LA IGLESIA REFUERZA SU COMPROMISO “IRRENUNCIABLE” POR EL TRABAJO DECENTE
La pastoral del trabajo ha celebrado una nueva edición de sus jornadas generales en las que se renovó el compromiso “irrenunciable” de la Iglesia por el trabajo decente para todos y todas, en todo lugar. Esta pastoral apuesta por impulsar su dinamismo evangelizador caminando junto con otras pastorales de la Iglesia española, con proyectos comunes que aborden problemáticas del mundo del trabajo, particularmente las que afectan a las personas trabajadoras con mayores dificultades.
El evento reunió, durante este fin de semana en Ávila, a 80 personas de 30 diócesis, incluyendo responsables de la pastoral, el obispo Abilio Martínez y el director del departamento, Antonio Aranda; equipos parroquiales y movimientos cristianos especializados en el mundo del trabajo. El también obispo de Osma-Soria destacó la importancia de la extensión y la transversalidad de la pastoral del trabajo en toda la Iglesia española.
En la primera ponencia, Maite Valdivieso realizó un enfoque basado en la comunión, humanización y vocación humana al trabajo. Alentó a soñar en la fraternidad y a vivir el trabajo como un lugar teologal y eclesial. La importancia de renovar la propuesta pastoral para el mundo laboral fue resaltada, promoviendo nuevos retos y llamadas, sumando sinergias con proyectos junto a otras pastorales de la Iglesia.
Hubo espacio para el diálogo en grupos y paneles de experiencias que contribuyeron a a concretar la tarea pastoral en las diócesis, la transversalidad y la experiencia de la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente.
Construir reino en el mundo del trabajo
En la eucaristía del domingo, presidida por el obispo Abilio Martínez, el prelado emplazó a seguir con este esfuerzo para afrontar los problemas y desafíos del mundo del trabajo “con esperanza cristiana”. El evangelio nos “habla del servicio a los más pobres” y necesitados, y esta entrega pastoral es una manifestación clara de hacer reino de Dios. “Cuánto podemos hacer para que el reino de Dios sea una realidad en el mundo del trabajo” ha subrayado, al destacar algunas situaciones como la ausencia de un salario justo, la falta de derechos, el desempleo “que hay que acompañar y cuidar” para que “se haga posible el reino de Dios aquí”.
En la segunda ponencia, Abraham Canales presentó algunos aspectos del cuaderno pastoral ¿Qué entiende la Iglesia por trabajo decente?. Canales revisó hitos importantes en torno al trabajo decente, describiendo un hilo de continuidad entre esta prioridad de la OIT, el magisterio de la Iglesia y el protagonismo de otros movimientos. Destacó la irrenunciabilidad del trabajo decente para la Iglesia y la importancia del diálogo para este logro. Recordó el compromiso del laicado en la promoción del trabajo decente.
“El cuaderno sintetiza un periodo, una voluntad política, un magisterio de la Iglesia –de los últimos tres Papas: san Juan Pablo II, Benedicto XIV y Francisco–, el papel del laicado o de la Iglesia española… en relación al concepto, relativamente nuevo, del trabajo decente”, expresó Canales.
Dinamismo pastoral
El encuentro ha reforzado a la pastoral del trabajo en su dinamismo misionero que busca acercar la Buena Noticia a quienes sufren a causa del trabajo indecente en un contexto de sociedad deshumanizada. Este compromiso representa una experiencia con Jesús, instando a trabajar en la construcción del reino de Dios basado en el amor y la justicia social.
La Doctrina Social de la Iglesia proporciona criterios para avanzar hacia el trabajo decente, destacando la importancia de la dignidad, el bien común, la solidaridad y el destino universal de los bienes. Se recordó que el trabajo decente cuida de la dignidad de cada persona, es libremente elegido, ofrece un salario justo y promueve proyectos emancipadores de vida, con medidas de protección contra la siniestralidad laboral, horarios saludables, igualdad y formación continua, asegurando una jubilación digna, según las enseñanzas de Benedicto XVI en Caritas in veritate (63) que ha impulsado y renovado el papa Francisco.
LA PASTORAL DEL TRABAJO REFUERZA SU
COMPROMISO
POR LA EVANGELIZACIÓN DEL MUNDO DEL TRABAJO
Bajo el lema “La transversalidad de la Pastoral del Trabajo en la Pastoral General de la Iglesia», el departamento de Pastoral del Trabajo de la CEE, dentro de la Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social, ha celebrado las Jornadas Generales de Pastoral del Trabajo del 25 al 26 de noviembre en Ávila.
En el encuentro han participado 80 personas, entre responsables de la esta pastoral, equipos parroquiales (EPO), de los distintos movimientos de militantes obreros cristianos (ACO, HHT, HOAC y JOC) y de Cáritas, provenientes de 30 diócesis. El ambiente ha sido de oración, reflexión, diálogo y denuncia.
La apertura de las jornadas y la presentación de los asistentes ha corrido a cargo de Mons. Abilio Martínez Varea, obispo responsable del departamento de pastoral del trabajo, y Antonio Javier Aranda López, director del mismo departamento. Ambos explicaron el desarrollo y los contenidos de las jornadas, invitando a una participación activa.
A continuación, Maite Valdivieso, militante de la HOAC y responsable de la Pastoral Obrera de la diócesis de Bilbao, desarrolló una ponencia sobre «La transversalidad de la pastoral del trabajo en la pastoral general». Charló sobre el proyecto de Dios como un proyecto de comunión y humanización, destacando el trabajo como vocación humana.
Tras la comida, se realizó el panel de experiencias por parte de las diferentes delegaciones: Orihuela-Alicante, parroquias de Córdoba y movimientos eclesiales. El diálogo en grupos y los diferentes paneles de experiencias de tarea transversal ayudaron a concretar vías para desarrollar esa transversalidad en la Iglesia y en los lugares de nuestro compromiso.
La jornada del 26 de noviembre, se inauguró con una eucaristía presidida por Mons. Abilio Martínez. Tras ella, Abraham Canales Fernández, responsable de comunicación y publicaciones en HOAC, dio las claves sobre la labor de la Iglesia con el trabajo decente.
A partir de distintos documentos del magisterio de la Iglesia, desde san Juan Pablo II hasta el papa Francisco, y otros documentos y declaraciones de movimientos eclesiales comprometidos con el trabajo decente, Canales realizó un recorrido por los hitos más importantes de los últimos años en torno a esta prioridad política. El objetivo del trabajo decente es irrenunciable para la Iglesia, y el diálogo es clave para lograrlo.
Las entidades e instituciones de la Iglesia, así como el laicado, están desempeñando roles destacados para concretar los llamamientos que en su momento realizaron san Juan Pablo II y Benedicto XVI para promover el trabajo decente, una de las principales prioridades de la OIT.
La pastoral obrera y del trabajo es misión, saliendo al encuentro de los hermanos y hermanas del mundo laboral para acercar la Buena Noticia a las situaciones de sufrimiento: personas rotas, excluidas y precarizadas a causa del trabajo indecente, que no encuentran respuesta en esta sociedad deshumanizada. Es un encuentro con el mismo Jesús que nos apremia a trabajar en la construcción del reino de Dios aquí y ahora, basado en el amor y la justicia social.
En la Doctrina Social de la Iglesia hay criterios y pautas para emprender caminos apropiados hacia el trabajo decente: la dignidad de la persona, el bien común, la solidaridad y el destino universal de los bienes, entre otros. El magisterio de la Iglesia recuerda que el trabajo decente es aquel que cuida de la dignidad intrínseca de cada persona, es libremente elegido, ofrece un salario justo y favorece proyectos emancipadores de vida. Además, protege contra la siniestralidad laboral, es saludable, permite horarios que promueven la vida personal, familiar o espiritual, evita la discriminación y favorece la igualdad, promoviendo la formación a lo largo de toda la vida laboral y asegurando una jubilación digna (Cfr. Benedicto XVI, Caritas in veritate, 63).
Las jornadas han concluido agradeciendo este espacio de reflexión, diálogo y compromiso en el seno de la Iglesia, comprometiéndose a compartir sus conclusiones con toda la Iglesia.
PROGRAMA
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