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UNA MIRADA CRISTIANA DEL TRABAJO HUMANO Y EL BIEN COMÚN
¡ACOGE, ABRAZA, CUIDA, ACOMPAÑA...!
LA VIDA DEL MUNDO OBRERO Y DE LOS POBRES,
CON MISERICORDIA Y COMPASIÓN.


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jueves, 18 de enero de 2024

ORAR EN EL MUNDO OBRERO «3º DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO» (21 DE ENERO DE 2024) ● CICLO “B”


3er Domingo del Tiempo Ordinario (21 enero)

18 ENERO 2024 | POR 

Estimadas amigas y amigos
la propuesta de Jesús
es a seguirle,
nos invita a soñar con él,
a caminar con él,
a experimentar con él…
y está tan seguro
que esa experiencia
es tan contundente
que confía plenamente
en que invitaremos
a otras a otros
a encontrar
sentido a la vida
desde su propuesta:
“vengan les haré
pescadores de gente”



Del evangelio según
san Marcos 1,14-20:

«Conviértanse y
creed el Evangelio».

Seguir a Jesús es ir detrás de él,
se podría traducir en
“vengan detrás de mí”,
es su estilo,
es un profeta itinerante,
es un caminante que invita
a la construcción de Reino
en el camino de la vida,
e invita a los discípulos,
no a escuchar una doctrina,
no, les invita hacer
un camino de seguimiento,
a poner los pies en sus huellas.


Y el seguimiento es para una misión.
Seguimiento para que,
con nuestras obras y palabras,
le presentemos a Él
como propuesta de liberación
para la gente que nos rodea,
para el mundo obrero,
para las personas empobrecidas…
para nuestro mundo,
visibilizando,
haciendo un hecho del Reino
en nuestra realidad.

Hoy, más que nunca,
somos esperanza
para nuestro mundo
desde el seguimiento
radical a Jesús,
el Señor.

Estamos dispuestos
a abandonarnos -sin miedo-
a la escucha de “sígueme”,
como si hoy fuera
por primera vez.

El sígueme de Jesús,
siempre es nuevo e inédito.

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«ORAR CON LA IGLESIA»
3ª Semana del Tiempo Ordinario (Ciclo ‘B’)
Del 21 al 27 de enero de 2024.


Domingo 3º del Tiempo Ordinario
Santa Inés, virgen y mártir.
21 de enero de 2024.

La conversión y la fe en el Evangelio es el centro de la liturgia de la Palabra de este domingo.  Así, la 1 lect. nos narra que los ninivitas se convirtieron de su mala vida y creyeron en Dios.  Y en el Ev., Jesús nos llama a la conversión y a creer en la Buena Noticia porque está cerca el reino de Dios y la apariencia de este mundo se termina (cf. 2 lect.).  Y como modelos de conversión se nos presenta a Simón, Andrés, Santiago y Juan, que dejaron lo que era su seguridad —sus barcas, sus redes— y se arriesgaron a seguir a Cristo.  Qué Él nos instruya en sus sendas (sal. resp.).

- Jonás 3,1-5.10. Los ninivitas habían abandonado el mal camino.

- Salmo 24. R/. Señor, enséñame tus caminos.

- 1ª Corintios 7,29-31. La representación de este mundo se termina.

Del Evangelio de san Marcos 1,14-20.

“Convertíos y creed en el Evangelio”.

Jesús marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios.  Decía: -"Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: Convertíos y creed en el Evangelio".  Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago.  Jesús les dijo: -"Venid conmigo y os haré pescadores de hombres".  Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.

COMENTARIO

El creer, el aceptar, la Buena Noticia, que es el Evangelio, exige conversión, es decir, un giro total en la vida, un cambio en el modo de proceder, una vuelta hacia Dios, tal como Jesús nos lo va revelando.  La conversión supone reconocer nuestro error en la conducta; nueva actitud de vida, nueva orientación hacia Dios.  ¿Qué soy capaz de hacer yo para acoger la invitación que me hace Jesús al decir: "Convertíos porque el Reino de Dios está cerca"?

ORACIÓN

Hoy te pido que me conviertas Señor, para que no me sienta superior a nadie, ni crea que ya lo sé todo; conviérteme para que viva con intensidad e ilusión la vida de fe.  Conviérteme para que no caiga en la tentación de vivir sin Ti, de olvidarte, de no incluirte en mi día...  Conviérteme del estrés, las prisas y el activismo, que me lleva a vivir sin contemplar, sin rezar, sin descansar en Ti; conviérteme a la Vida en abundancia que Tú me ofreces.  Hoy te pido Señor, que me conviertas.


Lunes 3ª Semana T. Ordinario.
San Vicente, diácono y mártir.
22
de enero de 2024.

Del Evangelio de san Marcos 3,22-30.

“Satanás está perdido”.

Los escribas decían de Jesús: -"Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios".  Él los invitó a acercarse y les puso estas parábolas: -"¿Cómo va a echar Satanás a Satanás?.  Un reino en guerra civil no puede subsistir; una familia dividida no puede subsistir.  Creedme, todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre".

COMENTARIO

Toda la vida de Jesús está orientada a ofrecer la bondad del mensaje de salvación.  Y los dirigentes religiosos, sin embargo, le atribuyen la misión de ofrecer un mensaje de perdición.  El Señor afirma tajantemente que todo pecado puede obtener el perdón de Dios, pero que no será perdonado quien se encierre en su malicia o en una actitud contra el Espíritu salvador de Dios.  Si el hombre-mujer no tiene una actitud acogedora del mensaje de Cristo-Jesús, se excluye voluntariamente del camino de salvación porque no acepta su poder salvador.

ORACIÓN

¡Qué bueno eres conmigo Señor!.  Con qué cariño me tratas.  A los pies de mi cama te pido unos ojos nuevos para ver todo el bien, toda la bondad, que de Ti procede, para ver la salvación que me llega por tu Hijo Jesús.  Dame también un corazón noble, sin malicia, sin dobles intenciones; un corazón que sepa acoger la Buena Noticia del Evangelio y se vuelque en bondad a los hermanos.  Dame señor tu Espíritu Santo para vivir creciendo en tu bondad, creyendo en tu amor, confiando en tu misericordia.  ¡Qué bueno eres conmigo señor!  Con qué cariño me tratas.


Martes 3ª Semana T. Ordinario.
San Ildefonso de Toledo, monje y obispo.
23 de enero de 2024.

Del Evangelio de san Marcos 3,31-35.

“El que haga la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre”.

Llegaron la madre y los hermanos de Jesús y desde fuera lo mandaron llamar.  La gente que tenía sentada alrededor le dijo: -"Mira, tu madre y tus hermanos están fuera y te buscan".  Les contestó: -"¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?".  Y, paseando la mirada por el corro, dijo: -"Éstos son mi madre y mis hermanos.  El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre".

COMENTARIO

La nueva familia que instaura Jesús tiene su fundamento en la voluntad del Padre.  María, antes que su maternidad física, tuvo este otro parentesco que aquí anuncia Cristo, el de la fe.  Como decían los Santos Padres, ella acogió antes al Hijo de Dios en su mente por medio de la fe que en su seno por su maternidad.  Por eso es María para nosotros buena maestra, porque fue la mejor discípula en la escuela de Jesús.  Y nos señala el camino de la vida cristiana: Escuchar la Palabra, meditarla en el corazón y llevarla a la práctica.

ORACIÓN

María, Madre de todas nuestras esperas, tú que sentiste encarnarse en tu seno la Esperanza de tu pueblo, la Salvación de Dios, ayúdanos a cumplir la voluntad del Padre.  Madre de todas nuestras esperanzas, tú que acogiste la fuerza del Espíritu para dar carne a las promesas de Dios, concédenos encarnar el Amor, para formar parte de la familia de Dios.  Amén.


Miércoles 3ª Semana T. Ordinario.
San Francisco de Sales, obispo y doctor de la Iglesia.
24
de enero de 2024.

Del Evangelio de san Marcos 4,1-20.
“Salió el sembrador a sembrar”.

Jesús se puso a enseñar.  –“Escuchad: Salió el sembrador a sembrar; al sembrar, algo cayó al borde del camino, vinieron los pájaros y se lo comieron.  Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó enseguida; pero en cuanto salió el sol, se abrasó y, por falta de raíz, se secó.  Otro poco cayó entre zarzas; las zarzas crecieron, lo ahogaron y no dio grano.  El resto cayó en tierra buena; nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o del ciento por uno.

COMENTARIO

La semilla en todos los casos es la misma pero las circunstancias de la tierra, del camino, de los pájaros, son lo que hacen que la semilla fructifique o no.  Mira a ver que tierra hay en tu corazón; que disposición hay en tu interior para acoger la palabra; que fidelidad, que constancia tienes en medio de las circunstancias de la vida.  Haz que la fuerza de la palabra de Dios de en ti su fruto.

ORACIÓN

Hoy en mi oración te escucho a ti Señor que me dices: Si tienes las manos abiertas para dar, si sufres al impertinente, si olvidas los agravios, si te alegras de la felicidad ajena, si aplaudes los éxitos de los demás, si tienes oídos para el Evangelio acogerás la buena semilla de la palabra de Dios en tu corazón.  Si das tu tiempo a los demás si llevas paz a los hombres, si sabes vivir con paciencia, acogerás la buena semilla de la palabra de Dios en tu corazón.  Si rezas por quien te hizo mal si compartes con los necesitados si cuentas con la cruz de Cristo, acogerás la buena semilla de la palabra de Dios en tu corazón.


Conversión de san Pablo, apóstol
Jueves 3ª Semana T. Ordinario
25 de enero de 2024.

Fiesta de la Conversión de san Pablo, apóstol.  Viajando hacia Damasco, en la actual Siria, cuando aún maquinaba amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, el mismo Jesús glorioso se le reveló en el camino y lo eligió para que, lleno del Espíritu Santo, anunciase el Evangelio de la salvación a los gentiles.  Sufrió muchas dificultades a causa del nombre de Cristo (elog. del Martirologio Romano).

Del Evangelio de san Marcos 16,15-18.
“Id al mundo entero y proclamad el Evangelio”.

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once, y les dijo: -“Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.  El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer será condenado.  A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos, y si beben un veneno mortal, no les hará daño.  Impondrán las manos a los enfermos y quedarán sanos.

COMENTARIO

La fiesta de hoy nos invita a “convertirnos” también nosotros en nuestros caminos de seguimiento de Jesús.  Por eso hacemos nuestra la súplica que nos propone a oración de la Misa: ”Concédenos caminar hacia Ti, siguiendo su ejemplo, y ser ante el mundo testigos de la verdad”.  Y también: Que la Eucaristía de hoy “nos encienda en el fuego del amor que abrasaba el corazón de san Pablo y le impulsaba al servicio de todas las Iglesias”.  No olvidemos hoy de pedir en nuestra oración por la unidad de los cristianos.  Todos convertidos a Cristo, que es el Salvador de todos, y por tanto, unidos entre nosotros.

ORACIÓN

Conviérteme para que vuelva cada mañana a la alegría, a la ilusión, a la esperanza para volver al perdón, a las razones que tengo para el amor.  Conviérteme para alejar el mal de nuestras vidas para vivir desde lo positivo y saber ver el bien por encima del mal.  Conviérteme para que confíe más en la fuerza de Dios que hará que el bien tenga la última palabra.  En este día de la conversión de san Pablo te pido también Señor por la unidad de todos los que nos decimos cristianos.  Ayúdanos.  Conviérteme para que vuelva cada mañana a la alegría, a la ilusión, a la esperanza al perdón, a las razones que tengo para el amor.


Viernes 3ª Semana T. Ordinario.
Santos Timoteo y Tito, obispos.
26
de enero de 2024.

Del Evangelio de san Marcos 4,26-34.
“Un hombre echa semilla y duerme, y la semilla va creciendo
sin que él sepa cómo”.

Dijo Jesús: -“El reino de Dios se parece a un hombre que echa simiente en la tierra.  La semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo.  La tierra produce la cosecha ella sola: Primero los tallos, luego la espiga, después el grano”.  Dijo también: -“El reino de Dios se parece a un grano de mostaza: Al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después brota, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden cobijarse y anidar en ellas”.

COMENTARIO

El Reino de Dios, su Palabra, tiene dentro una fuerza misteriosa, que a pesar de los obstáculos logra germinar y dar fruto.  Cuando en nuestra vida hay una fuerza interior (el amor, la ilusión, el interés), la eficacia del trabajo crece notablemente.  Pero cuando esa fuerza interior es el amor que Dios nos tiene, o su Espíritu, o la gracia salvadora de Cristo Resucitado, entonces el Reino germina y crece poderosamente.  El Reino crece desde dentro, por la energía del Espíritu.  El protagonista es Dios.  Nosotros lo que debemos hacer es colaborar desde nuestra libertad.

ORACIÓN

Dios de bondad: Abre mis oídos para que yo perciba tu palabra, y germine en mí su fuerza transformadora.  Por tu Espíritu, hazme capaz de orientar mi vida según la fuerza imparable de tu amor, de tu Reino.  Que tus palabras sean palabras creadoras de nuevos horizontes, de una fuerza interior que no deje de crecer cada día hasta que germine en vida plena de hijo de Dios.  Gracias Señor por la fuerza de tu Espíritu, de tu amor, de tu Reino.  Amén.


Sábado 3ª Semana T. Ordinario.
Santa Ángela Merici, virgen y fundadora.
27 de enero de 2024.

Del Evangelio de san Marcos 4,35-41.

“¿Quién es este?  ¡Hasta el viento y el mar lo obedecen!”.

Un día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos: -"Vamos a la otra orilla".  Dejando a la gente, se lo llevaron en barca.  Se levantó un fuerte huracán, y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua.  Él estaba a popa, dormido sobre un almohadón.  Lo despertaron, diciéndole: -"Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?".  Se puso en pie, increpó al viento y dijo al lago: -"¡Silencio, cállate!".  El viento cesó y vino una gran calma.  Él les dijo: -"¿Por qué sois tan cobardes?.  ¿Aún no tenéis fe?".  Se quedaron espantados y se decían unos a otros: -"¿Pero quién es éste?.  ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!".

COMENTARIO

Ayer, Jesús me invitó a confiar y hoy, me dice que está conmigo a través de las tormentas de mi vida y es capaz de traerme una gran calma con una palabra.  En las tormentas de mi propia vida, también puedo gritar “Señor, ¿no te importa?”.  Despierta en ti la presencia de Cristo… y escucha.  ¿Por qué tienes miedo?.  ¿Aún no tienes fe?.  Y que la fuerza de la palabra de Jesús calme tus angustias te traiga no la paz que viene de que todo marche a la perfección y que todo vaya viento en popa en nuestras vidas, sino de la paz que brota de saber que Él está con nosotros, nos protege y se preocupa realmente por nosotros.  Eso es fe, confiar profundamente en Dios.

ORACIÓN

Señor cuídanos en medio de las dificultades, danos calma en medio de la tempestad, ayúdanos a descubrir tu presencia en nuestro caminar, ilumina nuestra historia, tiéndenos una mano cuando nos hundimos.  Señor ayúdame a creer a pesar de que soplan vientos contrarios a la fe, que sepa “esperar en tus promesas” a pesar de las promesas de este mundo, “amar” a pesar de tanto odio, injusticia y violencia.  En la lucha de este día dame tu paz, en el trabajo de esta jornada que no me acobarde; que sepa vivir en la fe de la Iglesia porque las olas del mundo no hundirán la nave de la Iglesia en la que tú estás.  Señor ayúdame a creer a pesar de que soplan vientos contrarios a la fe.


LECTURA DE LA PALABRA
EN CLIMA DE ORACIÓN

1.      Hago silencio, exterior e interior.

Estoy en la presencia del Señor:

Contemplo a Dios que me quiere, me acoge, me escucha, me habla.

2.      Petición:

«Humildemente te pido, a ti, Señor, que eres la luz verdadera y la fuente misma de toda luz, que, meditando fielmente tu Palabra, viva siempre en tu claridad.  Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor».

3.      Palabra de Dios:

Leo tranquila y detenidamente el texto evangélico para hoy, en comunión con toda la Iglesia.  Me fijo bien en todos los detalles.

4.      Ante la Palabra leída:

Ø  ¿Qué dice este texto? (Lectura honda: circunstancias, actitudes…).

Ø  ¿Qué me dice a mí personalmente? (Meditación).

Ø  Desde esto, ¿qué te digo yo ahora, Señor? (Oración).

Ø  ¡Quiero identificarme contigo, Señor!.  ¿Qué hacer?.

(Contemplación, iluminación de mi vida concreta).

5.      Oración:

Hay una oración-reflexión propia de cada día, como inicio de respuesta al texto evangélico.  Al final puede añadirse la siguiente:

«Gracias, Señor, por tu presencia y tu cercanía en este rato de oración; y por la luz y la fuerza que me has dado.  Ayúdame a vivir según tu voluntad y sirviendo siempre a mis hermanos/as. Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor».