El proceso: Procedimientos narrativos para descifrar la complejidad de la vida actual.
Gracias a que su mejor amigo, Max Brod, no cumplió sus disposiciones testamentarias, cuando se cumple el centenario del fallecimiento de Franz Kafka (1883-1924), uno de los escritores determinantes del siglo XX, podemos leer las obras de este escritor que, sumido en un profundo mar de contradicciones familiares, ideológicas, religiosas y profesionales, a pesar de que durante su vida su obra fue escasamente leída y él expresara sus deseos de que la Historia lo olvidara, en la actualidad es uno de los escritores más recordados, más leídos y más influyentes. Esta nueva edición es, a mi juicio, imprescindible gracias al oportuno y necesario análisis introductorio de la especialista, profesora Isabel Hernández.
El proceso, novela publicada póstumamente en 1925 por Max Brod, cuenta cómo Josef K., un oficinista bancario con una excelente carrera en un importante banco de la ciudad, tras ser detenido sin razones, se siente obligado a sufrir una serie de pesadillas y de alucinaciones sin lograr identificar el origen del “proceso jurídico” al que es sometido, y las razones de una situación anímica que le resulta física y mentalmente irrespirable. Si el interrogatorio al que es sometido, incluso por los funcionarios que desean ayudarle, pone de manifiesto las contradicciones lacerantes de aquel sistema judicial, la vida de K. refleja la existencia superflua del hombre moderno que, solitario, se siente obligado a luchar para simplemente sobrevivir. El proceso al que es sometido descubre la irritante vaciedad de una vida cotidiana rutinaria y angustiosa debido a los complejos y oscuros trámites de esa maquinaria burocrática que contagia toda la actividad profesional y social.
El proceso nos proporciona pistas novedosas de un tipo de narrativa actual que pretende descifrar la complejidad de la vida social y nos ofrece una amplia variedad de recursos técnicos adecuados para la novela contemporánea. Fíjense, por ejemplo, en sus fórmulas de narración, en sus procedimientos para dibujar los personajes y en los análisis psicológicos de comportamientos aparentemente contradictorios. A mi juicio, su lectura puede resultar especialmente atractiva para los escritores que buscan la renovación y la libertad de sus creaciones originales, para quienes se sienten, impulsados por unos deseos irreprimibles de innovar y de experimentar asuntos y lenguajes, para quienes se oponen a la mera reproducción de la realidad y para quienes tratan de ensayar nuevas fórmulas que, además de sorprender, transmitan mensajes originales alejados de las pautas lógicas y de las convenciones sentimentalistas.
El proceso, novela publicada póstumamente en 1925 por Max Brod, cuenta cómo Josef K., un oficinista bancario con una excelente carrera en un importante banco de la ciudad, tras ser detenido sin razones, se siente obligado a sufrir una serie de pesadillas y de alucinaciones sin lograr identificar el origen del “proceso jurídico” al que es sometido, y las razones de una situación anímica que le resulta física y mentalmente irrespirable. Si el interrogatorio al que es sometido, incluso por los funcionarios que desean ayudarle, pone de manifiesto las contradicciones lacerantes de aquel sistema judicial, la vida de K. refleja la existencia superflua del hombre moderno que, solitario, se siente obligado a luchar para simplemente sobrevivir. El proceso al que es sometido descubre la irritante vaciedad de una vida cotidiana rutinaria y angustiosa debido a los complejos y oscuros trámites de esa maquinaria burocrática que contagia toda la actividad profesional y social.
El proceso nos proporciona pistas novedosas de un tipo de narrativa actual que pretende descifrar la complejidad de la vida social y nos ofrece una amplia variedad de recursos técnicos adecuados para la novela contemporánea. Fíjense, por ejemplo, en sus fórmulas de narración, en sus procedimientos para dibujar los personajes y en los análisis psicológicos de comportamientos aparentemente contradictorios. A mi juicio, su lectura puede resultar especialmente atractiva para los escritores que buscan la renovación y la libertad de sus creaciones originales, para quienes se sienten, impulsados por unos deseos irreprimibles de innovar y de experimentar asuntos y lenguajes, para quienes se oponen a la mera reproducción de la realidad y para quienes tratan de ensayar nuevas fórmulas que, además de sorprender, transmitan mensajes originales alejados de las pautas lógicas y de las convenciones sentimentalistas.
[Franz Kafka
El proceso.
Edición de Isabel Hernández
Madrid, Cátedra 2023].
José Antonio Hernández Guerrero, reflexiona, semanalmente en nuestro “blog”, sobre las Claves del bienestar humano el sentido de la dignidad humana y el nuevo humanismo. Actualmente, nos envía también una reseña semanal sobre libros de pensamiento cristiano, evangelización, catequesis y teología. Con la intención, de informar, de manera clara y sencilla, de temas y de pensamientos actuales, que gustosamente publicamos en nuestro “blog”.
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