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miércoles, 17 de noviembre de 2010

ACTO EN RECUERDO DE PEPE JIMÉNEZ EN EL COLEGIO DE SALESIANOS DE CÁDIZ. por Juan Cejudo


Fuente: Blog de "Juan Cejudo"


El pasado sábado 13 de Noviembre asistí a un acto en recuerdo de Pepe Jiménez.


Lo convocaba la HOAC, ya que Pepe fue militante muy activo de este movimiento. Él fue responsable de Andalucía, primero y, posteriormente, a nivel nacional.


Fue un acto muy emotivo para mí por lo que luego diré.


Hizo la presentación Paco González, presidente de la HOAC de Cádiz.




A continuación se expuso en power point una presentación de la vida de Pepe que resultó muy interesante.


A continuación se invitó a subir a la mesa a varias personas que tuvieron contacto con él. Por no alargar demasiado, diré que me parecieron especialmente interesantes las exposiciones de la presidenta nacional de la HOAC y sobre todo de Margarita, su esposa que en no pocos momentos se emocionó y que nos contó sus vivencias desde que se conocieron por primera vez hasta su estancia en Madrid durante la etapa de Pepe como presidente, su vuelta a Puerto Real, la rica experiencia tenida con sus tres hijos, la etapa de su enfermedad y sus últimos momentos.


Las distintas intervenciones de todos los de la mesa nos daban a conocer la hondura de la madurez humana y cristiana del Pepe que yo conocí y con el que compartí muy de cerca casi 20 años de mi vida (aproximadamente desde 1970 a 1990).



Al terminar las exposiciones de los miembros de la mesa, Paco González invitó a algunos de los que estábamos en la sala a poder exponer también nuestras vivencias tenidas con él.


Yo, a pesar de mi emoción que apenas pude contener, pude levantarme para exponer algo de lo mucho que viví junto a él en todos esos años.


Aunque ya lo señalé recientemente en un artículo de este blog titulado "Ha muerto Pepe Jiménez" destaqué en mi intervención cómo le conocí en el año 1970 en unos locales que los jesuitas tenían en la calle Santiago donde se reunían un grupo de jóvenes, si no recuerdo mal, al amparo de un jesuita dinámico: el Padre Marin.


Desde el principio noté que Pepe tenía un especial carisma de líder, de animador nato del grupo. Varias veces estuve en su casa de la calle Benjumeda ( mi madre vivía entonces en la Plaza Viudas, esquina con Benjumeda) y conocí a su madre y hermanos.



En el año 1975 a mí me habían despedido de muchas empresas y no había manera de poder encontrar trabajo. Además, por mis circunstancias como cura obrero, estaba "fichado" de un modo especial.


Decidimos organizarnos los parados. Pepe y yo estuvimos ahí desde el principio, organizando a los parados por barrios, sensibilizando a las asociaciones de vecinos, a los trabajadores en las fábricas ( llegamos a dirigirnos a las asambleas de trabajadores en Construcciones Aeronáuticas, Fábrica de Tabacos, Bazán, Matagorda...).

Insistíamos mucho en el sinsentido que tenían las muchas horas extras que se echaban mientras miles de trabajadores no podían encontrar un empleo... Fue una experiencia dura para nosotros y al mismo tiempo ilusionante.


Hicimos pegatinas para sensibilizar a la población gaditana con el problema del paro. Hicimos una revistilla ( que aún conservo) que se llamaba "La Voz de los parados". Convocamos asambleas en los locales del ya extinto "Sindicato vertical" que era el único que existía en aquella época de Franco.


Tuvimos entrevistas con el Gobernador Civil, quien casi nos echa a patadas de su despacho...


Y también, ya en el año 1977, en los albores de la democracia, una concentración frente al Gobierno Civil. Allí estábamos muchísimos parados. La policía nos dió dos minutos para disolvernos. Pepe y yo estábamos siempre juntos. Yo veía que nos iban a detener si no nos disolviamos. Pero Pepe, que era el líder, no estaba por la labor de disolvernos.


Él quería a toda costa convencer a los policías de que debían de estar con nosotros, con el pueblo, porque nuestra causa era justa. Él seguía insistentemente dirigiéndose a los policías para convencerlos. Yo miraba el reloj y veía que el tiempo de los dos minutos se terminaba. Pero de allí nadie se movía.


Efectivamente, a los dos minutos, a Pepe la policía lo detuvo y lo metió en el jeep. A mí no me detuvieron. Pero yo me metí en el jeep con Pepe. No quería dejarlo sólo.


Era admirable cómo Pepe, dentro del jeep, seguía insistiendo en querer convencer a los policías para que se unieran con nosotros.


Pero aquellos policías franquistas no estaban por la labor. Estaban en silencio escuchando durante todo el recorrido ( desde el Gobierno Civil hasta la calle Isabel la Católica que era donde estaba entonces la Comisaría) las arengas que Pepe les echaba con garra, con fuerza y con convencimiento.


Así hasta que llegamos. Luego, aquella comisaría se fue llenando de gente que venía de todo Cádiz para solidarizarse con nosotros. Recuerdo que un famoso policía, Jesús Charro, ya fallecido, decía al ver la comisaría llena de gente "¿Pero de dónde sale tanta gente?". Y al poco tiempo nos dejaron en libertad.


Luego, en diciembre de 1979, aquel amplio movimiento de parados de Cádiz desembocó en aquel famoso encierro en la iglesia de Santo Domingo de unos 40 parados y que duró un mes más o menos. Yo acababa de empezar a trabajar en una cooperativa de consumo, pero estuve con Pepe apoyando aquel encierro día tras día.


Con Pepe también tengo el entrañable recuerdo de haber estado en mi boda. Nos casamos tres parejas de parados el mismo día una detrás de otra.


Además de la familia de cada uno de nosotros, los 40 parados estuvieron presentes en las tres bodas. Recuerdo que el juez, al ver que la gente no se iba, sino que se quedaba, decía "¿pero qué pasa que la gente no se va?"


Ya por ese tiempo Pepe y yo pertenecíamos a una misma comunidad cristiana de base. Nos reuníamos en las casas y celebrábamos la Eucaristía.


La misma noche, después de casarnos por lo civil, celebramos la Eucaristía en un piso del barrio de Sta. María con un buen número de vecinos y amigos. Pepe y yo estábamos allí. Y seguimos en aquella comunidad algunos años (no recuerdo bien cuántos), hasta que ya Pepe se fue a vivir a S. Fernando y nos fuimos dispersando.


Recuerdo también aquel artículo que escribimos sobre el Carnaval de Cádiz Pepe, Enrique Blanco y yo y que publicó la Revista "Noticias Obreras" de la HOAC.


Cuando Pepe entró en la HOAC (por cierto que recuerdo haberle dejado algunos números de la Revista cuando él aún no conocía a la HOAC), él nos invitaba a mi mujer y a mí a participar en algunos encuentros. Ahí está la foto de aquel encuentro celebrando un Día de la HOAC en Facinas en el año 1984 donde Pepe aparece detrás de una mesa. Mis hijos eran muy pequeños.






Luego, lamentablemente, fuimos perdiendo el contacto Pepe y yo. Yo calculo que a partir de los años 90. Nosotros nos fuimos en el 92 a vivir a La Línea por problemas de trabajo donde estuvimos 11 años. Él tenía ya una mayor responsabilidad con cargos en la HOAC, primero en Andalucía, después a nivel nacional.


Recuerdo que estuvimos en su boda y quiso que tocara la guitarra (por cierto que me hubiera gustado poder tener alguna foto de recuerdo de aquel día y no la tengo). Desde entonces fuimos perdiendo el contacto.


Pero el recuerdo que yo tengo de él es magnífico. Su mirada refleja lo que era: un hombre limpio, honesto, un hombre de los de verdad, buena gente, sencillo, afable, un hombre con una gran fuerza interior,aunque con su carácter cuando hacía falta tenerlo...


Sobre todo, un hombre con una gran fe, con una gran vivencia cristiana. Sé que Jesucristo era su referencia en la vida e intentaba imitarle y procurar caminar en la vida con su estilo.


De verdad que hombres así no hay muchos.


Creo que su mujer, sus hijos, sus hermanos y demás familiares pueden sentirse verdaderamente orgullosos de él. Ha sido un verdadero ejemplo de vida.


Del público también intervino Carmen Chico para recordar, con toda razón, a Lorenzo. Porque para nosotros siempre eran Pepe y Lorenzo, los dos hermanos, que siempre estaban juntos. Y también intervino Arauz que recordó facetas vividas con él en la militancia en UGT.


Después determinar este acto cívico, tuvo lugar una misa , presidida por el obispo Antonio Ceballos.


Pepe Jiménez se merecía realmente este acto en su recuerdo.

comentarios:

HOAC de Cádiz dijo...

Nuestro muy querido Juan Cejudo:

Muchas gracias por tu artículo sobre el acto en memoria de nuestro Pepe Jiménez, que goza ya de la plenitud de la vida eterna en el seno del Padre. Has sabido recoger perfectamente, en tu artículo, todo lo que vivimos en ese acontecimiento “presente de plenitud” que tan intensamente nos emocionó a todos. Y que la HOAC, queremos que sea el “pan de comunión” que tú nos ofrece, y que por nuestra parte, vamos a partir y repartir, como en la multiplicación de los panes y los peces, a quienes sufren en debilidad y pobreza.

Para que nuestro común querido amigo “Pepe Jiménez”, siga siendo un testimonio vivo “resucitado” del “proyecto evangelizador” de cada militante obrero cristiano y del “quehacer apostólico comunitario” de la HOAC, como movimiento al que perteneció "Pepe" durante más 30 años.

Muchas gracias Juan por tu “presencia” en la realidad de los que sufren.

Con todo nuestro cariño recibe nuestro abrazo fraternal.

Como dijo “Juanfra” a la finalización de su intervención en el acto:

¡Hasta mañana en el Altar de la Vida!


LA COMISIÓN DIOCESANA DE LA HOAC

Comentarios:

Pedro Castilla dijo... Queridos amigos: Enhorabuena por el acto homenaje a nuestro resucitado Pepe Jimenez. Estuvo precioso. Nos gustó mucho la intervencion de la Presidenta Gral. de la HOAC y del miembro del grupo de formación de la Comisión Permanente. Muy profundas, humanas, solidarias y cristianas palabras.

Muy sentida fue la intervención de Margarita, viuda de Pepe, que dió todo un testimonio de lo que es un proyecto de vida en común en el matrimonio cristiano, hasta sus últimas consecuencias. Estuvo para salirse del Planeta.

Y por supuesto la conducción de Paco. Todo estuvo muy bien. El espíritu de Pepe Jimenez y de la querida HOAC, estaba presente.

Un fuerte abrazo.