2º Domingo del Tiempo Ordinario (14 enero)
“Vengan y vean”
que resuene en
nuestro corazón
como llamada que
nos hace el Señor,
pero también
como propuesta
que hacemos
porque el Reino está
en medio de
nosotros y nosotras
y lo hacemos visible
en nuestros
pequeños espacios…
“que tu Reino
sea un hecho…
Vengan y vean”
Del evangelio según
san Juan 1,35-42:
«Vieron dónde vivía
y se quedaron con él».
Este
texto es una invitación
a una nueva forma de ser discípulos,
no es una adhesión intelectual,
no es camino de espiritualidad desencarnada,
es una adhesión vital,
que nos invita a seguir a Jesús en la vida cotidiana,
vivir la vida del Espíritu, de hijos,
en el contexto vital en el que estamos,
es tener la vista en los ojos del maestro.
Ese sentir con Cristo,
que nos lleva a
sentir con la Iglesia,
que nos lleva a
sentir con el mundo obrero.
Jesús nos invita
a vivir con Él
la novedad del Reino
en la clase obrera
más empobrecida.
Esta oferta es novedosa, hoy hacen
falta cristianos que vivamos desde esta mística, crear pequeños grupos dispuestos a vivir el estilo de
Jesús, que le conozcamos más, escuchando su palabra, viviendo la oración; un cristianismo renovado
comprometido, encarnado y transformador.
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«ORAR CON LA IGLESIA»
2ª Semana del Tiempo Ordinario (Ciclo ‘B’)
Del 14 al 20 de enero de 2024.
Domingo
2º del Tiempo Ordinario.
San Fulgencio de Écija, obispo.
14 de enero de 2024.
La oración más simple, «Habla, Señor, que tu siervo escucha», es
la que hará del pequeño Samuel un verdadero profeta. Y nosotros también decimos: «Aquí estoy»,
pues sabemos que Dios escucha compasivo nuestra oración. Somos siervos del Señor y de su amor también
con nuestro cuerpo, pues con él oramos.
San Juan guarda el recuerdo con precisión y lo cuenta con sencillez
implicando a los lectores. Una mirada
personal de Jesús, que genera confianza, un conocimiento único que refleja el
amor de Jesús por sus discípulos, como el conocimiento lleno de amor que tiene
Dios de cada uno de nosotros, que nos sondea y nos conoce.
- 1º Samuel 3,3b-10.19. Habla,
Señor, que tu siervo escucha.
- Salmo 39. R/. Aquí
estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
- 1ª Corintios 6,13c-15a.17-20. ¡Vuestros
cuerpos son miembros de Cristo!
Del Evangelio de san
Juan 1,35-42.
“Vieron dónde vivía y se quedaron con Él”.
Juan fijándose en Jesús que pasaba, dice: -"Éste es el Cordero de Dios". Dos discípulos suyos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: -"¿Qué buscáis?". Ellos le contestaron: -"Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?". Él les dijo: -"Venid y lo veréis". Entonces fueron, y vivieron dónde vivía y se quedaron con Él.
COMENTARIO
El proceso vocacional culmina con la "respuesta, personal y libre" de seguir a Jesús. El discípulo es un seguidor. La palabra "seguimiento" es el término elegido en los evangelios para expresar la adhesión de los discípulos a Jesús. Más tarde expresará, en síntesis, la vocación de todo cristiano. La experiencia personal y el testimonio son dos caminos que conducen a la fe, que nos descubren quién es Jesús de Nazaret. El encuentro y el descubrimiento tienen lugar habitualmente "en la realidad histórica y cotidiana". ¿Cuál tu experiencia personal, tu testimonio de Jesús?.
ORACIÓN
Señor, sabiendo que soy pecador me pongo de rodillas en tu presencia para pedirte que des fuerza a la debilidad de mi mente y enciendas el fuego de tu amor en mi corazón. Quiero ver dónde vives, quedarme contigo, seguirte a Ti, seguir los caminos de la alegría profunda, de la paz interior, de la bienaventuranza. Quiero seguirte Señor. Ayúdame.
Lunes
2ª Semana T. Ordinario.
Santa Ita, virgen y fundadora.
San Mauro, abad.
15 de enero de 2024.
Del Evangelio de san
Marcos 2,18-22.
“El novio está con ellos”.
Vinieron unos y le preguntaron a Jesús: -“Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?”. Jesús les contestó: -"¿Es que pueden ayunar los amigos del novio, mientras el novio está con ellos? Mientras tienen al novio con ellos, no pueden ayunar. Llegará un día en que se lleven al novio; aquel día sí que ayunarán. Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos”.
COMENTARIO
Con Jesús llega una novedad absoluta que no nos sitúa en el ayuno y el duelo sino en la alegría y la fiesta de la vida. Con la parábola de "los "odres" nos dice que hay que saber renunciar a los compromisos que sofocan el crecimiento de la vida nueva ofrecida por Jesús. Jesús exige a los hombres una novedad radical. No basta una simple adaptación a su Evangelio. Es necesario renovarse interiormente de modo total. ¡Vino nuevo en odres nuevos!.
ORACIÓN
Me alegró y hago fiesta Señor, por tu manera de ser. Y como el niño que no sabe dormirse, sin cogerse a la mano de su madre, así mi corazón viene a ponerse sobre tus manos al caer la tarde. Como el niño que sabe que alguien vela su sueño, así descansará mi alma, sabiendo que eres Tú quien nos aguarda. Tú endulzarás mis amarguras, Tú aliviarás mi cansancio, Tú velarás mis sueños en la noche, mis horas en el día. Tú me darás nuevamente al levantarme la antorcha de la luz y la alegría, porque tu reino es una fiesta. Me alegró y hago fiesta Señor, por tu manera de ser.
Martes 2ª Semana T. Ordinario.
San Marcelo I, papa
16 de enero
de 2024.
Del Evangelio de san
Marcos 2,23-28.
“El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado”.
Un sábado, atravesaba el Señor un sembrado; mientras andaban, los discípulos iban arrancando espigas. Los fariseos le dijeron: -"Oye, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?". Él les respondió: -"El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es también señor del sábado".
COMENTARIO
Jesús no suprime ni niega ninguna de las prescripciones de la Ley de Moisés. Lo que sí hace es darles su verdadero sentido: -"No he venido a abolir sino a dar cumplimiento". Los preceptos religiosos no pueden ser esclavizantes sino liberadores. Son camino de vida y salvación. El cumplimiento de los preceptos, de las leyes (el guardar el domingo hoy), denotan nuestra lealtad a Dios.
ORACIÓN
Buenos días Señor a ti dirijo la mirada y el corazón para darte las gracias porque quieres darme libertad interior y quieres que vaya por caminos de vida y salvación. En este nuevo día que me concedes, oh Señor, dame mi parte de alegría y haz que consiga ser mejor. Que ame a los seres este día, que ame la luz, que ame el gozo de mi libertad interior. No dejes que me esclavice la ley ni la norma. Haz mi corazón libre para el amor. Buenos días Señor. Haz mi corazón libre para el amor.
Miércoles 2ª Semana
T. Ordinario.
San Antonio «el grande», abad.
17 de
enero de 2024.
Del Evangelio de
san Marcos 3,1-6.
“¿Está
permitido en sábado salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?”.
Había en la sinagoga un hombre con parálisis en un brazo. Estaban al acecho, para ver si curaba en sábado y acusarlo. Jesús le dijo al que tenía la parálisis: Levántate y ponte ahí en medio. Y a ellos les preguntó: -“¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?”. Se quedaron callados. Echando en torno una mirada de ira, y dolido de su obstinación, le dijo al hombre: -"Extiende el brazo". Lo extendió y quedó restablecido. Los fariseos se pusieron a planear con los herodianos el modo de acabar con Él.
COMENTARIO
Jesús insiste en que la ley no puede esclavizar al hombre hasta dejarle privado de su salud. Las leyes religiosas no pueden ser un yugo, sino una liberación. La religión es "camino de vida" y nunca imposiciones de limitaciones o de muerte. Jesús plantea hoy el enfrentamiento entre el bien y el mal, la salud o la enfermedad, la vida o la muerte. El hacer el bien ha de ser una actitud permanente en el hombre; no puede tener límite de tiempo. Es más importante la actitud del corazón que el cumplimiento mecánico de una norma.
ORACIÓN
Buenos días, Señor, contigo quiero andar por la vereda: Tú, mi camino, mi libertad, mi vida; Tú la esperanza firme que me queda. Buenos días Señor, a ti te busco, levanto a ti las manos y el corazón, al despedir despertar la aurora: Quiere quiero encontrarte siempre en mis hermanos. Buenos días Señor, que traes la alegría, al corazón que va por tus caminos. Que restableces al hombre-mujer en su dignidad. Buenos días Señor de la libertad; ensancha mi corazón para hacer siempre el bien. Buenos días Señor, a Ti te busco, levanto a Ti las manos y el corazón.
Jueves 2ª Semana T. Ordinario.
Santa Prisca de Roma, mártir.
Comienza el octavario de oración
por la unidad de los cristianos.
(se celebra
entre el 18 y el 25 de enero).
18 de
enero de 2024.
Del Evangelio de san
Marcos 3,7-12.
“Los espíritus inmundos gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios»,
pero Él les prohibía que lo diesen a conocer”.
Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del lago, y lo siguió una muchedumbre de Galilea. Al enterarse de las cosas que hacía, acudía mucha gente. Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una lancha, no lo fuera a estrujar el gentío. Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo. Cuando lo veían, hasta los espíritus inmundos se postraban ante Él, gritando: "Tú eres el Hijo de Dios". Pero Él les prohibía severamente que lo diesen a conocer.
COMENTARIO
Jesús no es un prestidigitador. Jesús quiere que le acepten "por el camino de la fe", como lo que es: El Hijo de Dios, el Salvador, el que ofrece la Buena Noticia del Reino. Acércate a Jesús y lleva ante Él tus necesidades y sufrimientos. Pero aprende a acercarte a Jesús y a reconocer que Él es: El Hijo de Dios. Tenemos que hacer que esta verdad que conocemos: Que Jesús es el Hijo de Dios; cambie nuestras vidas. Póstrate ante Él y haz que tu vida dé cuenta de tu fe.
ORACIÓN
A ti Jesús te alaben las naciones; verbo de Dios, nacido de María. Tú que eres el Hijo único de Dios, haz que vivamos de acuerdo con esta verdad que conocemos. Tú que diste vista a los ciegos y a Nicodemo también, filtra en mis secas pupilas dos gotas frescas de fe. Para que con mi vida confiese que Tú eres el Hijo de Dios. Te vi Señor, cuando era niño y en agua me bauticé y quiero de nuevo volverte a ver. Señor, yo quiero creer. Y confesar con mi vida que Tú eres el Hijo de Dios. Señor, yo quiero creer. Y confesar con mi vida que Tú eres el Hijo de Dios.
Viernes
2ª Semana T. Ordinario.
San Ponciano, mártir.
19 de
enero de 2024.
Del Evangelio según
san Marcos 3,13-19.
“Fue llamando a los que Él quiso y los hizo sus
compañeros”.
Jesús, mientras subía a la montaña, fue llamando a los que Él quiso, y se fueron con Él. A doce los hizo sus compañeros, para enviarlos a predicar, con poder para expulsar demonios. Así constituyó el grupo de los Doce: Simón, a quien dio el sobrenombre de Pedro, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, a quienes dio el sobrenombre de Boanerges -Los Truenos-, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Celotes y Judas Iscariote, que lo entregó.
COMENTARIO
En el Evangelio vemos que Jesús elige a doce de aquellos seguidores suyos para designarles "colaboradores" de su propia misión. Son doce personas sin demasiado relieve social. Son como doce diamantes a los que Jesús va a pulir con la efusión del Espíritu. Por eso, les envía a predicar, a proclamar "el Reino", y les confiere potestad sobre el espíritu del mal porque "la Buena Noticia ha llegado a los hombres". Nos ofrece el mensaje salvador a través de sus discípulos y afirma categóricamente: -"Quien a vosotros escucha, a Mí me escucha; quien a vosotros rechaza, a Mí me rechaza".
ORACIÓN
Quiero vivir contigo, estar contigo Señor. Infúndeme tu Espíritu: Haz que entre en tu alianza para siempre. Que te siga a donde me lleves. Estate Señor conmigo y donde Tú vayas llévame contigo Señor. Llévame en tu compañía. Tú eres la vida del alma mía. Hazme tu compañero y haz que me sienta parte de tu comunidad. Que sepa iniciar una nueva vida de comunión contigo y con los demás. Que sepa anunciar la buena noticia de tu reino. Que te anuncie a Ti Señor como el salvador, el camino la verdad la vida de Dios para los hombres. Estate Señor conmigo y donde Tú vayas llévame contigo Señor.
Sábado
2ª Semana T. Ordinario.
San Sebastián, mártir.
San Fabián, papa mártir.
Santos Fructuoso, Augurio y
Eulogio, mártires.
20 de
enero de 2024.
Del Evangelio según
san Marcos 3,20-21.
“Su familia decía que no estaba en sus cabales”.
En aquel tiempo, Jesús fue a casa con sus discípulos y se juntó de nuevo tanta gente que no los dejaban ni comer. Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque decían que no estaba en sus cabales.
COMENTARIO
Este Evangelio, tan breve, puede dejarnos un pequeño escozor. Pero leído a la luz de todo el Evangelio de Jesús, es la conclusión humana más lógica a la que se pueda llegar. Aquel que proclama el amor a Dios con todo el corazón y al prójimo como a nosotros mismos; el que proclama las bienaventuranzas, el perdón al enemigo, la fraternidad entre todos los hombres, etc., etc., no parece que esté en sus cabales. Claro, la luz de la fe todavía no se había encendido en el corazón de muchos, especialmente de los dirigentes religiosos del pueblo de Dios y de algunos familiares de Jesús. Cuando aparezca la luz de la fe, la fuerza del espíritu, comprenderemos lo que ahora nos parece una locura.
ORACIÓN
A ti, Señor, presento mi ilusión y mi esfuerzo; en Ti, mi Dios, confío porque me amas. Tú nunca defraudas; eres mi esperanza. Indícame tus caminos Señor. Que mi vida se abra a todos. Condúceme por tus sendas para que yo pueda compartir paz, alegría y justicia, libertad fuerza y ternura. Tú eres bueno y me haces vivir; por eso digo con todo mi ser: Gracias por tu bondad, por lo que me quieres, por tu misericordia. A todos anunciaré que no es una locura creer sino fuente de vida y salvación. A todos anunciaré que no es una locura creer sino fuente de vida y salvación.
LECTURA DE LA PALABRA
EN CLIMA DE ORACIÓN
1.
Hago silencio, exterior e interior.
Estoy
en la presencia del Señor:
Contemplo a Dios que me quiere, me acoge, me escucha, me habla.
2.
Petición:
«Humildemente te pido, a ti, Señor, que eres la luz verdadera y la fuente misma de toda luz, que, meditando fielmente tu Palabra, viva siempre en tu claridad. Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor».
3.
Palabra de Dios:
Leo tranquila y detenidamente el texto evangélico para hoy, en comunión con toda la Iglesia. Me fijo bien en todos los detalles.
4.
Ante la Palabra
leída:
Ø ¿Qué dice este texto? (Lectura honda: circunstancias, actitudes…).
Ø ¿Qué me dice a mí personalmente? (Meditación).
Ø Desde esto, ¿qué te digo yo ahora, Señor? (Oración).
Ø ¡Quiero identificarme contigo, Señor!. ¿Qué hacer?.
(Contemplación, iluminación de mi vida concreta).
5.
Oración:
Hay una oración-reflexión propia de cada día, como inicio de respuesta
al texto evangélico. Al final puede
añadirse la siguiente:
«Gracias, Señor, por tu presencia y tu cercanía en este rato de
oración; y por la luz y la fuerza que me has dado. Ayúdame a vivir según tu voluntad y sirviendo
siempre a mis hermanos/as. Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor».
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