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viernes, 27 de agosto de 2010

«LA VOZ DE CÁDIZ», SE HACE ECO DEL FALLECIMIENTO DE PEPE JIMÉNEZ




El gaditano Pepe Jiménez, destacado dirigente de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), ha fallecido en Puerto Real a los 57 años de edad después de una larga enfermedad. Su estado de salud empeoró considerablemente a partir del pasado sábado (21 agosto), día en el que fue ingresado en el Hospital Clínico puertorrealeño hasta que se produzco el fatal desenlace el pasado miércoles (25 de agosto).


Pepe fue, ante todo, un hombre de fe profunda en Jesús a quien siguió con lealtad. Otra de las fidelidades a lo largo de su vida fue su entrega al mundo obrero, como a él le gustaba llamarlo. Una buena prueba de ello fue su destacada presencia en la HOAC -de la que fue Presidente Nacional-, que hizo compatible con su valiente militancia sindical. A pesar de su frágil estado de salud, se sumó al encierro de parados en Santo Domingo de 1978. Numerosos miembros de la Hermandad Obrera de Acción Católica se acercaron en la jornada de ayer hasta el Tanatorio de Servisa para darle su último adiós. A las 15.30 sus restos mortales fueron trasladados del tanatorio a la parroquia de San Sebastián de Puerto Real donde se ofició una eucaristía. Posteriormente fue incinerado en el cementerio de la Villa.


Foto: Pepe Jiménez con 54 años (2007)


Obituario
Fallece Pepe Jiménez, obrero cristiano
Autor: JOSÉ ANTONIO HERNÁNDEZ GUERRERO

Publicado por «LA VOZ DE CÁDIZ»del viernes 27 de agosto de 2010 pag. 12 y 30



Me indica Eduardo Soto que nuestro común amigo, Pepe Jiménez, acaba de fallecer.


Aunque, sin duda alguna, la reacción más adecuada en estos momentos de dolor sea la de sumirnos en un silencio denso y en una oración agradecida, me atrevo a expresar brevemente la honda impresión que, a todos sus conocidos, nos ha causado la vida de este hombre de fe que, tras tener noticias de su enfermedad, decidió seguir subiendo por unos senderos empinados, iluminando con su mirada bondadosa y juvenil las sombras y los recovecos de nuestras complicadas existencias.


Tanto cuando derrochaba salud moviéndose por toda nuestra geografía como cuando, postrado por la enfermedad, ha permanecido recluido en su hogar, ha constituido uno de los argumentos más contundentes para demostrarnos la validez actual de los mensajes centrales del Evangelio.


Esperanzado creyente en Jesús de Nazaret y en los seres humanos, su testimonio ha sido un elocuente y claro discurso en favor de la lucha contra la pobreza, contra las desigualdades y contra las injusticias.


Si su palabra valiente, templada y serena, ha sido un grito enérgico que nos ha convocado para que nos acercáramos a los que sufren la marginación en este mundo, su vida ha sido un valiente y generoso recorrido por los caminos convergentes de la libertad y de la entrega solidaria a los hombres y a las mujeres.


Con su hábil manera de conjugar la fidelidad inquebrantable al Evangelio y con su profunda pasión por la libertad, Pepe nos ha ofrecido un testimonio de coherencia con sus profundas convicciones y nos ha explicado la espiritualidad de la humanización.


Permanentemente atento a todo lo que pasaba en su entorno, este ser íntegro y sin doblez, valiente, osado y declarado enemigo de las medias tintas, ha sabido encarar con vigor las dificultades de la vida, ha afrontado con fortaleza las adversidades y ha defendido con firmeza sus convicciones.


Vigor, fortaleza y firmeza -no siempre comprendidas ni valoradas- eran los exponentes de la amplitud y de la densidad de su vida interior.


A lo largo de su dilatada trayectoria humana no ha parado de nutrir su mente de ideas, de proyectos y de ilusiones que, progresivamente, se hacían más compactas, más sólidas y más consistentes.


Como ya indicamos hace escasas fechas, Pepe, un hombre de fe profunda en Jesús a quien ha seguido con lealtad, ha sido un servidor fiel del Mundo Obrero.


Ahí están como pruebas su dilatada trayectoria en la HOAC -de la que fue Presidente Nacional-, que hizo compatible con su valiente militancia sindical.


Se nos ha muerto una persona que nos ha dado una lección de profunda humanidad y de sencillez evangélica.


Con Margarita somos muchos los que compartimos el dolor.


Que descanse en paz.


Foto: Pepe Jimenez en la Asamblea diocesana de 20 de octubre de 2007




Finalmente, nos queremos hacer eco de la Oración de Acción de Gracias de la Eucaristía Celebrada en la Parroquia de San Sebastián de Puerto Real, de cuya comunidad formaba parte. En los últimos tiempos recibía diariamente la sagrada comunión bien en su domicilio o en el Hospital Clínico, cuando estaba ingresado, desde aquí queremos agradecer al P. Balbino, al P. Julio y a todos los consiliarios de la HOAC este acompañamiento espiritual. Asimismo, queremos agradecer los acompañamientos recibidos durante todo el proceso de su enfermedad, del sepelio y de la Eucaristía, especialmente a los que se han tenido que trasladar de otras localidades de la provincia y de otras diócesis de Andalucía. Y aquellos que por diversos medios nos han hecho llegar sus sentimientos de pesar y de solidaridad con Pepe Jiménez y Margarita, sus hijos, familia y HOAC diocesana.


ACCIÓN DE GRACIAS


Ante el cuerpo sin vida de nuestro amigo y hermano en la fe y militancia, Pepe Jiménez, queremos darte gracias Señor.


Gracias por haber encontrado en nuestras vidas una persona humana con los grandes valores de un autentico militante cristiano:


Ha vivido la Pobreza desde la cercanía a los trabajadores más pobres, estando a su lado en la lucha por la justicia, ha compartido lo que tenía y lo que era.


La Humildad, sabiendo escuchar y admitiendo la posible verdad del otro, aunque firme en sus convicciones básicas, ha sabido tratar con respeto y cariño a la jerarquía de la Iglesia sin dejar de decir lo que pensaba y ha sabido también obedecer cuando se le ha pedido.


El Sacrificio, de eso sabe más su familia especialmente Margarita, Sara, Jose y Belén; encierros, lucha socio política comprometido sindicalmente en la UGT y en las organizaciones populares, dos años Presidente de la HOAC de Andalucía, cuatro años de Presidente General de la HOAC, su disponibilidad hasta última hora en la lucha por la justicia.


Gracias por su Espiritualidad entroncada fuertemente en la mística de la HOAC, el ha tenido claro, que el cristiano ha de ser seguidor de Jesucristo y comprometido en la misión de la Iglesia, que es la evangelización, aprendió de Guillermo Rovirosa y de D. Tomás Malagón


Gracias porque como los Grupos de Dolor de los primeros años de la HOAC, supo transmitirnos el ofrecimiento de su dolor por la causa de los pobres y del mundo obrero y supo animarnos como nadie a la Misión y a tener plena confianza en el Padre.


Gracias Señor, porque tenemos plena confianza de que ahora está en tu presencia, haciéndote sonreír con su característico sentido del humor.


Como decía Rovirosa: el COMPROMISO es ACCIÓN de GRACIAS, nos comprometemos a trabajar más aún, en lo que tanto anhelaba Pepe, en trabajar por la evangelización del Mundo Obrero, que tanto ha sufrido y ahora están sufriendo los parados de siempre y los afectados por la crisis.





Foto: Pepe Jimenez en
la Asamblea diocesana de
20 de octubre de 2007