar
el material del
Orar en el Mundo Obrero
de este tiempo
de Adviento y Navidad.
Cada semana
los tendréis disponibles
en HOAC.es y en issuu.com.
Volveremos a retomar
los envíos semanales
en el tiempo ordinario,
el próximo mes de enero.
Feliz adviento.
Hasta mañana en el altar.
¡A cuidarse para cuidar!
Fernando Carlos Díaz
Abajo
Consiliario General HOAC, y
Mª Ángeles Bayo Valderrama
Responsable de Organización
y Vida comunitaria.
San
Marcos 13,33-37.- «Velad:
Pues
no sabéis cuándo es el momento».
Para
cuidar la parte
de la creación que Dios
pone en mis manos
¿cómo he de activar
mi vela,
mi esperanza,
mi atención fraterna?
¿En qué puedo afinar
mi proyecto personal de vida
en esa dirección?
¿Cómo abrirme cada día
a la sorpresa amorosa de Dios?
■ Accede a más oraciones aquí.
https://www.hoac.es/que-hacemos/espiritualidad/orar-desde-el-mundo-obrero/
■ También en Issuu
https://issuu.com/hoac/docs
https://www.hoac.es/2020/11/26/1er-domingo-de-adviento-29-noviembre-2020/
https://www.hoac.es/wp-content/uploads/2020/11/1er-Domingo-Adviento.pdf
https://issuu.com/hoac/docs/1er_domingo_adviento_9fc629062d0dbe
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«ORAR CON LA IGLESIA»
TIEMPO DE ADVIENTO (Ciclo ‘B’)Domingo, 1ª Semana de Adviento.
29 de noviembre de 2020.
Primer
domingo del Adviento de nuestro Señor Jesucristo; en este tiempo se recuerda la
primera venida del Hijo de Dios a los hombres y se espera, a la vez, su segunda
venida al final de los tiempos (elog. del Martirologio Romano).
En el tiempo de Adviento nos preparamos para salir al encuentro del
Señor, que vino, que viene y que vendrá al fin de los tiempos. Es un tiempo de alegría y esperanza. En este primer domingo se nos llama a
reflexionar sobre la necesidad que tenemos de que Dios nos salve y a pedirle
que venga y nos llene de su gracia: «¡Ojalá rasgases el cielo y descendieses!»
(1 lect.). San Pablo nos recuerda que
forma parte del ser cristiano el vivir «aguardando la manifestación de nuestro
Señor Jesucristo» (2 lect.), de la que no sabemos ni el día ni la hora. Por ello hemos de velar en la oración, sin
dormirnos (Ev.).
Del Evangelio según
san Marcos 13,33-37.-
“Velad, pues no sabéis cuándo vendrá el señor de
la casa”.
Dijo Jesús: —«Mirad, vigilad: Pues no
sabéis cuándo es el momento. Velad, pues
no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o
al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os
encuentre dormidos. Lo que os digo a
vosotros lo digo a todos: ¡Velad!».
COMENTARIO
¡Estad en vela! Frente a lo que acontece en nuestro mundo y sociedad, no
podemos ni dormirnos ni desentendernos.
No podemos dormirnos ante lo que Dios está haciendo. Hay que estar alerta. No podemos delegar en nadie el encargo de
vigilar y trabajar. La Iglesia nos
recuerda: -Que con el Adviento iniciamos una etapa y una oportunidad nueva de
salvación. -Que Cristo sigue viniendo en
la historia. -Que para descubrirlo es
preciso tener el oído fino, los ojos limpios y abiertos, el corazón expectante
y comprometerse en el presente con lucidez, puesta la mirada en Él.
ORACIÓN
Despiértame, Señor, para que me dé cuenta que tu ternura y tu misericordia son eternas. Despiértame, Señor, para que descubra que eres rico en bondad y es más grande que el cielo tu amor por mí. Despiértame Señor y ven a salvarme. Para que a pesar del pecado siga esperando en Ti, a pesar de mi egoísmo llegue a compartir tu vida, a pesar del sufrimiento yo pueda sonreír. Despiértame Señor para que vea que Tú vienes a mi vida. Despiértame Señor para que vea que Tu vienes a mi vida.
SAN
ANDRÉS, APÓSTOL
1ª Semana de Adviento.
Lunes,
30 de noviembre de 2020.
Fiesta de san Andrés, apóstol, natural de Betsaida, hermano de
Pedro y pescador como él. Fue el primero
de los discípulos de Juan el Bautista a quien llamó el Señor Jesús junto al
Jordán y que le siguió, trayendo consigo a su hermano. La tradición dice que, después de Pentecostés,
predicó el Evangelio en la región de Acaya, en Grecia, y que fue crucificado en
Patrás. La Iglesia de Constantinopla lo
venera como muy insigne patrono (elog. del Martirologio Romano).
Del Evangelio de san
Mateo 4,18-22.-
“Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron”.
Pasando Jesús ante el lago de Galilea, vio a dos hermanos, a
Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando el copo
en el lago, pues eran pescadores. Les
dijo: —«Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres». Inmediatamente dejaron las redes y lo
siguieron. Y, pasando adelante, vio a
otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la
barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y
lo siguieron.
COMENTARIO
El Evangelio nos presenta dos relatos paralelos de doble
vocación de hermanos. Jesús prepara así el
grupo de discípulos que han de acompañarle en el ministerio público para hacer
de ellos luego sus enviados, sus apóstoles.
No son ellos quienes eligen al Maestro, sino Él como Señor quien los
llama. Así nos recuerda el Evangelio que
también nosotros estamos llamados a vivir la fraternidad, la comunidad, el
seguimiento de Jesús.
ORACIÓN
Por medio de San Andrés apóstol, te pido Señor hazme apóstol
tuyo, sin buscar ser el primero sino buscando la alegría de anunciar tu Evangelio. Ayúdanos a llamar a los otros para hacerlos de
tu gracia compañeros. A entender que tu
gracia es un bien de familia, del que no somos dueños. A dejar que nos ames, porque quieres hacerlo. A escuchar tu llamada a sacar a los hombres de
sus propios enredos. A esperar la gloria
que nos preparas, en tu mesa de amor eterno.
Amén.
1ª Semana de Adviento.
Martes,
01 de diciembre de 2020.
Del Evangelio de san Lucas 10,21-24.-
“Jesús, lleno de alegría en el Espíritu Santo”.
Lleno de la alegría del Espíritu Santo,
exclamó Jesús: —«Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque
has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a
la gente sencilla. Sí, Padre, porque así
te ha parecido bien. Todo me lo ha
entregado mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es
el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar».
COMENTARIO
El Evangelio presenta hoy a Jesús, radiante
de felicidad. El secreto de esa
felicidad es que Él está viviendo, palpando, sintiendo en su vida que Dios
mismo, el Padre, es cercano a todos los hombres-mujeres, que en Él mismo se
concentra todo lo que habían dicho los profetas, que Él es signo de amor para
que algo comience, como el perdón, la reconciliación. El Padre le ha revelado estos secretos tan
sencillos y tan desbordantes. Reconoce
que para ver lo que está viendo y para dar importancia a esa realidad nueva
hace falta tener ojos de pequeño, ojos de sencillo, ojos de no prepotente. Si quieres ver a Dios tienes que ser pequeño.
ORACIÓN
Que tu alegría, Jesús brille en nuestros rostros. Enséñanos a ser alegres como Tú. Alegres porque tanto nos amó el Padre que te
envió para nuestra salvación. Alegres
porque has venido, has compartido nuestras penas, y nos has dado la mayor
prueba de amistad. Alegres por revelar
tus secretos a los sencillos. Alegres
porque siempre estás con nosotros, presente en nuestra historia. Alegres porque nos estás preparando un lugar
en el que podamos compartir plenamente tu gozo.
Que tu alegría, Jesús brille en nuestros rostros.
1ª Semana de Adviento.
Miércoles, 02 de diciembre de 2020.
Del Evangelio de san Mateo 15,29-37.-
“Jesús
cura a muchos y multiplica los panes”.
Acudió a Jesús mucha gente llevando
tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y muchos otros; los echaban a sus pies,
y Él los curaba. Jesús dijo a sus
discípulos: —«Me da lástima de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y
no tienen qué comer. Y no quiero
despedirlos en ayunas, no sea que se desmayen en el camino». Y les preguntó: —«¿Cuántos panes
tenéis?». Ellos contestaron: —«Siete y
unos pocos peces». Él mandó que la gente
se sentara en el suelo. Tomó los siete
panes y los peces, dijo la acción de gracias, los partió y los fue dando a los
discípulos, y los discípulos a la gente.
Comieron todos hasta saciarse y recogieron las sobras: Siete cestas
llenas.
COMENTARIO
Dios viene para los pobres. Pero es necesario reconocer nuestra pobreza
para que el Señor pueda saciamos con sus bienes. Confiemos en que Dios quiere actuar en
nosotros este Adviento y tiene poder para curar nuestras enfermedades y
convertir nuestro corazón. Venid, el
banquete está preparado, dice Jesús. Un
Adviento para que, aceptando la invitación del Señor, quede saciada nuestra pobreza. Digámosle con sinceridad: ¡Ven, Señor
Jesús!
ORACIÓN
Señor, Tú eres mi alimento, eres la
fuerza por la que me darás la gracia de sentirme curado. Bendito seas, Señor, por Jesucristo tu
Hijo. Él multiplicó el pan para los
pobres, se hizo Pan triturado y roto.
Haz que este Pan nos haga disponibles, atentos y sensibles a las
necesidades y las hambres. Haz que nos
nutramos con la vida ofrecida por tu Hijo, que no descansemos hasta conseguir una
distribución más justa de las riquezas de la tierra. Ven Señor a alimentarnos a curarnos desde
dentro, ven a salvarnos Señor. Amén.
1ª Semana de Adviento.
Jueves,
03 de diciembre de 2020.
Del
Evangelio de san Mateo 7,21.24-27.-
“El que hace la voluntad del Padre entrará en el reino de
los cielos”.
Dijo
Jesús a sus discípulos: —«El que escucha estas palabras mías y las pone en
práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos,
soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque
estaba cimentada sobre roca. El que
escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre
necio que edificó su casa sobre arena.
Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y se hundió
totalmente».
COMENTARIO
Jesús
dice palabras de vida que hay que escuchar y cumplir, por eso afirma: No todo
el que me dice "Señor, Señor" entrará en el reino de los cielos, sino
el que cumple la voluntad de mi Padre.
El hombre, la sociedad, que se funda en la Palabra de Jesús no perecerá
nunca porque está basada en valores firmes e imperecederos. Jesús es la roca perpetua. Y por la fe en Cristo-Jesús nos hacemos
firmes e invencibles, a pesar de los vientos contrarios que soplen sobre
nuestras vidas. Es preciso acoger la
Palabra de Jesús con fe y practicarla con decisión y alegría.
ORACIÓN
Tú
construyes sólidamente la paz Señor, para quienes confían en Ti. Te pedimos por los responsables de la paz
entre los pueblos, para que construyan el futuro sobre la roca de la justicia;
por los que poseen los bienes de este mundo, para que abran a todos las puertas
del bienestar; por los cristianos que invocan tu nombre, para que traduzcan su
fe en actos de amor y de solidaridad con los más pobres. Señor quiero cimentar mi casa en Ti porque
todo lo humano se derrumba. Quiero
construir sobre la esperanza de tu amor sobre la roca de tu corazón. Señor, quiero construir sobre la esperanza de
tu amor, sobre la roca de tu corazón.
SAN FRANCISCO JAVIER
1ª Semana de Adviento.
Viernes, 04 de diciembre de 2020.
Del
Evangelio de san Mateo 9,27-31.-
“Jesús cura a dos ciegos que creen en Él”.
Dos
ciegos seguían a Jesús, gritando: -"Ten compasión de nosotros, hijo de David". Al llegar a la casa se le acercaron los
ciegos, y Jesús les dijo: -"¿Creéis que puedo hacerlo?". Contestaron: -"Sí, Señor". Entonces les tocó los ojos, diciendo: -"Que
os suceda conforme a vuestra fe". Y
se les abrieron los ojos.
COMENTARIO
Hay
dos modos de comunicar lo que tenemos dentro: con las palabras y con el
comportamiento. Al que está triste, se
le nota en la cara; y lo mismo al alegre. Quien verdaderamente vive la vida espiritual
tiene a menudo bellas y consoladoras experiencias. Pero no es apropiado que hable de ellas, sobre
todo en nuestra sociedad; es mucho mejor que su paz se transparente por su
comportamiento. Los creyentes tienen que
ejercer en todo momento este tipo de predicación, que abre los ojos al ciego en
la fe.
ORACIÓN
Oh
Dios que tomas partido por el débil, te suplicamos, que abras nuestros ojos
para ver la miseria de los hombres y transformes nuestro corazón, a fin de que
dando testimonio de tu justicia seamos artífices de un mundo nuevo en el que
brille luz para siempre. Y que nuestro
testimonio creyente transparente, nuestra íntima experiencia de fe. "Ten compasión de nosotros, hijo de
David"
1ª Semana de Adviento.
Sábado,
05 de diciembre de 2020.
Del
Evangelio de san Mateo 9,35-10,1.5a.6-8.-
“Al ver a las muchedumbres, se
compadecía de ellas”.
Jesús recorría todas las ciudades y
aldeas, enseñando en sus sinagogas, anunciando el Evangelio del reino y curando
todas las enfermedades y todas las dolencias. Al ver a las gentes, se compadecía de ellas,
porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor. Y llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad
para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia. Les decía: -“Lo que habéis recibido gratis,
dadlo gratis”.
COMENTARIO
El Evangelio nos muestra a Dios, en Jesús, abierto a las necesidades de salvación de los hombres. Dios sabe que necesitamos salvación. Pero Dios ha querido necesitar manos de hombres y mujeres para hacer su obra de salvación, para hacerse presente, para poner en marcha los signos del reino... En esta tarea no nos deja solos nos da GRATIS su autoridad para curar y expulsar espíritus inmundos. Tomemos conciencia de la gratuidad de la salvación y preguntémonos: ¿Qué damos gratis en nuestra vida ahora? Prepara los caminos del Señor para recibir y anunciar gratis la salvación.
ORACIÓN
Que allanemos los senderos intransitables de nuestra convivencia. Que rebajemos las cimas de nuestra soberbia y nuestro orgullo. Que enderecemos las torceduras y los entuertos de nuestra conducta; para recibir gratis al Salvador y gratis anunciar la salvación. Que elevemos los valles de nuestras depresiones y pesimismos. Que igualemos las desigualdades injustas de nuestra vida social. Sólo así podrá llegar Jesús, y todos veremos tu Salvación. Que así sea.
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