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UNA MIRADA CRISTIANA DEL TRABAJO HUMANO Y EL BIEN COMÚN
¡ACOGE, ABRAZA, CUIDA, ACOMPAÑA...!
LA VIDA DEL MUNDO OBRERO Y DE LOS POBRES,
CON MISERICORDIA Y COMPASIÓN.


¡Bienvenido/bienvenida! al "blog" de la HOAC diocesana de Cádiz y Ceuta.


jueves, 8 de septiembre de 2022

ORAR EN EL MUNDO OBRERO «XXIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO» (11 DE SEPTIEMBRE DE 2022) CICLO “C”


24º Domingo del Tiempo Ordinario C
11 septiembre 2022

08 SEPTIEMBRE 2022 | POR 


Queridas hermanas y hermanos:

Lo revolucionario hoy
es la ternura,
la misericordia,
la capacidad
de acogida,
de escucha,
de perdón,
de cuidado.

La capacidad de
detener el paso
y caminar,
con otros,
al ritmo sanador
de la projimidad
en nuestro mundo.

Fernando Carlos Díaz Abajo
Consiliario General HOAC, y

Mª Ángeles Bayo Valderrama
Responsable de Organización
y Vida comunitaria.



Del evangelio según
san Lucas 15,1-32.
«Este acoge
a los pecadores y
come con ellos».

¿En qué se manifiesta
que creemos en ese Dios?
¿En qué nuestra vida
es igual de tierna y misericordiosa,
de compasiva y constructora de paz
y de justicia que la suya?
¿En qué acojo a los pecadores
y como con ellos?

 

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«ORAR CON LA IGLESIA»

24ª Semana del Tiempo Ordinario (Ciclo ‘C’)
Del 11 al 17 de septiembre de 2022.


Domingo 24º del Tiempo Ordinario.
San Pafnucio, obispo y confesor.
11 de septiembre de 2022.

La misericordia de Dios es el eje central de las lecturas de este domingo.  Así, en la primera, por la intercesión de Moisés, el Señor se arrepintió de la amenaza que había pronunciado contra los israelitas que se habían puesto en el desierto a adorar un toro de metal.  El sal. resp. –«Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre»– nos llama a la conversión.  El Ev. Nos presenta las tres parábolas de la misericordia: la oveja perdida, la moneda perdida y el hijo pródigo.  Las tres terminan llamándonos a unirnos a la alegría que habrá en el cielo por un solo pecador que se convierta.  Jesús vino al mundo a llamar a los pecadores (2ª lect.).  Con Él debemos salir a buscar a los que están perdidos para que vuelvan a la casa del Padre.

- Éxodo 32,7-11.13-14: El Señor se arrepintió de la amenaza que había pronunciado.

- Salmo 50: R./ Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre.

- 1ª Timoteo 1,12-17: Cristo vino para salvar a los pecadores.

Del Evangelio de san Lucas 15,1-32.

“Habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta”.

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharle.  Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: -"Ése acoge a los pecadores y come con ellos".  Jesús les dijo esta parábola: -"Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra?  Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: ¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido".

COMENTARIO

En el cielo hay fiesta.  Y se hace fiesta cuando un pecador se convierte de su mal camino; cuando un hombre-mujer vuelve sus pasos hacia Dios después de haber tenido un tropezón o una mala caída.  Se nos muestra la gratuidad del perdón y la alegría gozosa de la misericordia de Dios para con los pecadores y para quienes son considerados como "injustos" por la gente.  Dios nos conoce y por eso nos concede su perdón de modo total; un perdón que nos llena de alegría a nosotros, un perdón que llena de alegría al mismo Dios.  Dios respeta nuestra libertad cuando nos alejamos de Él; y hace fiesta cuando decidimos volver a casa.  Y así, el amor se hace alegría a la hora del perdón.

ORACIÓN

Señor, Tú eres mi pastor, Tú me guías con tu presencia cargada de vida, Tú me curas cuando me siento herido, me enseñas cuando he errado el camino, me cargas sobre tus hombros cuando me he extraviado.  Haz Señor que sepa disfrutar de tu alegría, que me convierta y vuelva a Ti.  Que descubra Señor que aunque soy pecador Tú me quieres.  Que me deje abrazar por Ti, que no me cierre a tu amor, que me abra a tu cariño y al de mis hermanos. Señor, que me deje abrazar por Ti.


Lunes de la 24ª Semana T. Ordinario.
Dulcísimo Nombre de la Bienaventurada Virgen María.

12 de septiembre de 2022.

Del Evangelio de san Lucas 7,1-10.
“Ni en Israel he encontrado tanta fe”.

Un centurión tenía a punto de morir, a un criado a quien estimaba mucho.  Al oír hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos para rogarle que fuera a curar a su criado.  Ellos, presentándose a Jesús, le rogaban encarecidamente: -"Merece que se lo concedas, porque tiene afecto a nuestro pueblo y nos ha construido la sinagoga".  Jesús se fue con ellos.  No estaba lejos de la casa, cuando el centurión le envió unos amigos a decirle: -“Señor, no te molestes; no soy yo quién para que entres bajo mi techo.  Dilo de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo tengo soldados a mis órdenes, y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; y a mi criado: "Haz esto", y lo hace”.  Jesús se admiró de él, y dijo a la gente: -“Os digo que ni en Israel he encontrado tanta fe”.  Y al volver a casa, los enviados encontraron al siervo sano.

COMENTARIO

El centurión, un pagano, es ejemplo de fe, humildad y confianza para el pueblo judío creyente y para nosotros.  Ya era bastante duro para él tener que pedir un favor a un judío; pero su intuición religiosa descubre en Jesús a un hombre de Dios.  Para él la palabra de Jesús es eficaz como la de Dios mismo; y esto le basta.  El centurión es consciente de no pertenecer al pueblo elegido, y sabe que para un judío suponía impureza legal el entrar en casa de un pagano; por eso no se cree digno de hospedar a Jesús.  ¿Por qué no alcanzamos ese nivel de fe nosotros, que conocemos mucho mejor que el soldado el amor y el poder de Dios?  Que cada uno se responda.

ORACIÓN

Señor no soy digno de que entres en mi casa porque he sido rebelde y he buscado el peligro, y escudriño las cumbres y el abismo, perdóname, Señor, y quédate conmigo.  Dime una palabra que me sane, que no me deje solo o desvalido; una palabra que me aliente en mi camino.  Señor, no soy digno de tu favor divino, pero confío en tu misericordia, en que Tú eres mi amigo.  Aunque, Señor, no soy digno, me atrevo a pedirte mayor fe, en Ti, en tu palabra y en el amor que Tú me has traído.  Señor, no soy digno de tu favor divino, pero confío en tu misericordia.


Martes de la 24ª Semana T. Ordinario.
San Juan Crisóstomo, Obispo de Constantinopla
y Doctor de la Iglesia.
13 de septiembre de 2022.

Del Evangelio de san Lucas 7,11-17.
“¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!”.

Iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, e iban con él sus discípulos y mucho gentío.  Resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba.  Al verla el Señor, le dio lástima y le dijo: -“No llores”.  Se acercó al ataúd, lo tocó y dijo:-“¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!”.  El muerto se incorporó y empezó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre.  Todos, sobrecogidos, daban gloria a Dios, diciendo: -“Un gran Profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo”.

COMENTARIO

El Señor da la vida al joven muerto y la sigue dando a todos los que confían en Él y tienen fe en su palabra: "Yo soy el Camino y la Vida".  Quien no acepta la invitación vive viviendo "muerto".  Quien acepta la invitación de Jesús vive la "verdadera vida".  Para todos Jesús ofrece su mensaje: "¡A ti te lo digo: Levántate!".  Cuando aceptes este mensaje, como lo hizo el joven del Evangelio, ¡volverás a la vida!; ¡saborearás lo que es vivir!.

ORACIÓN

Señor donde Tú estás, está la vida; donde Tú estás hay alegría; donde Tú estás vemos las obras que nos hacen alabar a Dios.  Dame Señor un oído de fe que me haga escuchar tu voz que me dice: Levántate.  Dame un amor que me guíe en el camino, una esperanza a prueba de fracasos, una pasión que arda con el fuego del Espíritu.  Quiero Señor verte más claramente, amarte más tiernamente; seguirte más fielmente.  Amén.


Exaltación de la Santa Cruz.
Miércoles de la 24ª Semana T. Ordinario.
14 de septiembre de 2022.

Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, que, al día siguiente de la dedicación de la basílica de la Resurrección, erigida sobre el Sepulcro de Cristo, es ensalzada y venerada como trofeo pascual de su victoria y signo que aparecerá en el cielo, anunciando a todos la segunda Venida (elog. del Martirologio Romano).

Del Evangelio de san Juan 3,13-17.
“Tiene que ser elevado el Hijo del hombre”.

Dijo Jesús a Nicodemo: -“Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.  Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.  Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna.  Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él”.

COMENTARIO

El diálogo de Jesús con Nicodemo, se centra en la gran opción, creer o no creer en Jesús como Mesías.  En esta opción está la salvación o la perdición.  La fiesta en honor de la Cruz de Cristo significa la victoria del amor sobre el pecado y la seriedad del camino de la Pascua.  Se puede decir que esta fiesta condensa en un solo día el Misterio Pascual, que abarca la renuncia, la cruz, la muerte, y termina en la vida plena.  Mira a la cruz y cree para tener vida eterna.  Cree en este Dios que tanto amó al mundo, que entregó a su Hijo único, para que no perezca ninguno de los que creen en Él, sino que tengan vida eterna.

ORACIÓN

Haz, Señor, que te mire y después de mirarte y volverte a mirar en la cruz haz que tenga el valor de dejarme amar por Ti, de dejarme contemplar por tu mirada.  Ven a mí con el fuego de tu Espíritu Santo para que en mi vida tome una decisión definitiva de creer que Tu eres el Salvador y vivir de acuerdo con lo que creo.  Configúrame con tu Hijo Jesucristo en los misterios de su muerte y resurrección él que trae salvación al que con fe va por sus caminos.  Haz, Señor, que te mire en la cruz y tenga el valor de dejarme amar por Ti.


Nuestra Señora de los Dolores (Angustias).
Jueves de la 24ª Semana T. Ordinario.
15 de septiembre de 2022.

Memoria de Nuestra Señora de los Dolores, que de pie junto a la cruz de Jesús, su Hijo, estuvo íntima y fielmente asociada a su pasión salvadora.  Fue la nueva Eva, que por su admirable obediencia contribuyó a la vida, al contrario de lo que hizo la primera mujer, que por su desobediencia trajo la muerte.

Del Evangelio de san Juan 19,25-27.
Triste contemplaba y dolorosa miraba del Hijo amado la pena”.

Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena.  Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre: -"Mujer, ahí tienes a tu hijo".  Luego, dijo al discípulo: -"Ahí tienes a tu madre".  Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.

COMENTARIO

Ahí tienes a tu madre; ese es el gran regalo que Jesús te hace desde la cruz.  Ahí tienes lo que más quiere, su madre que desde ahora es tuya.  Es la maternidad espiritual de María.  Pero recuerda que si la recibes como la recibió el discípulo tienes que vivir como hijo, tienes que recibirle en tu casa.  Acércate a la cruz para que puedas recibir el gran regalo de Jesús y deja que hoy resuene en tu corazón: Ahí tienes a tu madre.

ORACIÓN

De pie junto a la cruz, quiero recibirte María como el gran regalo que me hace tu hijo Jesús; quiero recibirte viviendo como hijo tuyo.  Enséñame a estar al pie de la cruz, enséñanos a encajar el dolor injusto y la pérdida de los seres queridos con la serenidad del que sufre con esperanza.  Desde mi dolor, que sepa mirar a los demás y seguir preocupándome por ellos; y que al contemplarte, María, sepa como tú, unir mi dolor al de tu Hijo para que mi sufrimiento sea también sufrimiento redentor.  Amen.


Viernes de la 24ª Semana T. Ordinario.
San Cornelio, Papa, Mártir y
San Cipriano, Obispo, Mártir.
16 de septiembre de 2022.

Del Evangelio de san Lucas 8,1-3.
“Las mujeres acompañaban a Jesús y le ayudaban con sus bienes”.

Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, predicando el Evangelio del reino de Dios; lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que Él había curado de malos espíritus y enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, intendente de Herodes; Susana y otras muchas que le ayudaban con sus bienes.

COMENTARIO

La actitud de Jesús respecto de la mujer contrasta con la de los maestros de su tiempo, que dudaban de la capacidad de la misma para estudiar y comprender la Torá, la ley mosaica, que ellos enredaban a placer.  Ningún rabino tenía mujeres entre sus discípulos; no las consideraban aptas.  En los evangelios , en cambio, las mujeres aparecen como muy receptivas al mensaje de Cristo, comenzando por María la madre del Señor, hasta el punto de que son ellas las primeras que llevan a los apóstoles la alegre noticia de la resurrección de Jesús.  ¿Cómo vivimos hoy en la Iglesia y fuera de ella la relación entre hombres y mujeres?.

ORACIÓN

Señor, hoy te pido por tantas mujeres como te siguen; que encuentren en Ti la paz; por tantas que no te conocen, para que te conozcan como el Salvador, por tantas que están explotadas para que encuentren en Ti liberación, por tantas madres, esposas hijas para que encuentren en Ti el camino, la verdad, la vida.  ¿Por qué Señor nos cuesta tanto a mujeres y hombres complementarnos, colaborar juntos, ayudarnos a realizar unos con otros el camino de la vida?.  Quizás necesitamos curarnos de creernos superiores unos respecto a otros, curarnos de querer dominar... sánanos Señor para que vivamos en respeto mutuo , en colaboración, en justicia y dignidad. Amén.


Sábado de la 24ª Semana T. Ordinario.
San Roberto Belarmino, obispo y doctor de la Iglesia,
miembro de la Compañía de Jesús.
17 de septiembre de 2022.

Del Evangelio de san Lucas 8,4-15.

“Los de la tierra buena son los que guardan la palabra
y dan fruto con perseverancia”.

Jesús les dijo esta parábola: -"Salió el sembrador a sembrar su semilla.  Al sembrarla, algo cayó al borde del camino, lo pisaron, y los pájaros se lo comieron.  Otro poco cayó en terreno pedregoso, y, al crecer, se secó por falta de humedad.  Otro poco cayó entre zarzas, y las zarzas, creciendo al mismo tiempo, lo ahogaron.  El resto cayó en tierra buena, y, al crecer, dio fruto el ciento por uno".  Dicho esto, exclamó: -"El que tenga oídos para oír, que oiga".

COMENTARIO

Dios brinda al hombre-mujer gratuitamente la Salvación que el Reino aporta; pero tal Salvación no se logra de manera automática y fulminante, no se logra sin la colaboración del ser humano.  Para que se produzca el fruto es fundamental la iniciativa de Dios, y también la respuesta afirmativa del hombre y de la mujer, a quienes Dios quiere con amor gratuito.  Para que fructifique en nosotros la palabra del Reino hemos de despojarnos de cuanto la asfixia: superficialidad, oportunismo, inconstancia, afán de riqueza e idolatría del placer, para poder ofrecerle un suelo mullido, con la hondura suficiente y el calor que necesita la simiente para germinar y granar.

ORACIÓN

Mira Señor vivimos un consumismo que nos asfixia. ¡Sánanos!.  Vivimos un materialismo que poco a poco nos seca el Espíritu. ¡Cúranos!.  Estamos inmersos en un relativismo que nos vuelve indiferentes. ¡Sálvanos!.  Nos invade un individualismo que potencia que los fuertes pisen a los débiles. ¡Perdónanos!.  Nos envuelve una agresividad que nos destruye. ¡Restáuranos!.  Pero también tenemos solidaridad, preocupación por la justicia, amor a la verdad...  Fortalécenos Señor en todo lo positivo de nuestras vidas para que la semilla del Evangelio de fruto del ciento por uno.


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