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martes, 14 de mayo de 2019

«HOMENAJE A: ENRIQUE BLANCO CORTES, MILITANTE DE LA HOAC»

Cádiz | Homenaje a Enrique Blanco, militante de la HOAC

17 MAYO 2019 | POR 
En un pequeño parque del barrio del Cerro del Moro de la ciudad de Cádiz,  hay una placa con la nueva denominación del lugar, en honor a Enrique Blanco Cortés, un dirigente vecinal militante de la HOAC.

Por la zona, antiguamente transcurría la vía del tren de mercancías que llegaban hasta la antigua central térmica de Puntales, una de las fronteras que separaban el barrio del resto de la ciudad de Cádiz. En el otro extremo, otra vía férrea utilizada para llevar las balas de hojas de tabaco desde el puerto a los depósitos de tabaco, marcaba otro de sus límites.

El Cerro del Moro quedaba totalmente aislado, física, social, política y humanamente. Pocos se atrevían a pasar por el barrio. La delincuencia asociada a las drogas generaba gran preocupación. En estas circunstancias, trabajaban y militaban Enrique Blanco Cortés  y María del Carmen Natividad. Ella había optado por dedicarse a la familia. Él estaba empleado en un taller.

Foto de La Voz de Cádiz

Al terminar sus jornadas, ambos se juntaban con otras personas del barrio en la pequeña parroquia del barrio, construida con material prefabricado, animada por el sacerdote de entonces, Jesús Maeztu, hoy Defensor del Pueblo andaluz. Así comenzó una lucha por la mejora de las condiciones de vida de los vecinos del barrio.

Enrique y su equipo protagonizaron cortes de tráficos, encierros, movilizaciones y conversaciones con representantes públicos de todas las administraciones, Ayuntamiento, Junta de Andalucía, Gobierno Central, hasta el punto de que con algunos de los políticos llegó a tener y tiene una gran amistad.

Habría que esperar hasta el año 2017 para abrir totalmente el barrio del Cerro del Moro al resto de la ciudad, cuando se inauguró el túnel soterrado del tren Cádiz-Madrid. Ya por esa fecha, Enrique cayó enfermo de esclerosis múltiple, encerrándose en su casa, para no salir de la misma salvo para urgencias. Esta ha sido una lucha, que, partiendo de las aspiraciones de vecinos del barrio, provocó una sinergia en políticos y administraciones públicas de distintos signo político y niveles de la administración y una gran empatía con el resto del movimiento vecinal.

El hijo de ambos se encargó de recopilar la trayectoria de su padre, mientras que su mujer,  María del Carmen, agradeció a los amigos, vecinos, representantes vecinales, y a la concejala Ana Camelo, que asistió a título personal, su presencia en ese día y de manera muy emotiva a todas aquellas personas que animaron y sostuvieron esa lucha. Su mirada se encontró con algunos militante de la HOAC allí presentes como Conchi Vallejo y su hermano Paco Vallejo, Paco González, Toñi, Pepe Solís, Pepi Garrucho y José Manuel Carrascosa. Pero su recuerdo agradecido iba más allá, «no hubiéramos podido llevar a cabo ese sueño que tuvimos, sin  su plan de formación, la amistad entre nosotros, en especial de su amigo Pepe Jiménez».

Foto de J. M. Carrascosa
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«ACTO HOMENAJE A:
ENRIQUE BLANCO CORTES»,

por José Manuel Carrascosa Freire,
Presidente Diocesano de la HOAC de Cádiz y Ceuta


En la Foto Mari Carmen Natividad con su hijo Enrique
y dos de sus nietos.


Acto homenaje a:
Enrique Blanco Cortes.



«...Jesús irrumpió en su tiempo
con una nueva conciencia,
con la sabiduría de Dios.
Una realidad que entonces como ahora
se dice que es de locos,
de personas sin sentido de la realidad...
»
(Cuadernillo de la HOAC n.º 17)


El sábado día 11 de mayo, en una hermosa tarde de primavera, en la entrada al Barrio del Cerro del Moro de la ciudad de Cádiz, por la zona que antiguamente transcurría las vías del tren de mercancías que llegaban hasta la antigua Central térmica de Puntales. Unas vías que a la vez eran la frontera que separaban el Barrio con el resto de la ciudad de Cádiz. Digo unas vías, porque en otro de sus extremos transcurría otra vía que llevaba las balas de hojas de tabaco, que desde el puerto de Cádiz iban en dirección a los Depósitos de tabaco. Esto hacía que el barrio fuese y viviese como un gueto, totalmente aislado, física, social, política y humanamente. Nadie de Cádiz quería pasar por el Barrio del Cerro del Moro, en gran medida la droga y la delincuencia eran los amos del barrio.


Aquí, vivían Enrique Blanco y María del Carmen Natividad, un matrimonio cristiano, joven e insatisfecho con el transcurrir de la vida de su barrio. Enrique de profesión calderero empleado en una de las muchas empresas externas que trabajaba para la construcción naval. Enrique como la mayor parte de los trabajadores del sector, de la ciudad y de la Bahía de Cádiz tenían una alta conciencia de clase y militaban en los sindicatos, mediación indispensable en aquellos años, como seguirán siéndolo, de la industria gaditana con innumerables conflictos laborales. A día de hoy, el conjunto de todas estas industrias auxiliares han desaparecidos. Este factor fue también determinante para un barrio ya excluido, el paro agravó aún más la pobreza entre jóvenes y mayores.



En este contexto vivían, trabajaban y militaban Enrique y Mari Carmen, ella su trabajo estaba dedicado a la familia, Enrique en el taller, cuando terminaba el trabajo ambos se juntaban con otras personas del barrio en la pequeña parroquia del barrio construida con material prefabricado, ayudado por el sacerdote de aquella época Jesús Maeztu, hoy Defensor del Pueblo andaluz.


Así comenzó una lucha que fue llevada a todos los ámbitos de la administración pública: Ayuntamiento, Junta de Andalucía, Gobierno Central, a estos los implicó, comprometió y motivó Enrique y su equipo, cortes de tráficos, encierros en Ayuntamiento, presiones y conversaciones con representantes públicos, con algunos de estos políticos llegó a tener y tiene una gran amistad. Fruto de toda esta lucha es una total transformación del barrio, se fueron derrumbando bloques de viviendas y construyendo otros, mientras los vecinos eran realojados en otras viviendas de la ciudad, bloques tras bloques fueron cayendo, y nuevos edificios fue transformando la imagen del barrio Gueto, luego se levantaron la vía que separaba el barrio con el nuevo barrio de la Bda. de la Paz, más tarde, con el cierre de la antigua central térmica se eliminó el tráfico de trenes por la otra vía del tren. Quedaba aun la vía principal, la que llevaba a los viajeros con dirección Cádiz-Madrid que separaba el barrio de la otra zona de la ciudad mediante unos muros que impedían el paso de un lado al otro y que el tráfico de personas y vehículos se realizaba por pasos a nivel, más tardes, por pasos elevados para la personas.


Hasta aquí un resumen de la reciente historia de Enrique y María del Carmen en su barrio del Cerro del Moro que leyó Ana Camelo de un escrito realizado por el hijo mayor de Enrique y María del Carmen, Enriquito.


Habría que esperar hasta el año 2017 para abrir totalmente el Barrio del Cerro del Moro al resto de la ciudad, cuando se inauguro el túnel soterrado del tren Cádiz-Madrid. Ya por esta fecha Enrique cayó enfermo de Esclerosis múltiple, encerrándose en su casa para no salir de la misma salvo para urgencias. Esta ha sido una lucha, que partiendo de las aspiraciones de vecinos del barrio, provocó una sinergia en políticos y administraciones públicas de distintos signo político y niveles de la administración y una gran empatía con el resto del movimiento vecinal.


Además de esta lectura, quiero resaltar algo que Ana Camelo no mencionó, fueron las palabras de María del Carmen Natividad que dirigió a los asistentes, unas treinta personas, sin presencia de políticos o partidos, pues al estar en campaña electoral no se pueden hacer inauguraciones oficiales. Mari Carmen agradeció a los amigos, vecinos, representantes vecinales, a Ana Camelo. También agradeció de una manera extensa y emotiva a que fue la fuente de energía que arrancó y mantuvo en movimiento esa lucha constante por llegar a la meta soñada para ellos y para el barrio. Un agradecimiento que hizo mirando a la cara de los militantes de la HOAC allí presente. A los de antes y a los de ahora, allí estábamos: Conchi Vallejo y su hermano Paco Vallejo, Paco González y Toñi, Pepe Solís y su mujer Pepi Garrucho y el que escribe este texto, otros no pudieron asistir por tener encuentros familiares.


Ese agradecimiento iba dirigido a la HOAC a su permanente acompañamiento a ellos, en los buenos momentos y en los menos buenos, sin la HOAC dijo: «...no hubiéramos podido llevar a cabo ese sueño que tuvimos, su plan de formación, la amistad entre nosotros, el de su amigo Pepe Jiménez». Durante unos ocho o diez minutos repitió el nombre de la HOAC y de Pepe Jiménez constantemente, ofrecimiento que mostró tanto, que Ana Camelo se sintió molesta. En ese momento aproveché una pregunta de un amigo y comerciante del barrio de Enrique y que hizo sorprendido ¿ahh..., la HOAC aun existe? A lo que le contesté delante de Mari Carmen: claro, yo soy su presidente diocesano. Luego, unos abrazos, besos y saludos entre los asistentes, a Mari Carmen, a su hijo Enriquito que se encontraba muy emocionado. Momento este que aproveché para repartir material de la HOAC entre los conocidos, cuando se lo di a Mari Carmen, ella volvió a recordar a Pepe Jiménez, diciéndome: estás como Pepe, siempre llevaba material de la HOAC para difundir. Éste es el mejor elogio que se me podía hacer, aunque estoy muy lejos de parecerme a él. Lógicamente también le ofrecí a Ana Camelo el cuadernillo 17 de la HOAC, al principio lo cogió y me lo devolvió muy educádamente, ya me lo esperaba.

José Manuel Carrascosa Freire
Presidente Diocesano de la HOAC
Móvil: 653 840 290
CÁDIZ


«Probablemente la más radical
propuesta de vida que Jesús ofreció:
¡¡Las Bienaventuranzas...!!
Y lo hizo al hilo de la vida
de la gente sencillas,
es a ellos a quienes les dirigió
sus parábolas subversivas,
y es con ellos con los que compartió
su vida y sus curaciones,
sus acciones salvíficas y  liberadoras...»
(Cuadernillo de la HOAC n.º 17)

https://www.hoac.es/2019/05/03/la-cultura-del-encuentro-para-un-trabajo-digno-y-una-sociedad-decente-cuaderno-17-edicioneshoac/

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