27º Domingo del Tiempo Ordinario C
• 2 octubre 2022
Queridas hermanas y hermanos:
La fe es un don,
una Gracia, gratuita,
y nuestra capacidad
de vivir la fe
también es gracia.
Un don que acogemos
en la medida en que amamos,
en que nos dejamos amar por Dios
y acogemos su amor agradecidamente,
para hacer de nuestra existencia
una ofrenda de amor
para nuestros hermanos:
“Te ofrecemos todo el día,
nuestro trabajo,
nuestras luchas,
nuestras alegrías
y nuestras penas”.
Amamos a Dios
amando a quienes ama.
¡Hasta mañana en el altar!
Fernando Carlos Díaz Abajo
Consiliario General HOAC, y
Mª Ángeles Bayo Valderrama
Responsable de Organización
y Vida comunitaria.
Del evangelio según
san Lucas 17,5-10.
«Somos siervos inútiles».
No vivimos tiempos fáciles,
quizá porque son más desconcertantes
de lo que esperábamos.
Y el desconcierto ante lo que vivimos
hace que las respuestas que nos dábamos
y que valían en determinadas circunstancias,
hoy resulten confusas,
sin apuntar a un claro horizonte
de esperanza y humanización.
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27ª Semana del
Tiempo Ordinario (Ciclo
‘C’)
Del 02 al 08 de octubre de 2022.
La fe es tema fundamental en este domingo. En la 1ª lect. el profeta Habacuc se queja de
las dificultades del mundo que le tocó vivir, que ponían a prueba su fe en
Dios. Y el Señor le recuerda que el
justo vivirá por su fe. No nos podemos
acobardar ante las dificultades de nuestra época que dificultan la evangelización. Por el contrario, no nos avergoncemos del
testimonio de nuestro Señor (cf. 2ª lect.).
Tenemos que pedirle al Señor que aumente nuestra fe, puesto que es un
don de Dios (cf. Ev.). Una oración que
en nosotros debe ser sencilla y frecuente.
Además, tenemos que poner de nuestra parte para alimentarla
–especialmente el domingo– en la escucha atenta de la Palabra de Dios. «Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: No
endurezcáis vuestro corazón» (sal. resp.).
- Habacuc 1,2-3.2,2-4: El justo vivirá por su fe.
- Salmo 94: R./ Ojalá
escuchéis hoy la voz del Señor:
«No endurezcáis vuestro corazón».
- 2ª Timoteo 1,6-8.13-14: No te avergüences de dar testimonio
de nuestro Señor.
Del Evangelio de san
Lucas 17,5-10.
En aquel tiempo, los apóstoles le pidieron al Señor: -"Auméntanos
la fe". El Señor contestó: -"Si
tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: ‘Arráncate de
raíz y plántate en el mar’. Y os
obedecería”.
COMENTARIO
Un gran defecto de nuestra fe radica en la autosuficiencia: Creemos
más en nosotros mismos que en Dios. Confiamos
más en nuestras propias fuerzas que en el don gratuito de Dios. Por eso el Señor destaca la fuerza poderosa
de esa fe cuando ésta es auténtica; es decir, cuando se apoya confiadamente en
Dios y no en nosotros mismos. La fe así
vivida, aunque fuera como un grano de arena, es capaz de hacer cosas
extraordinarias. Ninguna fuerza humana
sería capaz de compararse a ella. Ante
nuestra actitud de medir nuestras fuerzas para actuar de esta manera o de la
otra; ante nuestros miedos y dudas en las dificultades y problemas; ante
nuestras cobardías para hablar del Evangelio y actuar abiertamente en
cristiano, el Señor nos dice que una fe como una semilla produce verdaderos
milagros. Hagamos nuestra la súplica de
los apóstoles: "¡Señor, auméntanos la fe!".
ORACIÓN
Señor aumente mi fe en tu amor, en tu misericordia, en tus desvelos por mi felicidad. Señor aumenta mi confianza en Ti, en la obra de la Redención, en el final feliz de la Salvación. Aumenta mi fe Señor para que siga el camino de la santidad, de la justicia, de la entrega. Que la fe no sea solo Señor, una idea que tenga en la cabeza sino apoyar toda mi vida en Ti. Que sepa cuidar mi fe con actos de confianza en Ti Señor, para que aunque mi fe sea tan pequeña como un grano de mostaza, crezca de día en día y se desarrolle en actos de servicio al prójimo y de confianza en tu amor de Padre. Señor aumente mi fe en tu amor de Padre, en tu misericordia.
Del Evangelio de san
Lucas 10,25-37.
“¿Quién es mi prójimo?”.
Se presentó un letrado y le preguntó a Jesús para ponerlo a prueba: -“Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?”. Él le dijo: -“¿Qué está escrito en la Ley?, ¿qué lees en ella?”. El letrado contestó: -“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo”. Él le dijo: -“Bien dicho. Haz esto y tendrás la vida”.
COMENTARIO
¿Qué tengo que hacer? Fue la pregunta sincera de un hombre de buena voluntad. La respuesta contempla el Evangelio como plenitud de la revelación, y la ley del amor como resumen del Evangelio. La prueba de autenticidad contra toda falsificación teórica del amor son las obras. Hoy se centra la conducta moral más en actitudes que en actos aislados. Ser buen discípulo del Evangelio no consiste en hacer cosas, sino en un sí rotundo dado a Dios las veinticuatro horas del día. Concebir la religión como una lista de preceptos y prohibiciones es falsificar su contenido. La enseñanza impartida bajo el símil del buen samaritano contrapone la conducta de los que cumplen la ley del amor frente a los que se desentienden de ella. Hoy al recordar la ley del amor y la parábola del buen samaritano pide a Dios: -"Dame, Señor, ojos para ver, corazón para amar, fortaleza para perseverar".
ORACIÓN
Señor dame entrañas de misericordia, entrañas de buen samaritano, para salir de mis cosas y descubrir al necesitado, para ayudar al que sufre, para socorrer al hambriento, para comprender al que falla. Que hoy comprenda Señor que lo que tengo que hacer es vivir con una actitud misericordiosa; que tengo que tener cariño y ternura y manos que sepan dar y corazón que sepa ponerse en movimiento para compartir. Que sepa descubrir al necesitado que vive cerca de mí y que sin dar un rodeo me acerque más a su vida. Señor dame entrañas de misericordia.
Del Evangelio de san
Lucas 10,38-42.
“Marta lo recibió en su casa. María ha escogido la parte mejor”.
Entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió
en su casa. Ésta tenía una hermana
llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra. Marta se multiplicaba para dar abasto con el
servicio; hasta que se paró y dijo: -“Señor, ¿no te importa que mi hermana me
haya dejado sola con el servicio? Dile
que me eche una mano”. Pero el Señor le
contestó: -“Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una
es necesaria. María ha escogido la parte
mejor, y no se la quitarán”.
COMENTARIO
Marta y María representan para la comunidad cristiana y para el
creyente actitudes complementarias de la acogida del Reino de Dios, presente en
la persona y palabra de Cristo. Marta y
María significan dos dimensiones matizadas de un mismo quehacer, que deben ir
unidas en equilibrio fecundo. Son las
dos caras de una misma moneda; no puede estar la una sin la otra, pues forman
parte indivisible del seguimiento de Cristo.
No podemos vivir como cristianos sin orar, sin escuchar la Palabra de
Dios y hablar con Él. Tampoco podemos quedarnos en la oración sin pasar a la
acción.
ORACIÓN
Necesito cada día preguntarte ¿Qué quieres Señor?; necesito hablar contigo para no hacer de lo religioso una ideología. Pero también necesito traducir el mensaje en servicio, en atención al hermano/a. Que sepa vivir el equilibrio de trabajo y oración, de contemplación y acción, de escuchar tu palabra y vivir la caridad. Te necesito a Ti Señor para tener la vida centrada en el Evangelio, para vivir la fe sin nerviosismos ni inquietudes. Ayúdame Señor.
Días de acción de gracias y de petición que la comunidad
cristiana ofrece a Dios, terminadas las vacaciones y la recolección de las
cosechas, al reemprender la actividad habitual.
Son una ocasión que presenta la Iglesia para rogar a Dios por las
necesidades de los hombres, principalmente por los frutos de la tierra y por
los trabajos de los hombres, dando gracias a Dios públicamente (NUALC, 45-47).
Del Evangelio de san
Mateo 7,7-11.
“Todo el que pide recibe”.
Dijo
Jesús a sus discípulos: -“Pedid y se os dará, buscad y encontraréis; llamad y
se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se
le abre. Si a alguno de vosotros le pide
su hijo pan, ¿le va a dar una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una
serpiente? Pues si vosotros, que sois
malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre del
cielo dará cosas buenas a los que le piden!”.
COMENTARIO
Después
del verano, de las vacaciones y sus viajes, y de las cosechas, nos detenemos un
momento para dar gracias, para pedir perdón, para invocar la ayuda de Dios
sobre las nuevas actividades. Empieza un
nuevo ritmo de trabajo escolar, laboral, social, apostólico. Seguro que hay motivos de acción de gracias
por los favores recibidos, de arrepentimiento por los fallos que hemos tenido,
de petición a Dios para que nos siga bendiciendo en las actividades que reanudamos. Hoy: Valora lo que tienes y agradécelo: Pide
perdón a Dios y a las personas por lo que no has hecho bien. Ponte ante Dios y pídele su gracia sobre todo
lo que vayas a hacer.
ORACIÓN
Gracias Señor por la creación entera: Por el sol y por la luz, por el monte y por el mar, por el cielo y por la tierra, por las aves y los peces, por el invierno y la primavera, por la lluvia y por la nieve, gracias Señor por los frutos de la tierra. Gracias por cada hombre, por cada mujer por cada niño/a y anciano/a. Gracias por Cristo tu palabra eterna. Danos tu ayuda para hacer nuestros trabajos según tu voluntad y concédenos el perdón por todo nuestro mal.
Del Evangelio de san
Lucas 11,5-13.
“Pedid y se os dará”.
Dijo Jesús: -“Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre. ¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?.
COMENTARIO
Debemos orar insistentemente, con espíritu y actitud filial, confiando en la bondad de nuestro Padre-Madre-Dios. Pero somos conscientes de que pedimos y no obtenemos, buscamos y no hallamos... ¿Será que pedimos de manera cosas poco adecuadas?. ¿Será que no pedimos según el Espíritu?. ¿Será que en Dios buscamos de manera solapada satisfacer nuestros egoísmos?.
ORACIÓN
Señor, estoy arrodillado ante Ti, para pedirte. Pero hoy Señor no me atrevo a pedirte cualquier cosa. Dame luz para ver lo que debo hacer, luz para mi camino personal. Dame coraje para despojarme de "cuentos chinos", y pedirte sinceramente que se cumpla en mí tu voluntad; que me concedas el Espíritu Santo. Tú que eres Padre y mamá, dame lo que necesito para ser y vivir como hijo tuyo. Amén.
Del Evangelio de san
Lucas 11,15-26.
“Si yo echo los demonios con el dedo de
Dios,
entonces es que el Reino de Dios ha llegado a vosotros”.
Habiendo echado Jesús un demonio, algunos de entre la multitud dijeron: -“Si echa los demonios, es por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios”. Él, leyendo sus pensamientos, les dijo: -“Todo reino en guerra civil va a la ruina, y se derrumba casa tras casa. Si también Satanás está en guerra civil, ¿cómo mantendrá su reino?. Vosotros decís que yo hecho los demonios con el poder de Belzebú; y si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero si yo echo les demonios con el dedo de Dios, entonces es que el Reino de Dios ha llegado a vosotros”.
COMENTARIO
Jesús ha realizado un signo, un milagro. Ante este hecho caben muchas interpretaciones. Unos admiraron el poder liberador y la misericordia de Dios. Otros lo atribuyeron a complicidad de Cristo con el demonio. La única explicación válida es afirmar que otro más fuerte que el demonio, es decir, Jesús mismo, lo ha vencido. Porque Él echa los demonios “con el dedo de Dios”, es decir, con su poder y por el Espíritu, por eso ha llegado al mundo de los hombres-mujeres el reinado y la misericordia liberadora de Dios. Es la explicación correcta, dice Jesús. Las distintas explicaciones ponen en evidencia la aceptación o el rechazo de Jesús que se manifiesta en la fe o en la increencia.
ORACIÓN
Concédeme Señor fe para tener una mirada limpia un mirar limpio que vea en las acciones de Jesús, su misericordia, su salvación y no unos intereses bastardos. Concédeme fe para ver el dedo de Dios que con su poder me libera del pecado. Préstanos tus ojos Señor, para interpretar correctamente las obras de Dios, para ver la señal del amor de Dios en las vidas de los hombres. Préstanos tus ojos Señor, para interpretar correctamente las obras de Dios.
Del Evangelio de san
Lucas 11,27-28.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios!”.
Mientras hablaba a las turbas, una mujer de entre el gentío levantó la voz diciendo: -“"¡Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron!". Pero él repuso: -"Mejor: ¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen!".
COMENTARIO
María de Nazaret, tú tenías un mirar limpio. Te brotaba de dentro. Nunca separaste tu forma de mirar del Dios que te miraba y te embellecía con sola su mirada, dejándote revestida de hermosura y de gracia. Todo tu cuerpo era icono de Dios, expresión de su ternura. Qué bien suena escuchar de labios de tu hijo: ¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen!". Dichosa tú que escuchaste y creíste.
ORACIÓN
María, enséñanos a querer nuestro cuerpo. Somos cuerpo y nuestro cuerpo es hogar de Dios y lugar de encuentro. Haznos ver el cuerpo, como espacio de amor y libertad. Que nuestro corazón sea fecundo por acoger la Palabra de Dios. Y nuestros oídos atentos al susurro de su voz. Que todo el cuerpo, mente, corazón, espíritu esté pronto a cumplir la Palabra. Amén.
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