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UNA MIRADA CRISTIANA DEL TRABAJO HUMANO Y EL BIEN COMÚN
¡ACOGE, ABRAZA, CUIDA, ACOMPAÑA...!
LA VIDA DEL MUNDO OBRERO Y DE LOS POBRES,
CON MISERICORDIA Y COMPASIÓN.


¡Bienvenido/bienvenida! al "blog" de la HOAC diocesana de Cádiz y Ceuta.


jueves, 9 de diciembre de 2010

ORAR EN EL MUNDO OBRERO: 3ª SEMANA DE ADVIENTO (12 diciembre 2010)


Juan Bautista, representante fiel de la vieja fe de Israel,
no veía las cosas muy claras.

Desde la prisión, pregunta al mismo Jesús.

Todo un modelo de apertura, búsqueda y
discernimiento en este Adviento 2010,
en el contexto de una humanidad tan confusa y
manipulada por los dictámenes del Mercado.

Miremos y escuchemos también nosotros a Jesús
sobre cómo situarnos, desde el evangelio,
en el momento presente de la sociedad y del mundo obrero.


TESTIMONIO


“Llevo tres años como peón agrario en la Junta de Comunidades. Un día un compañero me propuso presentarme a las elecciones sindicales en mi centro de trabajo y actualmente estoy en el sindicato CCOO como delegado sindical.

… En mi compromiso desde el sindicato como delegado sindical es fundamental la presencia activa. Estoy inmerso de alguna manera dentro de la problemática laboral y allí donde afecta a cada persona. Estar cerca de la vida y de las situaciones que viven muchos trabajadores de mi entorno, conocer sus aspiraciones y sus experiencias de fracaso...

Voy descubriendo a través de los compañeros del sindicato que existe una cultura solidaria que defiende el valor de lo colectivo como instrumento... para:

- mejorar las condiciones del trabajo;

- promover la participación activa en su centro de trabajo, ser protagonista en la organización del trabajo junto a los compañeros;

- defender los derechos al trabajo y de los trabajadores, logros obtenidos con mucho dolor desde otras generaciones C. Permanente HOAC Orar en el mundo obrero 3ª semana Adviento 2 comprometidas…;

- aportar una cultura e identidad obrera muy importantes para hacer políticas sociales y protección de los colectivos más desfavorecidos.

Ante los últimos acontecimientos, que van surgiendo, quisiera destacar como reflexión:

- la actual reforma laboral es un recorte amplio de los derechos de los trabajado-res, que hace que las personas, en su trabajo, se sientan más desprotegidas y des-humanizadas;

- las organizaciones obreras están perdiendo credibilidad en la sociedad y en el conjunto de los trabajadores/as;

- el modelo que se impone en el mundo globalizado es el dominio de la economía, que no está al servicio de las personas y que genera conflictos en las relaciones entre trabajo y empresa, provoca competitividad y una distribución de la riqueza des-igual.

- la falta de participación de los trabajadores en la organización cultural, social y económica.

Los compañeros me preguntan cómo y por qué estoy en el sindicato. Mi res-puesta sincera es que me siento enviado gracias a que la Iglesia, en la JOC y la HOAC, ha configurado un estilo de vida y un compromiso que me ha enseñado a querer y ser sensible al mundo obrero, a las instituciones y las personas que lo representan.

Soy sindicalista porque desde mi testimonio hago presente a nuestra Iglesia en el corazón del mundo. Desde mi realidad, intento ser coherente y fiel al proyecto de Jesús de Nazaret” (Cele Sánchez, militante de la HOAC).

Demos gracias al Padre por el compromiso militante evangelizador (humanizador) de tantos compañeros y compañeras. Veámonos confrontados y reflejados en ese espejo. El Señor nos motiva en nuestra búsqueda, en nuestro camino de servicio a los empobrecidos.



ORACIÓN-POEMA (Fl. Ulibarri)

Cambia nuestra mirada, Padre Bueno,
convierte nuestros corazones,
para que seamos capaces de descubrir tu presencia
y las huellas del Reino, tan cercanas y cotidianas
para el que mira la vida con los ojos de Dios.

Cambia nuestra mirada para vivir la fiesta del encuentro,
para sorprendernos con tu paso a nuestro lado,
compañero y protector, que nos cuida y nos abriga.

Cambia nuestra mirada, para descubrir a Jesús
que vive en medio nuestro, en el que sufre,
en el excluido, en el marginado por la sociedad
pero amado y preferido por el Dios del Reino.

Cambia nuestra mirada para aprender a encontrar
las semillas de Evangelio, que crecen en nuestra humanidad,
levadura de vida nueva, señales de un mundo fraterno.

Padre, abre nuestros ojos y afina nuestros oídos,
para encontrar tus caminos y escuchar tus desafíos.

Danos la mirada del Evangelio que transfigura el mundo
para hacerlo sacramento señal viva de tu presencia
y eco fecundo de tu aliento.

Ayúdanos a buscarte en la vida, a encontrarte en la historia,
a rastrearte en lo cotidiano, para servir a los demás,
trabajar por un mundo nuevo y así, construir tu Reino.


SALMO 63

Escucha, oh Dios, la voz de mi lamento,
protege mi vida del terrible enemigo;
escóndeme de la conjura de los perversos,
del motín de los malhechores.

Afilan sus lenguas como puñales
y disparan como flechas palabras venenosas,
para acribillar a escondidas al inocente,
para herirlo por sorpresa y sin temor.

Se animan al delito, calculan cómo esconder trampas
Y dicen: “¿Quién lo verá?”
Inventan maldades y ocultan sus invenciones,
porque su mente y su corazón no tienen fondo.

Pero Dios los acribilla a flechazos,
por sorpresa los cubre de heridas;
su misma lengua los lleva a la ruina.

Los que lo ven sacuden la cabeza
y todo el mundo se atemoriza;
publican la acción de Dios
y meditan su intervención.

El honrado se alegra con el Señor,
se refugia en él
y se glorían los corazones sinceros.


ACTUALIZACIÓN

Podemos encontrarnos, personalmente, con algún terrible enemigo o, incluso, con una verdadera conjura de perversos y malhechores empeñados a fondo en destruir nuestra vida o nuestro nombre o nuestro trabajo. Casos sobran en la historia y también en la actualidad: cristianos perseguidos y masacrados (en Irak, India…), periodistas, sindicalistas, abogados asesinados o amenazados.

Pero el enemigo más terrible, la conjura más perversa y el más amenazador motín de malhechores está constituido hoy por los poderes económicos. Son estos poderes los que realmente inventan maldades y ocultan sus invenciones y acribillan a escondidas al inocente. Su corazón y su mente no tienen fondo. Tienen un fondo insondable, abismal de ambición y codicia. Son idólatras fidelísimos del Dinero -Mammón-, al que sacrifican la vida o la dignidad de la mayoría de los hombres y mujeres de la tierra.

Este salmo es muy duro. Dios se manifiesta “duro” contra tanto abuso impune contra los indefensos inocentes. Que la oración exprese esta dureza de la realidad y de Dios mismo. Una “dureza” que envuelve un amor entrañable, con-movido y compasivo, que no nos permite dejar de implicarnos a fondo por la justicia y la dignidad de las víctimas de nuestra sociedad.

“La suerte está echada, el juego está claro y cuanto más tarde identifiquemos las nuevas reglas, mayor será el costo para los ciudadanos europeos. La lucha de clases está de vuelta en Europa, y en términos tan nuevos que los actores sociales están perplejos y paralizados.

En tanto práctica política, la lucha de clases entre el trabajo y el capital nació en Europa y, después de muchos años de confrontación violenta, fue en Europa donde alcanzó más equilibrio y dio frutos más auspiciosos…

Así surgieron la concertación social y sus resultados más envidiables: altos niveles de competitividad ajustados a altos niveles de protección social; el modelo social europeo y el Estado de Bienestar; la posibilidad, sin precedentes en la historia, de que los trabajadores y sus familias pudieran hacer planes a mediano plazo (la educación de los hijos, la compra de una vivienda); la paz social; el continente con los más bajos niveles de desigualdad social.

Todo ese sistema está al borde del colapso y los resultados son impredecibles. El informe que el FMI acaba de publicar sobre la economía española es una declaración de guerra: la acumulación histórica de luchas sociales, de tantas y tan laboriosas negociaciones y de equilibrios obtenidos con tantas dificultades, es echada por tierra con una arrogancia inaudita.

Y España es mandada a retroceder décadas en su historia: a reducir drásticamente los salarios, destruir el sistema de pensiones, eliminar derechos laborales (para facilitar despidos y reducir indemnizaciones)…

El sentido común neoliberal nos dice que la culpa es de la crisis, que estamos viviendo por encima de nuestras posibilidades y que no hay dinero para tanto bienestar. Pero cualquier ciudadano entiende esto: si la FAO calcula que 30 mil millones de dólares serían suficientes para resolver el problema del hambre en el mundo y los gobiernos insisten en que no hay dinero para eso, ¿cómo se explica que, de repente, hayan surgido 900 mil millones para salvar al sistema financiero europeo?

La lucha de clases está volviendo bajo una nueva forma, pero con la violencia de hace cien años: esta vez es el capital financiero el que le declara la guerra al trabajo.

¿Qué hacer? Habrá resistencia, pero, para ser eficaz, deberá tener en cuenta dos hechos nuevos.

En primer lugar, la fragmentación del trabajo y la sociedad de consumo pusieron en crisis a los sindicatos. Nunca antes los que trabajan trabajaron tanto y nunca les fue tan difícil identificarse como trabajadores. La resistencia tendrá un pilar en los sindicatos, pero será muy frágil si la lucha no es compartida en pie de igualdad por los movimientos de mujeres, de ambientalistas, de consumidores, de derechos humanos, de inmigrantes, y los movimientos contra el racismo, la xenofobia y la homofobia. La crisis afecta a todos porque todos son trabajadores.

En segundo lugar, no hay economías nacionales en Europa y, por lo tanto, o la resistencia es europea o no existirá…” (Boaventura dos Santos, “¡Ciudadanos europeos, uníos!, CJ, 14/8/2010).

Pero ahí no acaba la historia. Los poderosos, que acumulan y esclavizan, no se saldrán con la suya. Porque hay quienes ven otra cosa, otra economía, otra política, otra humanidad… y la promueven desde diversas instancias: culturales, sociales, políticas, sindicales, religiosas…

Y hay quienes, además, ven al Dios solidario, implicado eficazmente a favor de los inocentes, los débiles y empobrecidos. Los que lo ven sacuden la cabeza … publican la acción de Dios y meditan su intervención. Y conectan con Él, actúan con Él por la causa de la dignidad humana.

Finalmente, el honrado se alegra con el Señor, se refugia en él y se glorían los corazones sinceros. La clave final y resolutoria de toda la tragicomedia humana reside en Dios y en la acogida confiada de su presencia y de su acción creadora y salvadora.

Contemplemos con realismo, pero con los ojos de Dios, la actual situación de confusión, manipulación, pérdida de conciencia obrera… El Espíritu continúa despertando conciencias, encendiendo corazones y dinamizando voluntades humanas implicadas en la libertad, la justicia, la solidaridad. Alabemos al Señor por tantas personas que sintonizan con su proyecto de liberación. Alabémosle por nuestra conciencia obrera cristiana y nuestra militancia evangelizadora.

“Sí, confiscaron todos mis bienes… Arrestaron a mi marido y le torturaron hasta que dijera en televisión que yo recibía dinero de Occidente. Ahora lo convocan tres veces al mes para interrogatorios que duran horas. También arrestaron a mi hermana, ahora tiene una enfermedad del corazón y no la dejan salir del país. A mi hermano también lo tienen horas interrogándolo. Ninguna de esas tres personas ha tenido jamás una actividad social o política. A través de mi familia me amenazan continuamente de que acabarán encontrándome para matarme donde quiera que esté. Y hacen todo eso para que yo cese mis actividades”.

“Cuando una cree en la justicia y la verdad del camino que ha elegido puede andar con más fuerza. Y también soy musulmana y creo en Dios y eso me da más fuerza” (Shirin Ebadi –abogada iraní–, R 21, 937-2010).


PALABRA DE DIOS

Mateo 11,2-11

Juan se enteró en la cárcel de las obras que hacía el Mesías
y envió a dos discípulos a preguntarle:

- ¿Eres tú el que tenía que venir o esperamos a otro?

Jesús les respondió:
- Id a contarle a Juan lo que estáis viendo y oyendo:

Los ciegos ven y los cojos andan,
los leprosos quedan limpios y los sordos oyen,
los muertos resucitan
y a los pobres se les anuncia la Buena Noticia.
Y ¡dichoso el que no se escandalice de mí!

Mientras se alejaban, Jesús se puso a hablar de Juan al gentío:
- ¿Qué salisteis a contemplar en el desierto?
¿Una caña sacudida por el viento?
¿Qué salisteis a ver si no?
¿Un hombre vestido con elegancia?
Los que visten con elegancia, ahí los tenéis, en la corte de los reyes.
Entonces, ¿a qué salisteis? ¿A ver a un profeta?
Sí, desde luego, y más que profeta; es él de quien está escrito:

“Mira, yo envío mi mensajero por delante
para que te prepare el camino” (Malaquías 3,1).

Os aseguro que no ha nacido de mujer nadie más grande que Juan Bautista, aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él.



PARA ENTENDER EL TEXTO

Juan se hace la pregunta: ¿Es Jesús, de verdad, el Mesías Liberador, aquella persona llena de vida y portadora de la verdadera humanidad? ¿Son sus obras, liberadoras y humanizadoras de los empobrecidos y despojados de su humanidad, el proyecto mesiánico -liberador- de Dios?

Jesús afirma claramente su mesianismo a través de sus obras -las obras que hacía el Mesías. Son precisamente sus obras dignificadoras de los empobrecidos las que definen su mesianismo. Y avala su acción mesiánica con la evocación del anuncio profético, en línea con Isaías 35,5-6 y el texto programático de Is 61-1-2 asumido por Jesús en Lucas 4,18-19: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido para que dé la buena noticia a los pobres…

Y ¡dichoso el que no se escandalice de mí! Es una advertencia y, a la vez, una bienaventuranza. Felicita a quien ha acogido al Mesías y ha experimentado en sí mismo su acción renovadora. Y denota también el carácter extraño, contracultural (también, en cierto sentido, “contra-religioso”) de la persona y el mensaje de Jesús.

Juan había anunciado la venida del reinado de Dios como una acción de de la justicia de Dios, que saldaría las cuentas con toda clase de conductas infieles al plan de Dios. Pero Jesús se presenta ofreciendo y practicando la compasión solidaria con todos, especialmente con los pobres, los excluidos y los pecadores. “Las obras que Jesús presenta (son) servicio liberador a los que necesitan vida… su tarea de curar, sanar y liberar la vida” (Fl. Ulibarri, “Conocer, gustar y vivir la Palabra. Ciclo A”, 38-39).

Jesús hace un retrato impresionista y muy completo de Juan el Bautista. Dibuja primeramente su autenticidad personal, totalmente ajena a cualquier arribismo autorreferencial. Realza su misión de precursor mesiánico (Malaquías 3, 1), superior a la identidad profética. Pero, el reinado que inaugura Jesús en quienes lo experimenten significa una realidad mayor: el desvelamiento y la realización, en Jesús, de una experiencia nueva de amor con Dios Padre -amor de misericordia entrañable e incondicional- y con las personas en verdadera fraternidad.

La oración, para que no sea evasiva y egoísta, ha de proyectar nuestra mirada amorosa y solidaria hacia colectivos y personas concretas que padecen la pérdida de conciencia de su dignidad personal, incapaces de recorrer por sí mismas el camino de la vida, con el rostro desfigurado y el corazón herido por la violencia, vacías de ilusión y esperanza; y también tantas personas empobrecidas que reclaman justicia, no sólo para sí mismas, sino pata todos, y en ello empeñan su vida.


ACTUALIZACIÓN DE LA PALABRA

¿Nos creemos de verdad que las obras de Jesús, volcadas en la reconstrucción de la vida personal y comunitaria de los empobrecidos y ninguneados por la vida y por la sociedad, constituyen el proyecto auténtico de realización humana querido y alentado por Dios mismo? Pensemos en las víctimas -especialmente la gran masa de trabajadores- de la actual crisis económica: ¿cuál es el posicionamiento real, de palabra y de obra, de la Iglesia, de la HOAC, de cada militante…?

No son las proclamas e insistencias doctrinales las que convencen, no son las palabras, sino las obras de defensa, liberación, integración, promoción de los pobres. La proclamación del evangelio y la evangelización efectiva se verifican en el amor y la justicia. La justicia forma parte esencial de la evangelización –Sínodo Obispos 1971-. La opción por los pobres no es facultativa, sino definitoria de la fe en Jesús, de la vida de comunión intra y extra-eclesial y del anuncio del evangelio. Una de las notas esenciales de la iglesia -aún no formulada oficialmente en el credo- es la Iglesia pobre e Iglesia de los pobres. Ello no es otra cosa que ser, vivir y hacer lo mismo que Jesús de Nazaret.

¿Cómo podemos nosotros escandalizarnos de Jesús? ¿Cómo ser dichosos con Jesús? La respuesta se traduce en otra pregunta: ¿qué, a quiénes y cómo anunciamos y visibilizamos el reinado de Dios?

No resulta nada fácil entender, compartir y promover una forma de ser y de actuar como la de Jesús, en un contexto -el del tiempo de Jesús y el de ahora- basado en la dominación ideológica y económica.

El evangelio proyecta, para el futuro desde el presente, un cambio estructural de toda la sociedad. Pero, al mismo tiempo, “personaliza” ese cambio en las personas, en personas con rostro y nombre. La relación personalizadora de acogida, atención, ternura, solidaridad afectiva y efectiva es inexcusable y primera: lo primero es la persona, la mirada cálida y positiva a la persona. “En el evangelio hay una teología de la ternura que siempre es curativa y liberadora. Se ejerce con palabras, con las manos, con los ojos, con el corazón…, y se concreta en caricias, besos, comidas en común, diálogos, contactos, abrazos…

… Es necesario luchar con firmeza y tenacidad contra toda forma de injusticia y opresión, desenmascarando los mecanismos sociales que las generan. Pero no es suficiente…” (Id., 39).

Hemos interiorizado las actitudes, valores y aspiraciones de la cultura economicista-consumista del actual sistema neoliberal. Nos sentimos muy cómodos en esta cultura, con un cierto talante “liberal” a la moda, que valida cualquier concesión a la seguridad propia, la comodidad, la satisfacción de cualquier apetencia. Es todo un estilo de vida convertido en “norma de obligado cumplimiento”.

Esta “inculturación neoliberal” oculta algunos aspectos, como:

- la deshumanización personal, auténtica alienación o pérdida de libertad e identidad personal;

- la complicidad con la deshumanización y el empobrecimiento que genera intrínsecamente el sistema neoliberal: somos nosotros quienes lo sostenemos y alimentamos con nuestro individualismo egocéntrico y nuestro ser consumista;

- la aceptación y consagración, explícita o implícita, de este sistema, considerándolo, en la teoría y/o en la práctica, como “normal” e intangible.

Este evangelio puede sugerirnos algunas orientaciones sencillas:

- preguntar con ánimo de aprender, cuando nos encontramos desconcertados o desbordados; preguntar al mismo Jesús -qué dice el evangelio-;

- discernir con alegría y esperanza, llegando a concreciones prácticas;

- orar despejando nubes, aclarando el camino a seguir;

- subrayar y apoyar los brotes de justicia y fraternidad, los rasgos de humanidad.


ORACIÓN-POEMA (R. Tagore)
Tienes tu escabel,
y tus pies descansan
entre los más pobres,
los más humildes y perdidos.


Quiero inclinarme ante Ti,
pero mi postración no llega nunca a la sima
donde tus pies descansan
entre los más pobres,
los más humildes y perdidos.


El orgullo no puede acercarse a Ti,
que caminas,
entre los más pobres,
los más humildes y perdidos.


Mi corazón no sabe encontrar su senda,
la senda de los solidarios,
por donde Tú vas
entre los más pobres, los más humildes y perdidos


“La Gracia tiene como meta la Comunión, en el sentido más grandioso.
Su dimensión que podríamos llamar social es evidente”


(G. Rovirosa, OC III, 91)

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