5º Domingo de Pascua • 15 de mayo
Queridas hermanas y hermanos:
Amar como Él nos ha amado
es la única posibilidad
de ser reconocidos
como discípulos suyos,
la única posibilidad
de ser discípulos y seguirle.
Y para poder amar así
necesitamos la Gracia.
Necesitamos
acoger su amor
en nuestra vida
y hacer de este
mandamiento nuevo
la norma de nuestra
existencia personal,
y de la vida social.
Amarnos desde
la vivencia
de la pobreza,
la humildad
y el sacrificio
que son
manifestaciones
de ese amor
que construye
la fraternidad.
¡Hasta mañana en el altar!
Fernando Carlos Díaz Abajo
Consiliario General HOAC, y
Mª Ángeles Bayo Valderrama
Responsable de Organización
y Vida comunitaria.
Del evangelio según
san Juan 13,31-33a.34-35.
«Como yo os he amado».
Amarnos como Él nos ha amado
es la invitación a hacer del amor
la propuesta política que active
una sociedad fraterna
y la búsqueda del bien común,
tendiendo puentes con
los más empobrecidos,
encarnando el amor
en su misma vida.
Nuestro
proyecto de vida
se asienta y fundamenta
en la cotidiana
experiencia amorosa
de Dios en nuestra vida.
Y, desde ella,
en nuestro empeño
por hacer del
amor al prójimo
nuestra norma de vida.
¿Cómo caminar para crecer
en esa experiencia?
https://www.hoac.es/wp-content/uploads/2022/05/5o-Domingo-de-Pascua.pdf
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«ORAR CON LA IGLESIA»
QUINTA
SEMANA DE PASCUA (Ciclo ‘C’)
Dios ha hecho maravillas con nosotros. Por eso debemos cantarle un cántico nuevo
(ant. de entrada). Esa acción salvadora
de Dios nos llega a través de la acción evangelizadora de la Iglesia (cf. 1
lect.). Y nosotros debemos difundir la
fe en Cristo Resucitado con nuestras palabras y ejemplos. Y será nuestro amor fraterno lo que nos
distinguirá en el mundo como discípulos de Cristo. Es el mandamiento nuevo que nos dejó como
encargo: «Que os améis unos a otros, como yo os he amado» (Ev.). Es decir, que tenemos que amarnos mutuamente
hasta dar la vida por el otro como Cristo ha hecho con nosotros. La eucaristía es la fuente de ese amor, la
caridad que nos lleva a dar la vida por los demás.
- Hechos 14,21b-27: Contaron a la Iglesia lo que Dios había hecho por medio de
ellos.
- Salmo 144: R/. Bendeciré tu nombre por siempre jamás, Dios mío, mi rey.
- Apocalipsis 21,1-5a: Dios enjugará las lágrimas de sus ojos.
Del Evangelio de san
Juan 13,31-33a.34-35.
“Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros”.
Dijo Jesús: -“Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros”.
COMENTARIO
El mandamiento primero de la ley antigua, queda sustituido por el mandamiento nuevo que da Jesús: -"Igual que yo os he amado, así también amaos los unos a los otros". No dice: Amadme como yo os he amado. Jesús, por el contrario, dice que sólo amando a las personas se ama a Dios, que Dios es inseparable del ser humano. Quien dice que ama a Dios y no ama a su hermano, es un mentiroso. El amor a los otros es la única prueba de nuestro amor a Dios. El mandamiento de Jesús da existencia a su grupo, lo constituye. Este se encuentra en medio del mundo como alternativa de vida frente a la muerte, de dignidad y libertad frente a la esclavitud y la humillación. "El amor mutuo será el distintivo por el que todo el mundo os reconocerá como discípulos míos".
ORACIÓN
Señor que hoy ponga el amor en mis manos para que sepan acariciar, acoger, estar abiertas al necesitado, siempre tendidas al prójimo. Señor que hoy sepa poner el amor en mis ojos para mirar al prójimo con cariño, para no ver lo primero los defectos sino la bondad, para ver todo lo bueno que me regalas en los demás. Señor que hoy sepa poner el amor en mis pies para que sigan tus caminos. Que hoy sepa poner el amor en mis labios para que pronuncien palabras de bondad y bendición. Señor que hoy cumpla el mandato del amor.
San Juan Nepomuceno, Presbítero y Mártir.
16 de mayo de 2022.
Del Evangelio de san
Juan 14,21-26.
“El Defensor que enviará el Padre os lo enseñará todo”.
Le dijo Judas, no el Iscariote a Jesús: -"Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no al mundo?". Respondió Jesús: -"El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho".
COMENTARIO
El Evangelio es sumamente simple. La preocupación constante de Jesús es descomplicar la religión que complicamos los hombres-mujeres. Hoy nos habla del amor a Dios. ¿Qué es, por fin, amar a Dios? Es hacer lo que Él quiere, como nos dicta nuestra conciencia iluminada por la fe cristiana. Pero no es todo; amar a Dios es dejarse amar por Jesús y por el Padre. Y esto es lo más importante en el cristianismo.
ORACIÓN
Dios nuestro que en tu Hijo te has revelado como Dios de amor, y nos has dado el mandamiento nuevo de que nos amemos los unos a los otros; ven a hacer morada en nosotros. Te suplicamos nos concedas, durante todo el tiempo de nuestro paso por la tierra, un corazón que olvide toda mala voluntad, una conciencia recta y pensamientos nobles, un corazón capaz de amar práctica y eficazmente a todos nuestros hermanos. Amén.
Del Evangelio de san
Juan 14,27-31a.
“Mi paz os doy”
Síntesis del discurso de despedida de Jesús
Dijo Jesús a sus discípulos: -"La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: ‘Me voy y vuelvo a vuestro lado’. Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo. Se acerca el Príncipe del mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que lo que el Padre me manda yo lo hago".
COMENTARIO
La paz y la seguridad que Jesús promete a los suyos deriva de la unión íntima que Él tiene con el Padre. También ahora necesitamos esa paz. Porque puede haber tormentas y desasosiegos más o menos graves en nuestra vida personal o comunitaria. Y sólo nos puede ayudar a recuperar la verdadera serenidad interior la conciencia de que Jesús está presente en nuestra vida. Escuchemos la palabra del Señor: “No tiemble vuestro corazón ni se acobarde”.
ORACIÓN
Haz de mí un instrumento de tu paz Señor. Allí donde haya odio yo ponga amor. Allí donde haya discordia que yo ponga unión. Te pido Señor por los que se creen abandonados por Ti, los que se han alejado de Ti, por los que dudan de Ti, por los que creen en Ti, por los que sufren; por todos los que de una u otra manera no tienen paz. A mi Señor, concédeme ser un hombre-mujer constructor de paz y pacificador, y que haya paz en mi familia, en mi ambiente, en mi interior, no cualquier paz, tu paz Señor. Amén.
Del Evangelio de san
Juan 15,1-8.
“El que permanece en mí y yo en él, ese
da fruto abundante”.
Dijo Jesús a sus discípulos: -"Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos".
COMENTARIO
De la vid pasa la savia, o sea, la vida, a los sarmientos, si “permanecen” unidos a la vid. Si no, quedan secos, no dan fruto y se mueren. La metáfora nos recuerda una gozosa realidad: La unión íntima y vital que Cristo ha querido que exista entre nosotros y él. Es un “trasvase” íntimo de vida desde la cepa a los sarmientos. Es una unión vital de Cristo con sus servidores. Esta unión tiene consecuencias importantes para nuestra vida de fe: “El que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante”.
ORACIÓN
Mírame Señor para que yo te ame. Llámame para que yo te vea, para que por toda la eternidad goce de Ti... Señor, sigue siendo mi único Señor. Que no me venda a nada ni a nadie. Hoy te digo sí, quiero permanecer a tu lado, unido a Ti deseo recibir tu vida, tu manera de ser, tu modo de tratar a las personas. Unido a Ti deseo dar frutos de justicia, de paz, de perdón, de alegría. Unido a Ti, Señor Jesús, deseo dar gloria al Padre siendo tu fiel discípulo. Ayúdame. Amen.
Del Evangelio de san
Juan 15,9-11.
“Permaneced en mi amor para que vuestra alegría llegue a plenitud”.
Dijo Jesús a sus discípulos: -"Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud".
COMENTARIO
¿En qué consiste este “permanecer” en Cristo? se trata de “permanecer en su amor, guardando sus mandamientos”. Sentiremos alegría en la medida en que “permanezcamos en el amor” a Jesús. Uno de los frutos más característicos de la Pascua debe ser la alegría. Y es la que Cristo Jesús quiere para los suyos. Una alegría plena. Una alegría recia, no superficial ni blanda. Una alegría que nace de la sintonía con el amor y la fidelidad al Resucitado. La misma alegría que llena el corazón de Jesús, porque se siente amado por el Padre es la que ahora Jesús nos quiere comunicar a nosotros.
ORACIÓN
Jesús enséñanos la alegría profunda que nace del amor. La alegría de la entrega, del trabajo bien realizado, de la amistad verdadera. La alegría del Evangelio que nos dice que Dios es nuestro Padre, nos ama y te envió para nuestra salvación. Enséñanos nuevas alegrías. La de compartir, la del Espíritu, la de poner la vida al servicio de los demás. Lleva a plenitud la alegría de sentirnos hermanos, la de sabernos hijos de Dios; lleva a plenitud la alegría que nace del amor. Amén.
Del Evangelio de san
Juan 15,12-17.
“Esto os mando: Que os améis unos a otros”.
Dijo
Jesús a sus discípulos: -"Éste es mi mandamiento: que os améis unos a
otros como yo os he amado. Nadie tiene
amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo
os mando. Ya no os llamo siervos, porque
el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo
lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido,
soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y
vuestro fruto dure. De modo que lo que
pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto
os mando: que os améis unos a otros".
COMENTARIO
Los
discípulos de Jesús deben amarse unos a otros.
No es un amor cualquiera el que Jesús encomienda. Se pone a sí mismo como modelo. Y Él se ha entregado por los demás, a lo largo
de su vida, y lo va a hacer más plenamente en su entrega en la cruz. Saber amar como lo ha hecho Él, saliendo de
nosotros mismos y amando no de palabra, sino de obra, con la comprensión, con
la ayuda oportuna, con la palabra amable, con la tolerancia, con la donación
gratuita de nosotros mismos.
ORACIÓN
Porque soy tu discípulo, enséñame Señor a servir por amor y no por obligación, a estar más atento ante las necesidades de mis hermanos, a no guardar rencor, a saber perdonar, a callar aquellas palabras que lo único que hacen es herir. Que sea paciente aunque por dentro explote, que sea amable aunque los demás no lo sean, que sea capaz de brindar una sonrisa, de vivir en la ilusión, la alegría del Evangelio. Porque soy tu discípulo, enséñame Señor a amar. Amén.
Del Evangelio de san
Juan 15,18-21.
“No sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo”.
Dijo Jesús a sus discípulos: -"Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia. No es el siervo más que su amo. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. Y todo eso lo harán con vosotros a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió".
COMENTARIO
He aquí el gran contraste: Ser del mundo o no serlo. Hay diferencia entre “estar en el mundo” y “ser del mundo”, o sea, compartir los criterios del mundo. El “mundo” para el evangelista Juan, es siempre el conjunto de las fuerzas del mal, opuesto al Reino que quiere establecer Jesús. Las palabras de Jesús nos avisan también a nosotros que va a ser difícil nuestra relación con el mundo. Como lo fue para Cristo Jesús. Como lo ha sido a lo largo de los dos mil años de la historia para la comunidad cristiana.
ORACIÓN
Quiero ser de los tuyos Señor,
aunque sé que por eso, el mundo me odiará.
Ser de los tuyos es: Compartir tu estilo de amar, de vivir, de sonreír,
de compartir. No quiero ser del mundo
porque ser del mundo es luchar por ser el primero, por tener más, por ser el
más importante, por dominar. Ser del
mundo es vivir en la injusticia, la mentira el engaño, el presumir, la
superficialidad que nos deja vacíos. Por eso hoy te pido Señor, ser siempre de los tuyos.
¡ACOGE, ABRAZA, CUIDA, ACOMPAÑA...!
LA VIDA DEL MUNDO OBRERO Y DE LOS POBRES,
CON MISERICORDIA Y COMPASIÓN.
Iglesia en el Mundo Obrero y Mundo Obrero en la Iglesia.
Una Mirada Cristiana del Trabajo Humano y el Bien Común.
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