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UNA MIRADA CRISTIANA DEL TRABAJO HUMANO Y EL BIEN COMÚN
¡ACOGE, ABRAZA, CUIDA, ACOMPAÑA...!
LA VIDA DEL MUNDO OBRERO Y DE LOS POBRES,
CON MISERICORDIA Y COMPASIÓN.


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jueves, 23 de diciembre de 2021

ORAR EN EL MUNDO OBRERO «NAVIDAD» (25 DE DICIEMBRE DE 2021) CICLO “C”


Navidad (25 diciembre 2021)

23 DICIEMBRE 2021 | POR 

Hoy es día
para contemplar
envueltos en
la alegría indecible.

Simplemente.

Contemplar,
hacer silencio,
escuchar, acoger,
recibir, agradecer.

Busca el Nacimiento
que tengas en casa,
o llégate a tu parroquia,
y ante el Belén,
dedica un tiempo de oración
a contemplar el misterio
de Dios encarnado,
reconociendo ese misterio
en la vida obrera.

Sitúate entre los pastores,
con los magos, ante el portal.

Lleva contigo a tus compañeras
y compañeros de trabajo.

Ponlos contigo frente
al misterio del Amor.

Contempla a Dios naciendo
en los recovecos de esa vida obrera;
contempla a ese Dios desalojado.

Y, con ese Dios, sueña…

Un abrazo, y hasta
mañana en el altar.

Fernando Carlos Díaz Abajo
Consiliario General HOAC, y

Mª Ángeles Bayo Valderrama
Responsable de Organización
y Vida comunitaria.



San Lucas 2,1-14:
«Hoy os ha nacido un salvador».

Accede a más oraciones aquí.
https://www.hoac.es/que-hacemos/espiritualidad/orar-desde-el-mundo-obrero/

También en Issuu
https://issuu.com/hoac/docs

https://www.hoac.es/2021/12/23/5o-domingo-adviento-26-diciembre-2021/ 

https://www.hoac.es/wp-content/uploads/2021/12/Navidad-2021.pdf 

https://issuu.com/hoac/docs/navidad_2021 

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«ORAR CON LA IGLESIA»
TIEMPO DE NAVIDAD
(Ciclo ‘C’) Octava de Navidad
25 de diciembre de 2021.


TIEMPO DE NAVIDAD
Nochebuena y Navidad
Sábado,
25 de diciembre de 2020.

 

NOCHEBUENA

En medio de la oscuridad de esta noche brilla Cristo, la luz verdadera, y pedimos gozar un día en el cielo del esplendor de la gloria (1.ª orac.).  Hoy nos ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor (Ev.).  Este Hijo que se nos ha dado trae al mundo una paz sin límites, para siempre (1 lect.).  La primera venida de Cristo en la humildad de Belén que celebramos hoy nos anuncia la dicha que esperamos, su aparición gloriosa al fin de los tiempos.  Y esa esperanza nos debe llevar a una vida sobria, honrada y religiosa (2 lect.).  Damos gracias hoy, porque el Verbo hecho carne nos lleva al amor de lo invisible de Dios (cf. Pf. I).


Del Evangelio según san Lucas 2,1-14.

“Hoy os ha nacido un Salvador”.

Sucedió en aquellos días que salió un decreto del emperador Augusto, ordenando que se empadronase todo el Imperio…  También José, por ser de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea, para empadronarse con su esposa María, que estaba encinta.  Y sucedió que, mientras estaban allí, le llegó a ella el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada.  En aquella misma región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño.  Apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios diciendo: «Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad».

COMENTARIO

La liturgia de esta noche nos presenta las coordenadas histórico-teológicas del nacimiento de Jesús y el cumplimiento de las promesas.  Un triple anuncio: El profeta Isaías anuncia el nacimiento de un niño que es consejero y príncipe de la paz.  La noticia suscita un cántico de alegría (Is 9,1-3.5-6).  El ángel del Señor anuncia a los pastores el nacimiento del Salvador y un coro angélico canta: "Gloria a Dios en el cielo..." (Lc 2,1-14).  Pablo anuncia y explica el significado de la manifestación de la gracia de Dios y exhorta a los cristianos a hacer el bien (Tit 2,11-14).


ORACIÓN

En esta noche santa te queremos dar gracias por tanto amor.  Gracias por nuestra familia y por nuestro hogar.  Gracias por las personas que trabajan con nosotros.  Bendícenos en este día tan especial en el que esperamos el Nacimiento de tu Hijo.  Ayúdanos a preparar nuestros corazones para recibir al Niño Jesús con amor, con alegría y esperanza.  Estamos aquí reunidos para adorarlo y darle gracias por venir a nuestro mundo a llenar nuestras vidas.  Hoy al contemplar el pesebre recordamos especialmente a las familias que no tienen techo, alimento y comodidad.  Te pedimos por ellas para que la Virgen y San José les ayuden a encontrar un cálido hogar.


NAVIDAD

El Hijo de Dios ha compartido nuestra naturaleza humana para que nosotros podamos compartir su vida divina (1.ª orac.).  En la 1 lect. y en el sal. resp. se proclama la victoria de nuestro Dios, que nos salva no por los poderes de este mundo sino desde la humildad del niño nacido en Belén.  Es el Verbo, la segunda persona de la Santísima Trinidad, que se hizo carne y habitó entre nosotros.  Por medio de Él, Dios nos ha hablado (2 lect.) y esa Palabra sigue viva entre nosotros y es la luz que brilla en medio de las tinieblas de este mundo y que debemos acoger en la fe y el amor para que así podamos ser hijos de Dios (Ev.).


Del Evangelio según san Juan 1,1-18.

“La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros”

En principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios.  En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres.  Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.  Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre.  Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios.  Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros.

COMENTARIO

El Salvador nace en Belén.  Y la Palabra de Dios nos invita a vivir con gozo este acontecimiento.  El Salvador de la humanidad será, simplemente, un niño, hijo de la joven María y del carpintero José.  Pero será el Hijo de Dios que traerá consigo la paz para los hombres de buena voluntad.  El evangelista san Juan afirma que quienes le reciben son hijos de Dios.  Hoy podemos cantar con razón: Gloria a Dios en las alturas porque hay más paz en muchos corazones.

ORACIÓN

Te diré mi amor, rey mío, con una mirada suave, te lo diré contemplando tu cuerpo nacido entre pajas, te lo diré adorando tu carne; te lo diré con mis besos, te lo diré con el amor de tu Madre y con la fe más profunda de que soy capaz: bendito seas porque has venido en esta carne; bendito seas.  Bendito seas por venir a poner paz en tanta guerra, calor donde hay tanto frío, bendito seas por venir a plantar el cielo en la tierra.  Bendito seas niño Dios por venir a salvarme bendito seas mi redentor.  Por tu nacimiento Jesús: Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el señor.