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UNA MIRADA CRISTIANA DEL TRABAJO HUMANO Y EL BIEN COMÚN
¡ACOGE, ABRAZA, CUIDA, ACOMPAÑA...!
LA VIDA DEL MUNDO OBRERO Y DE LOS POBRES,
CON MISERICORDIA Y COMPASIÓN.


¡Bienvenido/bienvenida! al "blog" de la HOAC diocesana de Cádiz y Ceuta.


domingo, 28 de diciembre de 2008

NAVIDAD 2008 | CELEBRAR LA NAVIDAD CON HONRADEZ

Autor: Antonio Hernández-Carrillo Lozano HOAC DE GRANADA
Fuente: IDEAL DE GRANADA. 

La Navidad nos lleva inmediatamente al pasaje, lleno de ternura e imaginación, que nos trasmitieron las primeras comunidades cristianas y que encontramos en el evangelista Marcos (2,1-14)

«Salió un decreto del emperador Augusto.
Y mientras estaban allí le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenía sitio en la posada.
El ángel dijo a los pastores: No temáis, os traigo la Buena Noticia, la gran alegría para todo el pueblo: hoy en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor.
Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre»
.

Este relato mezcla lo más sublime con lo más sencillo.

Une entrañablemente el cielo con la tierra.

Acerca la imagen más maravillosa con la realidad más insignificante.

En definitiva, junta históricamente a Dios con el hombre y al hombre con Dios.

De ninguna manera es una narración pueril, angelical o desencarnada.

Todo lo contrario.

Tiene una intencionalidad adulta y un significado profundo en medio de un lenguaje ciertamente imaginativo y sin pretensiones históricas.

El pesebre, el camino, la noche, los pastores son señales inequívocas de falta de medios, de pobreza y de precariedad.

Y en medio de esa situación tan humana resuena con fuerza la voz:

Os anuncio la gran alegría, hoy ha nacido un Salvador.

Ésta es la gran propuesta (¡el gran misterio y la Buena Noticia!) que tiene su origen en el pasaje citado y que se encuentra recogida en otras muchas partes del Nuevo Testamento.

Cito sólo una: «No se aferró a su categoría de Dios, al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, haciéndose uno de tantos» (Flp 2,6-7).

El misterio de Dios hecho hombre supera la tensión entre el cielo y la tierra, entre lo humano y lo divino.

En el nacimiento de Jesús se da la mano lo que parecía irreconciliable.

Es más. Jesucristo es el hombre para Dios y el Dios para el hombre.

Aquí está la propuesta de salvación.

¿Sacamos las consecuencias de ese acontecimiento?

Porque creer en el Nacimiento de Jesucristo lleva consigo la honradez necesaria para sacar unas cuantas conclusiones:

Primera.-

La dignidad de todo hombre y mujer queda elevada hasta límites insospechables, infinitos.

Desde la Encarnación se puede decir que un trabajador vale más que todos los dólares juntos del mundo entero.

Más claro todavía:

Cuando se manipula, explota, violenta o extorsiona a una persona (y más si es un pobre) se está manipulando, explotando, violentando o extorsionando al mismo Cristo.

Por el contrario, dignificar al ser humano y especialmente al humilde es hacerlo con el mismo Jesucristo. Actuar de esta segunda manera es celebrar honradamente la Navidad.

Segunda.-

La aceptación de Jesús de Nazaret como Salvador y Liberador es una segunda conclusión.

Es lo que hicieron los pastores.

Voy a remitirme a un párrafo de Tomás Malagón (consiliario de la HOAC y teólogo):

«Solamente Cristo tiene para nosotros el carácter de liberador total, él nos introduce en el Reino del Padre, como salvación definitiva y suprema. Él, estimulándonos a obrar, sitúa en su justo valor los diversos programas humanos de salvación: pasos de un caminar hacia una meta siempre relativa y superable».

Siguiendo con nuestras conclusiones, podemos decir ahora que la Navidad vivida con honradez nos lleva a aceptar y proponer que necesitamos un salvador como Jesús de Nazaret.

Así podríamos abandonar tantos palabreros que predican que en estos tiempos ya no existe ni la explotación de los trabajadores, ni la necesidad de respuesta a las grandes y angustiosas preguntas de nuestra humanidad.

Es necesario que echemos por los caminos de la austeridad y del compartir. Cito ahora otro párrafo de Guillermo Rovirosa (primer militante de la HOAC) escrito en 1949:

«Es patente el peligro de la interpretaciones capitalistas de la Navidad. Parece que la fiesta glorificadora de la pobreza y humildad, se haya de conmemorar con pantagruélicas orgías de culto bestial a la gula».

Cuando en nuestras familias haya solidaridad, honradez y austeridad, entonces, y sólo entonces, habrá Navidad.

Propongo tres concreciones para celebrar la Navidad con honradez:

- Volver a leer íntegro el pasaje de Lucas citado al principio.

Un cristiano que hace una lectura adulta de él, seguro que sale reconfortado.

Hay ternura, alegría, paz y pasión por los últimos.

- En el relato evangélico aparece Cristo anunciado y visitado por unos pastores (trabajadores).

Cristo es de los que se ganan el pan con el sudor de su frente y de los que ni eso pueden hacer en estas circunstancias.

Luchar por la justicia y vivir con pocas necesidades es la sabiduría de nuestro tiempo.

- Anunciar la Buena Noticia de Jesús es una tarea fundamental.

Con palabras y obras. Sin miedo o falso pudor. Muchas veces los que más pueden hablar hoy son los que callan. Y al contrario, los que debían guardar silencio, discursean.

Si se proclamara y aceptara personal y socialmente al Obrero Jesús de Nazaret, otro gallo cantaría.

La honradez para con la Navidad lleva a todos los hombres de buena voluntad (y no solamente a los cristianos) a consecuencias profundamente humanas: dignificación de la persona, solidaridad con los empobrecidos, lucha por la justicia, austeridad de vida.

¡Celebremos todos la Navidad con honradez!

martes, 23 de diciembre de 2008

MUCHAS FELICIDADES

Autor: José Antonio Hernández Guerrero

Si cultivar deseos –esos sentimientos tan relacionados con la autoestima y con la esperanza- es iniciar la senda que nos lleva a su realización, manifestarlos a los demás es, además, mostrarles nuestra disposición de ayudarles a alcanzarlos. Éstas son las razones que me mueven a defender la costumbre de entrecruzarnos felicitaciones durante estas fechas tan cargadas de historia y de simbolismos. Estoy convencido de que, por muy estereotipadas que sean las frases que usemos, si salen desde lo profundo de nuestro corazón, además de infundirnos ánimo, estrechan los lazos que nos unen y nos transmiten unas saludables energías para seguir caminando.

En la celebración de estas fiesta navideñas y del fin de año, en vez de dejarnos arrastrar por el temor o por la tristeza ante lo desconocido, podríamos animarnos mutuamente para palpar con detenimiento cada uno de los instantes que nos quedan por vivir.

Yo les deseo –queridos lectores- felicidad y felicidades. Sí; les deseo el bienestar del cuerpo y del espíritu: esa felicidad honda, sosegada y apacible que consiste en lograr un equilibrio que es el resultado de nuestra propia aceptación, del conocimiento de nuestras cualidades, de la estimación de nuestros valores y del reconocimiento de nuestras limitaciones. Pero, además, les deseo muchas otras felicidades como, por ejemplo, la felicidad del conocimiento hondo, la felicidad de una lectura placentera, la felicidad del trabajo bien hecho, la felicidad del ocio compartido, la felicidad del diálogo respetuoso, la felicidad de la amistad sincera y, sobre todo, la felicidad de un amor expansivo. Os deseo todas esas cosas que llenan la vida aunque no nos cuesten dinero ni ocupen demasiado tiempo.

Les deseo que sigáis creciendo intelectual, artística y al moralmente: que sigáis aprendiendo, pensando, disfrutando y, también, siendo bondadosos. Estoy convencido de que estas felicitaciones, si son sinceras, crean una atmósfera transparente y cálida de confianza mutua y de calor humano que facilita la armonía familiar, el trabajo profesional y la convivencia social.

Es posible que, si creamos entre todos este clima de benévola y de cordial amabilidad –esa benevolencia de la que hablan los retóricos-, será más fácil encontrar las expresiones adecuadas y los gestos elocuentes para honrar y para mostrar nuestra gratitud a los familiares, amigos, compañeros y colaboradores que, durante este año, nos han soportado y ayudado.

Por todas esta razones, este año me permito reiterarles varias peticiones: que agucen sus mirada con el fin de descubrir algo nuevo y bello en los seres que les rodean; que luchen para no caer en el desencanto ni en la rutina -la gran arrasadora de la vida-, que presten atención para ver las cosas como recién estrenadas. Si pretendemos aprovechar el jugo de la vida, hemos de aprender a apreciarnos a nosotros mismos y a valorar la realidad que nos rodea; sin admiración, la vida es anodina y puede llegar a perder su sentido, por eso es necesario que cultivemos nuestro espíritu para penetrar en el fondo de las cosas y para descubrir sus mensajes. Les ruego que, a pesar de los contratiempos, pongan caras más alegres y que esbocen unas sonrisas más permanentes.

Les pido, al menos, una palabra amable, un abrazo cordial y un beso cariñoso. A todos vosotros -queridos amigos- a los que siempre recuerdo y a los que, sabiéndolo o sin saberlo, hacen grata y fecunda mi vida, les deseo felicidad y felicidades. Ustedes son mis mejores regalos.

lunes, 22 de diciembre de 2008

LO PEOR DE LA CRISIS


Autor: José Antonio Hernández Guerrero.

Todos los medios de comunicación han reflejado el temblor frío que el escándalo Madoff ha generado en la aristocracia financiera mundial. Finalmente han pillado con las manos en la masa a este personaje -el último estafador de Wall Street- que, durante veinte años, ha estado engañando a esos ricos que habían picado porque, como es natural, pretendían ser más ricos.

Lo peor de esta crisis galopante -que tiene que ver más con la avaricia, con la ambición, con la voracidad especuladora y con la poca vergüenza de unos cuantos- es, sin duda alguna, que la están sufriendo los de siempre: los "desfavorecidos", aquellos que no son, como algunos piensan, los que no han recibido favores -ese dinero fácil con el que se controla a los partidos y, a veces, a los periodistas-, sino los que carecen de los medios indispensables para vivir y para sobrevivir, o sea, los pobres y los parados.

Todos sabemos quienes son los que, tras llevar años pasándolo mal, ahora lo van a pasar peor. Es cierto que tendrán que ajustarse el cinturón los que tienen que pagar una hipoteca, los que tienen la intención de cambiar el automóvil y los están habituados a viajar al extranjero o a cenar en restaurantes de lujo, pero el problema más grave se plantea a los jóvenes que aún no han encontrado un trabajo o a los adultos que han sido despedidos.

Se sostiene que está fallando el sistema liberal capitalista. Posiblemente. Pero lo que están fallando sobre todo son las personas que lo han gestionado en los últimos años. Vivimos en un mundo exclusivamente pendiente del beneficio, de los favores, de las trampas, de buscar agujeros en las leyes para perpetrar delitos de cuello blanco: es un mundo que, a la larga, genera una inseguridad y una desigualdad social sobre la que no se puede construir un sistema libre.

Tengo la esperanza de que si la justicia y la solidaridad no nos mueven para que compartamos con los famélicos y con los desnutridos los excedentes de nuestras despensas y frigoríficos, a lo mejor, preocupados como estamos por nuestra salud física y mental, nos decidimos a distribuir esas reservas. Resulta paradójico constatar que, mientras millones de seres humanos mueren por falta de alimentos, otros enferman por comer demasiado. Todos podemos comprobar cómo esta excesiva abundancia de unos pocos no sólo origina dolencias cardiovasculares y trastornos metabólicos, sino que también genera enfermedades psicológicas y complicaciones sociales. En mi opinión la sobriedad y la generosidad son unas vías complementarias para conservar la salud corporal, el equilibrio mental y, también, la armonía social. Recordemos que los ayunos prescritos por todas las religiones tenían inicialmente una finalidad higiénica y terapéutica: servían para limpiar el cuerpo y para sanar el espíritu.

Pero es que, además, valen para que disfrutemos más de las comidas. Cuando nos sentimos satisfechos o empachados, ni siquiera los manjares más exquisitos logran atraer nuestra atención ni despertar nuestro entusiasmo. No es extraño que el desinterés, la falta de entusiasmo y la desidia crezcan de una manera tan alarmante en nuestra sociedad occidental. A lo mejor el temor a contraer esas enfermedades de la opulencia puede ser más eficaz que las apremiantes llamadas a la generosidad.

martes, 16 de diciembre de 2008

VISIÓN DE LA «HOAC» SOBRE LA «CRISIS ECONÓMICA»



Le hacemos llegar la reflexión que, con motivo de la crisis económica, ha elaborado la Comisión Permanente de la HOAC.

Se trata de una reflexión que quiere ayudar al diálogo, desde el discernimiento cristiano, de la grave situación de crisis a nivel mundial, provocada por el sistema neoliberal de producción y consumo, que está afectando principalmente a los más empobrecidos.

Esperamos que cumpla su objetivo y facilite una respuesta justa y solidaria con las víctimas del mundo obrero y del trabajo.




Periódico ¡TÚ! núm. 110
Diciembre 2008


Los poderosos de la tierra se han reunido para «refundar el capitalismo», para crear un «nuevo orden económico». Pero ya hemos vivido muchas crisis y hemos visto como las recuperaciones y los milagros al final no llegan a quien más lo merecen y más lo necesitan.

Como cristianos en el mundo del trabajo, debemos decir que ha llegado el momento de una gran revolución social para que sea posible una gran revolución política que devuelva la primacía real al hombre y cree las estructuras necesarias para ello.

Ha llegado el momento de asumir las propias responsabilidades. Tenemos que implicarnos, asociarnos, complicarnos, crear un ecosistema humano en el que la avaricia y la desvergüenza no tengan cabida.

Como trabajadores en la Iglesia tenemos la obligación de denunciar que no hay que refundar el capitalismo, sino que tenemos que refundar al hombre, porque ya no podemos eludir la respuesta a la pregunta que Jesús nos hizo:

«¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero a precio de su vida?» (Mt 16,26).
http://www.hoac.es/pdf/tu/diciembre08.pdf

jueves, 4 de diciembre de 2008

Por los derechos de los inmigrantes

Declaración de los Derechos Humanos,
60 aniversario


Concentración
Sábado 13 de diciembre
12 de la mañana
c/ Luna - El Pto. Sta. María (Cádiz) España


A.VV. “Altos de la Bahía” -A.VV. “Nueva Andalucía” -AFIPO -AMAL Esperanza -ANDAD -ANYDES -APDHA -Asoc. “Alazir” -Asoc. “Amazonas” -Asoc. Amas de Casa “Los Geranios” -Asoc. Bolivianos “Volver a empezar” -Asoc. CARDIJN -Asoc. Defensa Sanidad Pública -Asoc. Inmigrantes Latinoamericanos “Ayla” -Asoc. Mujeres Inmigrantes “Arco Iris” -Asoc. Nanga Def-Cáritas -CEAIN -CEAR -Ecologistas en Acción -FACUA -FLAVE Puerto Real -FLAVE Puerto Santa María -Foro Social Portuense - HOAC - JOC - Justicia y Paz -MOC -Parroquia San José Obrero -PRODENI –USTEA