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Asamblea Sinodal
Del 4 al 29 de octubre se celebra la primera sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo sobre sinodalidad, que tendrá una segunda sesión en octubre de 2024. Este hecho de que la asamblea se celebre en dos sesiones separadas por un año entre sí, ya es significativo: se trata de madurar en la escucha, el diálogo y el discernimiento de todo el Pueblo de Dios.
Esto supone que la reflexión y las conclusiones de la Asamblea Sinodal puedan volver a las Iglesias locales para continuar la escucha y el discernimiento, porque no se trata de producir sin más un documento, sino de abrir caminos para vivir mejor la misión de la Iglesia, de crecer como Iglesia sinodal, para identificar las líneas de vida y acción para crecer en la comunión y la misión desde la participación. En ese mismo sentido, es también significativo el hecho de la participación en la asamblea, con voz y voto, no solo de obispos sino también de otros miembros de la Iglesia, entre ellos, en el caso de la Iglesia española, del laico Enrique Alarcón, de la FRATER, movimiento de Acción Católica Especializada.
Hemos llegado a esta primera sesión de la Asamblea Sinodal tras un largo proceso iniciado en octubre de 2021. Todo el proceso ha querido estar presidido por la escucha, el diálogo y el discernimiento. Comenzamos en las Iglesias diocesanas, continuamos con las asambleas de la Iglesia de cada país y seguimos con las asambleas continentales. En cada uno de esos tres momentos se ha llegado a algunas conclusiones que es necesario seguir dialogando para encarnarlas en la vida concreta de la Iglesia. A partir de esa primera fase del proceso sinodal, se ha elaborado un instrumento de trabajo (Instrumentum laboris) para la escucha, el diálogo y el discernimiento en la primera sesión de la Asamblea Sinodal de toda la Iglesia. Con sus luces y limitaciones, es un rico documento que merece el diálogo y el discernimiento no sólo de la Asamblea Sinodal sino también de todas las comunidades eclesiales. Lo mismo ocurre con las conclusiones a que se pueda llegar en esta primera sesión de octubre de 2023, hasta llegar a la segunda sesión en octubre de 2024. Y después, habrá que seguir también con el discernimiento como práctica habitual, porque se trata de una nueva manera de vivir y actuar en la Iglesia al servicio de la fraternidad, acogiendo al Espíritu en el clamor de los empobrecidos y de la casa común.
El Instrumentum laboris de la Asamblea Sinodal está dividido en dos grandes partes. La primera, Por una Iglesia sinodal, una experiencia integral, expresa los signos característicos de una Iglesia sinodal, así como el modo sinodal de proceder. La segunda, Comunión, misión, participación, plantea tres aspectos prioritarios para la Iglesia sinodal: cómo crecer en comunión acogiendo a todos en fidelidad al Evangelio los modos concretos de corresponsabilidad, reconociendo y valorando la aportación de cada bautizado con vistas a la misión común; y la identificación de estructuras y dinámicas de gobierno a través de las que articular la participación en una Iglesia sinodal misionera. Destaca, como señala el mismo documento, algunas de las prioridades surgidas de la escucha del Pueblo de Dios, pero no como afirmaciones cerradas sino como preguntas dirigidas a la Asamblea Sinodal para identificar pasos concretos para seguir creciendo como Iglesia sinodal.
La HOAC, que hemos participado en todo el proceso sinodal, lo valoramos como un avance muy importante, comienzo de una nueva etapa que inicia nuevos métodos y prácticas que expresan un cambio imprescindible para caminar hacia una Iglesia más fiel al Evangelio. Porque si algo está poniendo de manifiesto todo este proceso es la necesidad de cambios profundos en nuestra Iglesia que piden constancia y paciencia, decisiones concretas en cada Iglesia particular y en la Iglesia universal, así como de procesos de conversión.
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