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jueves, 6 de marzo de 2025

FALLECE EL SACERDOTE GADITANO JOSÉ LUIS SIBÓN GALINDO, por José Antonio Hernández Guerrero.



Fallece el sacerdote José Luis Sibón Galindo

En la tarde (5 de marzo 2025) de ayer conocíamos la triste noticia del fallecimiento, a los 86 años, de nuestro hermano José Luis Sibón Galindo.

El padre Sibón recibió la Sagrada Orden del Presbiterado el 29 de junio de 1963 en la Parroquia de San Pablo Apóstol, de San Pablo de Buceite.

A lo largo de su ministerio sirvió en las Parroquias de San Isidro Labrador, de Los Barrios, La Pura y Limpia, de Palmones, San Pío X, de La Línea de la Concepción, San Lorenzo y La Divina Pastora, de Cádiz, La Inmaculada, de Campamento, San Hiscio, de Puente Mayorga, San Mateo Apóstol, de Tarifa y San Antonio de Padua, de Chiclana de la Frontera.

Fue Delegado Diocesano de Pastoral Juvenil, de Vocaciones, de Apostolado Seglar y durante 23 años Delegado Episcopal de Misiones y Obras Misionales Pontificias. Un alma misionera.

También fue Consiliario Diocesano del Movimiento Junior de Acción Católica y Consiliario Diocesano del Movimiento Familiar Cristiano.

La Misa córpore insepulto tendrá lugar hoy jueves 6 de marzo, a las 18:00 h., en la Parroquia de Santa Cruz, de Cádiz.  

Su cuerpo está siendo velado en el Tanatorio Virgen del Rosario. 

Rogamos oraciones por su eterno descanso.

D.E.P.


Y que los obreros muertos
en el campo de honor del trabajo,
del sacrificio y de la lucha,
por la misericordia de Dios
descansen en paz.


Fallece el sacerdote gaditano
 José Luis Sibón Galindo.




Me permito transcribir las palabras que, en una de mis últimas conversaciones, me dirigió José Luis: “Hemos de caminar hacia Jesús, en medio de los problemas, apoyándonos no en el poder, en el prestigio y en las seguridades del pasado, sino en el deseo de encontrarnos con Él, en medio de la oscuridad y de las incertidumbres de estos tiempos”. En mi opinión, esta afirmación constituye la clave de la vida de este sacerdote gaditano que, tras haber sido ordenado el año 1963, en la parroquia de San Pablo de Buceite, y que, después de haber desarrollado una dilatada e intensa actividad pastoral, asumió con serenidad una enfermedad que, como él me repetía, lo estimulaba para seguir subiendo por el empinado sendero de la existencia humana e, incluso, por las diversas rutas de las tareas sacerdotales que le encomendaron los sucesivos obispos.


A pesar de que seguía cumpliendo años y le aumentaba el deterioro de la enfermedad, José Luis siempre mantuvo su mirada comprensiva y bondadosa con sus familiares, con sus amigos y con todos los conciudadanos con los que se cruzaba en sus paseos terapéuticos. ¿Dónde reside, le pregunté en varias ocasiones, el secreto de ese estado de ánimo esperanzado y de ese talante sosegado?: “Sobre todo -me repetía- en el manantial fecundo de la oración, en mi relación personal con Cristo en la Eucaristía y en mi filial devoción mariana”. Estas fueron las fuentes en las que el padre Sibón nutrió su espíritu de confianza, de serenidad y de alegría para asumir la enfermedad que le aquejó durante los últimos años en Cádiz, su ciudad natal; ahí residía también la razón de su entusiasmo impulsando actividades culturales y económicas para conservar, restaurar y mantener el Monasterio de Santa María.


José Luis Sibón Galindo ejerció su ministerio sacerdotal en Tarifa, Los Barrios, La Línea de la Concepción, Campamento, Puente Mayorga y Chiclana de la Frontera. Fue Delegado Diocesano de la Juventud, Delegado de Misiones y, no lo olvidemos, entregó un importante periodo de su vida a los más pobres de África como misionero en Burundi. Ignoro si su manera sencilla y su forma profunda de interpretar los acontecimientos diarios tenían algo que ver con su fragilidad física congénita o con su humildad ascética adquirida, pero estoy seguro de que, como él repetía, su peculiar manera de vivir con serenidad el peso de las sucesivas cruces, se alimentaba de la oración, de la conversación “amigable” con Jesús. La vida de José Luis ha constituido uno de los argumentos más contundentes para demostrarnos la validez actual de los mensajes centrales del Evangelio. Esperanzado creyente en Jesús de Nazaret y en los seres humanos, su testimonio ha sido un elocuente y claro discurso en favor de la lucha contra la pobreza, contra las desigualdades y contra las injusticias. Sus diversas actividades pastorales han seguido, valiente y generosamente, un recorrido ascendente por los caminos convergentes de la entrega solidaria a los hombres y a las mujeres, y por la escucha atenta en la oración y en la meditación. Aunque es cierto que, cuando se pierde una vida, todos perdemos algo, también es verdad que los testimonios de estos hombres buenos siguen alimentando una nueva salud y una remozada esperanza. Acompañamos en el dolor a su hermana María del Carmen, a su hermano Jesús y sus sobrinos. Gracias, José Luis.





José Antonio Hernández Guerrero, reflexiona, semanalmente en nuestro “blog”, sobre las Claves del bienestar humano el sentido de la dignidad humana y el nuevo humanismo. Actualmente, nos envía también una reseña semanal sobre libros de pensamiento cristiano, evangelización, catequesis y teología. Con la intención, de informar, de manera clara y sencilla, de temas y de pensamientos actuales, que gustosamente publicamos en nuestro “blog”.
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