A modo de parábola para conocer a Jesús.
Hace un tiempo se contó la historia de un inspector que trabajaba en una planta nuclear al que se le encargó una tarea muy especial. Debía vigilar la puerta de salida para que ninguno de los obreros se llevara nada de la planta, especialmente material que contuviera elementos radioactivos. Tenía un instrumento especial y fielmente revisaba a la gente que salía de allí.
Una tarde notó que uno de los obreros salía empujando una carretilla llena de aserrín. El inspector lo detuvo, lo revisó cuidadosamente y al no encontrar nada prohibido, ningún material radioactivo, le permitió seguir su camino. Curiosamente, al día siguiente, más o menos a la misma hora, el mismo obrero volvía a salir de la planta llevando una carretilla llena de aserrín. La revisó otra vez con todo cuidado y al notar nuevamente que todo estaba en orden lo dejó seguir.
Lo mismo sucedió por varios días, hasta que finalmente, movido más por curiosidad que por sospecha, comenzó a interrogar al obrero que salía con la carretilla. Esto llevó a una investigación más detallada y finalmente el trabajador confesó que había estado robando carretillas. El inspector estaba tan preocupado por examinar el aserrín, a ver si había algo escondido allí, que lo más grande pasó sin que él se diera cuenta.
Esta parábola moderna contiene una amonestación para nosotros para el conocimiento de la Biblia. Es que muchas veces nos preocupamos por cosas pequeñas, tal vez secundarias, y perdemos de vista lo central, el cuadro mayor. No quiere decir que hay cosas pequeñas que no son importantes.
Sin embargo, lo cierto es que lo primero debe ponerse primero y a aquello central debe dársele la importancia que le corresponde. No hay duda alguna que el tema central de la Escritura es el Señor Jesús. Por lo tanto, la doctrina de Cristo es el tema principal al cual debiéramos darle importancia primordial.
La doctrina de Cristo o Cristología incluye un estudio de la persona y la misión de Cristo: quién es y qué vino a hacer. Normalmente, la Cristología abarca en primer lugar la persona de Cristo y la Soteriología, la doctrina de la salvación, más bien su misión. La persona de Cristo y su obra están estrechamente relacionadas, en realidad son como las dos caras de una misma moneda y no pueden separarse, no puede estudiarse una sin que de alguna manera afecte la otra.
A manera de ilustración citaremos un par de pasajes de la Escritura. Por ejemplo, San Mateo 1:21 nos dice y «Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados». Este texto nos hace referencia a Jesús y al mismo tiempo qué es lo que él iba a hacer.
En el Evangelio de San Lucas 19:10 encontramos otra vez esta verdad afirmada de la siguiente manera: «Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido». El Hijo del hombre, quién es el Hijo del hombre y cuál es su obra. Los dos temas demandan estudio en las palabras de este mismo versículo.
Podríamos muy bien decir que el propósito central de la Escritura es en realidad presentar a Cristo y la naturaleza de su misión. En cierta oportunidad el Señor Jesús, al hablar con los judíos, les dijo, "Escudriñad las Escrituras porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mí". (Atilio René Diupiutais. “El carpintero divino". Introducción)
Una tarde notó que uno de los obreros salía empujando una carretilla llena de aserrín. El inspector lo detuvo, lo revisó cuidadosamente y al no encontrar nada prohibido, ningún material radioactivo, le permitió seguir su camino. Curiosamente, al día siguiente, más o menos a la misma hora, el mismo obrero volvía a salir de la planta llevando una carretilla llena de aserrín. La revisó otra vez con todo cuidado y al notar nuevamente que todo estaba en orden lo dejó seguir.
Lo mismo sucedió por varios días, hasta que finalmente, movido más por curiosidad que por sospecha, comenzó a interrogar al obrero que salía con la carretilla. Esto llevó a una investigación más detallada y finalmente el trabajador confesó que había estado robando carretillas. El inspector estaba tan preocupado por examinar el aserrín, a ver si había algo escondido allí, que lo más grande pasó sin que él se diera cuenta.
Esta parábola moderna contiene una amonestación para nosotros para el conocimiento de la Biblia. Es que muchas veces nos preocupamos por cosas pequeñas, tal vez secundarias, y perdemos de vista lo central, el cuadro mayor. No quiere decir que hay cosas pequeñas que no son importantes.
Sin embargo, lo cierto es que lo primero debe ponerse primero y a aquello central debe dársele la importancia que le corresponde. No hay duda alguna que el tema central de la Escritura es el Señor Jesús. Por lo tanto, la doctrina de Cristo es el tema principal al cual debiéramos darle importancia primordial.
La doctrina de Cristo o Cristología incluye un estudio de la persona y la misión de Cristo: quién es y qué vino a hacer. Normalmente, la Cristología abarca en primer lugar la persona de Cristo y la Soteriología, la doctrina de la salvación, más bien su misión. La persona de Cristo y su obra están estrechamente relacionadas, en realidad son como las dos caras de una misma moneda y no pueden separarse, no puede estudiarse una sin que de alguna manera afecte la otra.
A manera de ilustración citaremos un par de pasajes de la Escritura. Por ejemplo, San Mateo 1:21 nos dice y «Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados». Este texto nos hace referencia a Jesús y al mismo tiempo qué es lo que él iba a hacer.
En el Evangelio de San Lucas 19:10 encontramos otra vez esta verdad afirmada de la siguiente manera: «Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido». El Hijo del hombre, quién es el Hijo del hombre y cuál es su obra. Los dos temas demandan estudio en las palabras de este mismo versículo.
Podríamos muy bien decir que el propósito central de la Escritura es en realidad presentar a Cristo y la naturaleza de su misión. En cierta oportunidad el Señor Jesús, al hablar con los judíos, les dijo, "Escudriñad las Escrituras porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mí". (Atilio René Diupiutais. “El carpintero divino". Introducción)
José Manuel Carrascosa Freire , ex-presidente diocesano de la HOAC (2014-2019), Representante de la HOAC en el Secretariado diocesano de Pastoral Obrera y Coordinación del Sector 2: «Paro, pobreza marginación y exclusión social generadas por el mercado de trabajo».
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