30º Domingo del Tiempo Ordinario
La
súplica es expresión
del corazón que confía en Dios,
que
sabe que solo no puede.
En la vida del pueblo fiel de
Dios
encontramos mucha súplica
llena de ternura creyente
y
de profunda confianza.
No quitemos valor
a la oración
de petición,
que tantas veces
nos serena el corazón
y
nos ayuda a seguir
luchando con esperanza.
La súplica
de intercesión
tiene un valor particular,
porque es un
acto
de confianza en Dios
y al mismo tiempo
una
expresión de
amor al prójimo.
Algunos, por
prejuicios
espiritualistas,
creen que la oración
debería
ser una pura
contemplación.
(Papa Francisco GE 154).
Del
Evangelio de
san Marcos 10,46-52:
«Maestro, haz que pueda ver».
Este
ciego, hombre marginal,
que se sienta en el camino,
que se
ha instalado
en su miseria y en la marginación,
lo que
pide es ver,
salir de su oscuridad,
le pide poder
integrase,
salir de la cuneta
en la que le han colocado
por
ser ciego,
le pide que su vida
salga de la rutina,
le
pide sentido para la vida
y entrar en algo nuevo.
Descubre
la causa de tu ceguera.
Abre bien los ojos
y si hay
algo
que no te deje ver,
apártalo.
Nadie
tiene
que traerte
un candil o
prestarte
prismáticos.
Tu
e-mail está lleno de basura
y no cabe el verdadero mensaje.
Fray
Marcos.
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https://www.hoac.es/2024/10/25/30o-domingo-del-tiempo-ordinario/
«ORAR
CON LA IGLESIA»
TREINTA
SEMANA DEL T.O. (Ciclo ‘B’).
Del
27
de octubre al 02
de noviembre
de
2024.
https://www.vaticannews.va/es/evangelio-de-hoy.html
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