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UNA MIRADA CRISTIANA DEL TRABAJO HUMANO Y EL BIEN COMÚN
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domingo, 2 de agosto de 2015

ENTREVISTA A JOSÉ ANTONIO HERNÁNDEZ GUERRERO, EN DIARIO DE CÁDIZ, 2 AGOSTO 2015

"Después de 30 años
sigo aprendiendo de mis alumnos"

José Antonio Hernández Guerrero.
Catedrático emérito de la Universidad de Cádiz


José Antonio López /Diario de Cádiz
 Actualizado 02.agosto.2015 - 06:46


CATEDRÁTICO emérito de la Universidad de Cádiz, amante de la palabra y de la oratoria, José Antonio Hernández Guerrero (Cádiz, 1936) repasa aquí su trayectoria vital, su radical humanismo y su percepción de la vida que él mismo resume: "Vivo el momento presente en el que concentro todo lo posible del pasado, seleccionado y purificado, todas las expectativas ilusionadas del futuro".
 


-¿En qué colegio estudió?

-En el colegio de La Viña, de los hermanos de La Salle. Entro en 1944, con ocho años. Cuando venía el hermano visitador, le daban una barra de regaliz a los que respondían mejor las preguntas; dos barras de regaliz a los que querían ir a Hermanos de la Escuela Cristina, y cinco barras de regaliz a los que querían ir al seminario. Cuando preguntó quién quería ir al seminario, levanté la mano y desde entonces todos se convencieron que yo iba a ir al seminario.
 


-La vocación viene entonces de una barra de regaliz.

-De cinco barras, que le dieron a uno que tenía, y tiene, muchísima, muchísima, muchísima vocación como es el padre José Carlos Muñoz, que levantó la mano y yo la levanté también. Desde entonces, yo mismo me fui convenciendo y me fui preparando. Es curioso porque me exigían muchísimo, hasta tal punto que el hermano José me obligaba a que dijera las lecciones en público para ir aprendiendo, con nueve o diez años, a predicar.

Yo, desde entonces, tenía la convicción profunda de mi poca preparación y de mi ignorancia en todo, que llegó a ser verdaderamente complejo de inferioridad. Desde ese mismo momento, empecé a desarrollar una cantidad de destrezas para aprender a hablar primero correctamente, después eficazmente y después bellamente, o sea, literariamente, pero a partir del complejo, que sigo manteniendo, de que yo era muy torpe, y eso me obliga a trabajar mucho.
 


-¿Afán de superación?

-Pero convencido todavía de que esas limitaciones las tengo, que soy muy torpe, subrayo el muy, y que soy muy ignorante, eso es lo que me obliga a trabajar tantísimas horas cada día para encontrar la palabra adecuada, que corrijo una y mil veces, y después cuando la leo impresa en periódicos o en libros, siempre veo que está mal.
 


-¿Es perfeccionismo?

-No sé, más que perfeccionismo es complejo de inferioridad, que efectivamente soy torpe.
 


-¿Tiene la culpa el hermano José?

-Bueno, el hermano José me exigía mucho, me llegué a acomplejar tantísimo que me ponía malo. El hermano José insistía en que yo tenía que sacar las primeras notas. Efectivamente las sacaba, pero gracias a unos esfuerzos sobrehumanos.
 


-¿Cuándo entra en el seminario?

-Entro a los 12 años, en Cádiz, y allí estoy durante 12 años, pero estudiando humanidades, filosofía y teología después, igual, haciendo unos esfuerzos enormes y sacando buenas notas gracias a unos esfuerzos sobrehumanos. Me quedaba noches enteras estudiando mucho para poder sacar las notas, y sacar muy buenas notas, por un ejercicio supremo, sobre todo, de autodisciplina. En La Viña, en el colegio de los hermanos, aprendí el esfuerzo, la necesidad de trabajar, que por otro lado yo copiaba de mis padres, a quienes más debo: durante toda su vida fueron unos trabajadores, o sea que el modelo de vida que mamé en mi propia casa fue el del trabajo permanente. Mi padre trabajaba día y noche durante los siete días de la semana, y mi madre trabajaba, día y noche, hasta las cinco de la mañana o las seis, para poder alimentar a sus hijos. Mi padre era mecánico y mi madre trabajaba de costurera. Lo que viví con ellos fue ese modelo de trabajo, el trabajo diario y permanente, eso lo fui copiando.
 


-¿Cómo fueron sus primeros años de cura?

-Cuando salí del seminario, ordenado de cura, estuve un año en Tarifa. Con 24 años, en 1961, me destinan a Tarifa. Allí, me dediqué con el médico y el farmacéutico a hacer un instituto de segunda enseñanza, un centro dependiente del instituto de Algeciras, para dar clases de Bachillerato. Al año me destinan de párroco a San Pablo de Buceite. Llego con una ilusión tremenda y me doy cuenta de que no tiene iglesia, nunca ha tenido cura, y entonces me dedico fundamentalmente, al darme cuenta que un gran número de personas están juntas pero no casadas, con grandes problemas económicos, a arreglarle los papeles, como es natural totalmente gratis, y a, como ellos decían, echarle las bendiciones. Y poco a poco, entre todo el pueblo, a ir construyendo una iglesia que al año, justamente, fue consagrada por el obispo Tomás Gutiérrez Díaz.

A los dos años hay problemas en Jimena, ya con Añoveros de obispo, con dos parroquias enfrentadas y el pueblo dividido. Añoveros me envió para unir al pueblo, donde había muchísima pobreza. Iban a pedirme leche en polvo y me decían: "Padre, me puede usted dar un poquito de leche en polvo, con perdón de la palabra".
 


-Y después, ¿vuelve a Cádiz?

-Estuve dos años, y entonces Añoveros, mi gran obispo, me dijo que formara a los seminaristas. Y estoy durante diez años de rector de seminario. Añoveros me pidió entonces que estudiara una carrera civil porque le interesaba hacer del seminario un centro de estudios universitarios. Y me obliga, a mí no se me había pasado por la cabeza, a estudiar Filosofía y Letras, y estoy con una pierna en el seminario y otra en la universidad, tres años en Cádiz y dos en Sevilla, que así era entonces.
 


-Otra vez a estudiar.

-Creo que soy, fundamentalmente, no un estudioso especialista en diferentes materias, no, no soy estudioso, soy estudiante, hasta tal punto que mi actitud fundamental, de siempre, era la del estudiante que continuamente está cogiendo apuntes y estudiando. Eso ha sido una actitud permanente que sigo manteniendo todavía. Durante los 30 años que he sido catedrático de la Universidad, ahora soy emérito y sigo dando clases, yo voy para aprender de los alumnos, sigo aprendiendo. Mi teoría fundamental del lenguaje es que la palabra vale solo, solo y solo, tres veces lo digo, cuando hay respuesta; pero para que haya respuesta debe haber preguntas, hay que interpretar preguntas, hay que estar atentos a la pregunta. Mis exámenes consistían en que llevaran todos los libros que quisieran y todos los apuntes, y que hicieran su propia síntesis crítica de lo que estaban leyendo de autores importantes o insignificantes, y que cada uno de ellos elaborara su propia teoría.
 


-¿Como las encerronas de las oposiciones?

-Exactamente, porque si yo aprendía de los alumnos, el objetivo mío en la enseñanza era desarrollar el espíritu crítico de las palabras, de los textos, para que fueran críticos con la vida, para que después respondieran a la vida con su compromiso personal.
 
D. Antonio Añoveros Ataún (Obispo auxiliar y titular
de la diócesis de Cádiz y Ceuta entre 1954/1971)


-¿Hay crisis vocacional cuando se plantea salir del seminario?

-No, ya verás, no hay crisis... Sigo el discurso: Añoveros, y después Dorado, con mucha lucidez, advierten que el trabajo en la universidad es fundamental, la presencia activa es importantísima, porque cada vez más se está alejando, como ocurrió anteriormente con el mundo obrero, de la iglesia, y querían tener allí una presencia. Una presencia entre el alumnado, como un alumno más. Yo entonces, a pesar de ser rector del seminario, convivo con todos como alumno.
 


-¿Sus compañeros sabían que usted era sacerdote?

-Bueno, tanto que yo iba con cleriman muy riguroso negro. Yo me integro totalmente, como me pide el Concilio, el Papa, el obispo y el sentido común, yo me integro y soy un estudiante más: cogiendo apuntes, estudiando, sufriendo, y asustado con la posibilidad de cate porque yo tengo que desarrollar el trabajo como rector.

Y llega un momento en que veo la evolución que del seminario. Además, se da la circunstancia de que a Añoveros lo destinan. Y me encuentro en esa época en la que no hay obispo que unos curas empiezan a tirarme de un brazo, diciendo que yo soy el culpable de que aquello se haya caído, y otros también se ponen en contra de mí porque dicen que sigo manteniendo la institución. La división que en mí produce aquello... Mientras que en la universidad, entre los compañeros, me siento extraordinariamente integrado y querido, y entre el profesorado. Yo me encuentro por un lado muy querido y allí con ese trabajo que desarrollo como testimonio, que parecía importante sin clericalizar la universidad, y en diálogo permanente con los profesores y con los alumnos. Yo me siento profundísimamente dividido; ¿qué hago yo y qué tengo que hacer? Entonces, hago un informe muy detallado de mi división interna, contando la vida como te he contado desde que era cura, y que de todas formas hacía lo que la Santa Sede me dijera: o que rompía con toda la carrera civil y con mi compromiso con la universidad, y me iba al pueblo que quisieran ellos, o que me integraba en la universidad. Muchos curas solicitaron la secularización, pero yo había mandado un informe.
 


-No lo habían entendido como solicitud.

-Bueno, yo expuse mi situación. Y entonces me llama el obispo, ya Dorado, y me dice: "Esto ha sido milagroso, que te han concedido la secularización". En ese momento, le dije que mi situación no cambiaba, que estaba a sus órdenes, a su disposición, para sólo, todo y cómo lo que me pidiera, mientras no iba a hacer nada, y me dedico a la Universidad.
 
D. Antonio Dorado Soto (Obispo de la diócesis
de Cádiz y Ceuta entre 1973/1993)


-¿Cuándo da el paso de casarse?

-Ni había pasado por mi cabeza casarme. Una vez que me habían concedido la secularización, yo vivía en mi casa con mi padre. Y un día, mi hermano, mi hermana, mi cuñado, mi cuñada: "Pepe, ¿tú por qué no te casas?". Inmediatamente, ¿en quien pensé?: en María del Carmen García Tejera, que era profesora y había sido compañera mía. Por lo tanto, yo la conocía suficientemente, pero lo mismo que a otras más. Me lo planteé, y descaradamente fui y se lo dije.
 


-¿Prepara la universidad a los alumnos?

-(Se lo piensa mucho). Hemos partido del supuesto de que la preparación, incluso la profesional, la da la vida y el ejercicio profesional. Esto es un principio teórico; aprendemos a vivir viviendo y aprendemos una profesión ejerciéndola. Segundo, en los momentos actuales, teniendo en cuenta el ritmo vertiginoso con el que suceden los acontecimientos, la información e incluso la destreza que te ofrece cualquier institución educadora o de enseñanza, en cualquier nivel, se convierte en obsoleto, inservible, al día siguiente. Por lo tanto, la universidad es radicalmente insuficiente, pero de todas maneras, en relación con universidades antiguas ha mejorado en la medida en que está más en la vida económica, social, política y cultural.
 


-¿Ha notado que los alumnos, en sus últimos años de universidad, llegaron peor preparados de Secundaria y Bachillerato?

-No, yo en contra de lo que se dice, no, no; es una preparación diferente. Gracias a la vida abierta, a los medios de comunicación, a internet y gracias a su participación, tienen una preparación diferente. Puede que no recuerden de memoria los ríos de España, pero se han bañado en la mayoría de los ríos de España. Son diferentes, son diferentes.
 


-¿Y llegan hablando de otra manera?

-El problema de los alumnos es que el aprendizaje de lenguajes, la actualización de lenguajes, exige también mucho esfuerzo y mucha disciplina, y la ley suprema del lenguaje, que es la economía, se lleva hasta las últimas consecuencias. Es una ley de la lingüística general, pero hay que tener cuidado porque se llega a las últimas consecuencias, al empobrecimiento.
 


-¿Que es más importante, hablar bien o comunicar bien?

-Comunicar.
 


-¿Y se puede comunicar hablando mal?

-Sí, pero ya verás. A ver... yo defiendo la corrección. La corrección es una exigencia social y es un deber cívico para defender la lengua como instrumento social común. La corrección es fundamental para defender la lengua como vínculo de unión y como vehículo de comunicación social. De todas maneras, como me pregunta qué es más importante, se puede comunicar siendo algunas veces incorrecto. Hay políticos que articulan fonéticamente mal, pero que comunican muchísimo. Hay quien comete faltas de ortografía hablando.
 


-Ahora que estamos en una biblioteca con cientos de libros, ¿qué hacemos con el papel, cuál es el futuro?

-Primero, se mantendrá; segundo, sigue perdiendo y va a perder mucha amplitud, extensión, dominio, y tercero, el libro electrónico va a ir ganándole terreno. La evolución es inevitable. Las librerías van a permanecer, con mayor prestigio incluso, pero muy reducidas, y las bibliotecas van a quedar como reliquias que van a ir cobrando cada vez más valor.
 


-¿Qué obituario tendrían entonces las librerías y el papel?

-(Ríe y se lo piensa) Seguirán siendo fuentes perennes de luz y de vida, cada vez más reducidas, cada vez más valiosas, porque serán reliquias.
 


-La palabra seguirá llegando.

-Y la palabra transcrita en diferentes soportes, el papel es un soporte más que va a quedar reducido. Estoy convencido de que estos soportes electrónicos cada vez se van a desarrollar más. No olvidemos que el papel es un soporte.
 


-Ya que hablábamos de los obituarios, dígame cómo los vive.

-Hay tres palabras claves en mi comportamiento profesional, y yo eso lo interpreto también como comportamiento profesional, ciudadano y social: respeto, servicio y gratitud. Yo, efectivamente, comprendiendo la dificultad de la vida, lo duro que es por un lado y lo gratificante que es al mismo tiempo, cuando miro a mi alrededor, a cualquier persona, siento en primer lugar muchísimo respeto porque entiendo las dificultades que está pasando, y gratitud por lo mucho que me están enseñando. Si hablo de alguien que ha fallecido, seleccionaría cuatro cualidades porque en última instancia es lo que ha aportado. Tanto los obituarios como los perfiles pertenecen al género epidíctico, que consiste en subrayar aspectos positivos. Y hago otro ejercicio para descubrir cuáles son esos rasgos pertinentes que verdaderamente lo definen, y es un gesto de gratitud a él por lo que me enseña y me ayuda.



«56.- ASUMIR LA REALIDAD»
(Hacia un nuevo humanismo),
por José Antonio Hernández Guerrero

El primer paso para cambiar la realidad
es conocerla y asumirla





Podemos cerrar los ojos ante los objetos físicos y ante los sucesos reales: podemos ignorarlos, olvidarlos e, incluso, negarlos; pero no está en nuestras manos hacerlos desaparecer como si no hubieran existido. La realidad es tozuda, irrenunciable y, cuando le somos infieles, pagamos sus graves consecuencias de nuestro autoengaño. Por mucho que lo empujemos, el corcho vuelve a salir a flote. No podemos hacer concesiones sobre la gravedad o sobre la dureza de los materiales o sobre la impenetrabilidad de los cuerpos. La realidad física y biológica tiene una naturaleza que hemos de reconocer y aceptar humildemente: si la desconocemos o negamos, se "venga" a su manera de nosotros con un sistema implacable de resistencias y de reacciones.


Pero tengamos en cuenta que la realidad no es sólo física y biológica: es también humana, personal, psicológica, social e histórica. Sus estructuras son más complejas y, por eso, más difíciles de descubrir, de definir y de precisar; pero no por eso son menos efectivas. Y el error respecto a ellas o la falta de respeto también los pagamos con desastres.


Algunos calvos con las pelucas o con un hábil peinado, no sólo disimulan la carencia de pelos y simulan una gran pelambrera sino que, además, tratan de convencernos a los demás y a ellos mismos de que gozan de una poblada cabellera. No caen en la cuenta de que el disimulo aumenta los defectos y exagera los excesos; pero los engaños suelen ser traicioneros. Podemos corregir y debemos mejorar nuestra manera de ser, pero no cambiar nuestra naturaleza. Los esfuerzos en este sentido generan frustración y tristeza. ¡Hay que ver lo frecuente que es que los ignorantes finjamos ciencia, los torpes simulemos talento, los "malages" aparentemos gracia, los feos presumamos de elegancia, los perversos alardeemos de bondad, los cobardes nos jactemos de valentía, los orgullosos nos vanagloriemos de humildad! No tenemos en cuenta que las falsedades y las falsificaciones producen risa, pena y lástima.



José Antonio Hernández Guerrero, reflexiona, semanalmente en nuestro “blog”, sobre el sentido de la dignidad humana y el nuevo humanismo.
55.- «AMISTAD» Los seres humanos, para llegar a ser nosotros mismos, necesitamos que un amigo nos explique, con claridad y con tacto, quiénes y cómo somos.
(Hacia un nuevo humanismo)





viernes, 31 de julio de 2015

CONSTRUYENDO IGLESIA EN LAS
PERIFERIAS DEL MUNDO OBRERO

Editorial de Noticias Obreras núm. 1574 - Agosto 2015



CONSTRUYENDO IGLESIA EN LAS PERIFERIAS DEL MUNDO OBRERO
Editorial de Noticias Obreras núm. 1574 — Agosto 2015

 

Del 13 al 16 de agosto se celebra en Segovia la XIII Asamblea General de la HOAC.

 

Es la culminación de un proceso de reflexión, diálogo y oración en el que las y los militantes de la HOAC hemos compartido una visión común de la actual situación del mundo obrero y del trabajo, de la situación de la Iglesia, y hemos revisado las propuestas de vida y acción de nuestra XII Asamblea General, celebrada en 2009.

 

Desde esas premisas, la Asamblea servirá para tomar decisiones sobre cómo queremos ser, vivir y actuar en los próximos años como comunidad eclesial que quiere vivir y testimoniar a Jesús en medio del sufrimiento, el empobrecimiento y la inequidad que sufren hoy tantas personas y familias trabajadoras, para seguir construyendo Iglesia en las periferias del mundo obrero, como dice el lema de la Asamblea.

 

 

En la HOAC estamos viviendo este proceso asambleario con ilusión y esperanza, pero también con dolor.

 

Son tiempos de mucho sufrimiento en el mundo obrero y del trabajo.  La crónica injusticia que padece, resultado de la mercantilización de las personas por la reducción del trabajo humano a mercancía, ha devenido los últimos años en más explotación, más desigualdad, más precariedad vital, más empobrecimiento y exclusión, por la extensión de la inmisericorde lógica mercantil que nos ha llevado a la crisis y que se ha seguido aplicando para la salida de ella.

 

Son tiempos difíciles para muchas personas y familias trabajadoras, víctimas sacrificadas al ídolo del dinero, a un individualismo atroz e inhumano.

 

Son tiempos que reclaman cambios muy profundos en la forma de vivir y de hacer las cosas, para poner de verdad la dignidad de las personas, y en particular las necesidades de los empobrecidos y excluidos, en el centro de la vida social.

 

Son tiempos que reclaman a gritos justicia, trabajo digno y solidaridad.

 

Son tiempos, como dice constantemente el papa Francisco, de poner en primer lugar «la inclusión social de los pobres» para acabar con tanto sufrimiento y hacer posible el ser y el vivir con dignidad de todas las personas.  Y, por ello, para la Iglesia, servidora de la humanidad en fidelidad a Jesucristo.

 

Son tiempos de hacer plenamente verdad en nuestras vidas que «cada cristiano y cada comunidad cristiana están llamadas a ser instrumentos de Dios para la liberación y promoción de los pobres» («Evangelii gaudium», 187).

 

 

En la raíz de la enorme fractura social, de las desigualdades y el empobrecimiento que padecemos, hay una profunda disolución de lo humano, una gran deformación del sentido de nuestra humanidad.  Por eso, estamos convencidos de que responder hoy a las necesidades de los empobrecidos del mundo obrero pasa, más que nunca, por proponer un proyecto de humanidad, la forma de vida que nos muestra y propone Jesucristo como la más plenamente humana.

 

Una propuesta de vida cuyo centro es la comunión en el amor y la libertad, uniendo amor y justicia como camino de realización humana y de construcción de una sociedad justa y fraterna.

 
Hemos construido una sociedad deforme y una humanidad deformada porque hemos seguido un camino que rompe en la práctica la dignidad humana; el camino de poner en primer lugar la búsqueda del propio interés, conveniencia o gusto, creyendo que así podemos ser felices y realizar nuestra humanidad. Pero no, ese camino es el que provoca injusticia, empobrecimiento e inhumanidad, porque nos aleja de nuestra vocación a la comunión.

 

Necesitamos redescubrir que nuestra humanidad crece cuando ponemos en el centro al otro, buscando ante todo que el otro pueda vivir. Así podremos construir relaciones personales y sociales humanas, justas y fraternas. Solo así.





Este es el cambio de raíz que necesitamos.


Esa es la propuesta de vida que necesita nuestra sociedad, nuestro mundo obrero y del trabajo, y la que necesitamos vivir con más intensidad la Iglesia y, en ella, la HOAC, haciendo más realidad en nuestra vida que «cuando la Iglesia convoca a la tarea evangelizadora, no hace más que indicar a los cristianos el verdadero dinamismo de la realización personal…, la vida se alcanza y madura a medida que se la entrega para dar vida a los otros.  Eso es en definitiva la misión»Evangelii gaudium», 10).


Pedimos a Dios que nuestra XIII Asamblea General la aprovechemos como una oportunidad para crecer en esta manera de ser y de vivir.¢



Editorial:
Noticias Obreras 1.574 AGOSTO 2015 Pág.313
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#EditorialNNOO 


NOTICIAS OBRERAS DE AGOSTO 2015:
«CONSTRUYENDO IGLESIA EN LAS
PERIFERIAS DEL MUNDO OBRERO».


Editorial de Noticias Obreras
Núm. 1.574 - AGOSTO 2015


«Nuestra humanidad crece cuando ponemos en el centro al otro, buscando ante todo que el otro pueda vivir».








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EL VÍNCULO ETERNO QUE SELLÓ LA ABUELA



Juani de Miguel | La abuela Sierrita ha dejado un recuerdo que perdurará en todos los que la conocieron. La madre de los militantes de la HOAC Francisco y Miguel Güeto murió a punto de cumplir 99 años. Una de sus nueras, recuerda su fácil integración en su familia y en la vida hoacista.


María de la Sierra, bautizada así en honor de la patrona de la localidad cordobesa de Cabra, siempre vestía de marrón. Ese era el compromiso que prometió antes de ser operada a causa de una enfermedad de su juventud.


Ha vivido con nosotros treinta y tres años, desde que se quedó viuda. Todos sus hijos, repartidos por Cataluña, se ofrecieron a acogerla en sus casas y no tuvo inconveniente en trasladarse por turnos. Al final decidió quedarse con nosotros, con la familia de su hijo pequeño. Llevábamos año y medio casados. Se acopló enseguida a nuestra casa, la clave estuvo en dejarla hacer y que se sintiera útil.


Enseguida asumió las tareas de la casa. Nosotros trabajábamos por las mañanas y estudiábamos por las tardes. Ha estado cocinando sus recetas tradicionales hasta los 94 años. Los nietos recopilaron su saber gastronómico en un recetario con más de 80 platos que todos conservan como un tesoro.


El nacimiento de nuestras dos hijas fue un motivo de gran ilusión para ella, que solo había tenido hijos varones. Sus nietas la han considerado casi como su madre. En la boda de su primer nieto, estaba radiante de alegría y hasta bailó con él, a pesar de no haberlo hecho nunca. En el enlace de su nieta nos vestimos con trajes medievales. Ella también, aunque de color marrón.


En sus últimos cuatro años de vida, la familia se comprometió a celebrar su cumpleaños durante un fin de semana para poder estar todos juntos. Hijos, nietos y biznietos venían de Cataluña, Cádiz, Córdoba y Granada. Éramos conscientes de que era un regalo del Señor el contar con su presencia y lucidez y de que teníamos que aprovecharlo para consolidar las relaciones entre todos, disfrutar de ella y aprender de la historia familiar. Este año, ya sin su presencia física, hemos vuelto a celebrar su cumpleaños, que habría sido el número 100.


Entre suegra y nuera nunca hubo un roce, siempre imperó el respeto, la educación y el cariño. Nunca se inmiscuyó en nuestras decisiones, aunque, eso sí, con tacto, nos daba su parecer y mantenía silencio cuando no compartía del todo nuestras ideas. En el barrio, siempre nos han visto juntas cogidas del brazo, nuestro trato sorprendía a los vecinos. El ejemplo de su madre –una mujer pequeña de estatura pero grande de corazón que ayudaba mucho a sus vecinos, los cuales venían en su busca– siempre fue una referencia.


Con 86 años le operaron de divertículos y le realizaron una coloctomía. Le costó acostumbrarse pero le daba ánimos y aprendimos a cambiar las bolsas y a superar los inconvenientes que suponía. Luego me tocó a mí operarme de un tumor y ella, con 96 años, se empeñaba en acompañarme a las sesiones de radioterapia, de Cábra a Córdoba, y más de una ocasión lo hizo.


Se apuntaba a acompañarnos allí donde fuéramos. Nos hemos movido sin dificultad, casi hasta el final de su vida. Juntos hemos ido a Bélgica, hemos viajado a menudo a Barcelona, hemos ido al teatro, al cine, al campo, de turismo…

María de la Sierra junto a Juani de Miguel.

Era creyente, íbamos juntas a la Eucaristía dominical. Nos acompañaba en todas las actividades de la HOAC. Todos los viernes del curso se venía a las reuniones del Equipo, donde era una más, aunque no hablara, por respeto. También asistía a las asambleas, los retiros, las convivencias, incluso a dos Cursos de Verano y a una Asamblea General. Participó en la manifestación final en Córdoba del gesto de Andalucía «La persona es lo primero». Era muy conocida pues tenía un carácter muy abierto y extrovertido.


En 2010, tras ser operada de un tumor de mama, pasé cuatro meses de baja. En ese tiempo le di vueltas a si podíamos vivir con menos (había pedido una reducción de jornada cuando mis hijas eran adolescentes), para dedicarme al cuidado de la abuela y a mis compromisos como militante cristiana. También era una forma de practicar el «reparto del trabajo». Pedí una excedencia de cuatro años.


Enferma en sus últimos meses de vida, la hemos cuidado con todo el cariño. Por la noche, al ir a la cama, la ayudaba a desvestirse, le cambiaba la bolsa de coloctomía, la arropaba, le daba un beso y le deseaba las buenas noches, a lo que me contestaba: «que Dios te de la gloria». Han sido muchos años de convivencia y de complicidad. Me han ayudado a entender mejor a las personas mayores y reconocer su papel en nuestras familias y en la sociedad.


Toda la familia hemos aprendido mucho de ella. Hemos recibido mucho más de lo que hemos dado. Solo nos cabe dar gracias al Padre por haber podido compartir nuestra vida con ella; las palabras que figuran en su lápida y que son un extracto de la homilía de la Eucaristía de su funeral resumen mis sentimientos y los de toda la familia. «Nos dejó el regalo de sus cuidados, de su ternura y de su buen hacer como guía para toda nuestra familia».

Convivencia de la Familia Güeto, con motivo del cumpleaños de la abuela Sierrita.

¿Qué dice la Iglesia?

El amor se expresa también mediante la atención esmerada de los ancianos que viven en la familia: su presencia supone un gran valor. Son un ejemplo de vinculación entre generaciones, un recurso para el bienestar de la familia y de toda la sociedad: «No solo pueden dar testimonio de que hay aspectos de la vida, como los valores humanos y culturales, morales y sociales, que no se miden en términos económicos o funcionales, sino ofrecer también una aportación eficaz en el ámbito laboral y en el de la responsabilidad» CDSI, 222.


lunes, 27 de julio de 2015

ORAR EN EL MUNDO OBRERO:
«YO SOY EL PAN DE VIDA»
18ª SEMANA DE T.O.
(02 agosto 2015) Ciclo “B”


VER: 

La recuperación económica ya es un hecho.
Esta cantinela ya viene repitiéndola el señor Rajoy
hace tiempo con su particular gracejo:
“La recuperación económica y social
ya se vive en los mostradores
e los pequeños negocios o
en los pedidos a los proveedores,
en las barras de las cafeterías
o en las mesas de los restaurantes,
o en las nóminas de muchos españoles
y en el interior de los hogares”… 
 



Dibujos de Cerezo



ORAR EN EL MUNDO OBRERO
Ciclo “B”  (2014 — 2015)

«YO SOY EL PAN DE VIDA» 

18ª SEMANA DE T.O.
(02 de agosto de 2015)
 

«Hay que trabajar,
hay que ganarse el alimento,
—condición básica para compartir—
(hablamos de “trabajo digno”,
no de un “empleo vil”),
pero sobre todo hay que trabajar
“por el alimento que dura
dando vida definitiva”
:
el Amor personal y político».



 


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02 de agosto de 2015
18º DOMINGO TIEMPO ORDINARIO (B)




 
Lectura del libro del Éxodo. 16, 2-4. 12-15
Yo haré llover pan del cielo.

Salmo 77, 3. 4b. 23-24. 25 y 54
El Señor les dio un trigo celeste.

Lectura de la carta de apóstol San Pablo a los Efesios. 4, 17. 20-24
Vestíos de la nueva condición humana, creada a imagen de Dios.

Lectura del santo Evangelio según San Juan. 6, 24-35
El que viene a mí no pasará hambre,
y el que cree en mí no pasará nunca sed.

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Danos siempre de ese pan.
El hombre no puede vivir sin seguridades.
Por esta causa busca lo que le da estabilidad en su vida.
A diferencia del maná que no libraba a Israel de la incerteza cotidiana (1 lect.),
Jesús se presenta como el "pan de vida" que sacia para siempre (Ev.)
y nos invita a renovarnos en la mente y en el espíritu. (2 lect.).



 

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31/07/2015 - San Ignacio de Loyola (B)


Lectura del libro del Deuteronomio 30,15-20
Hoy te pongo delante bendición y maldición.

Salmo 1, 1-2. 3. 4 y 6
Su gozo es la ley del Señor.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 10,31_11,1
Seguid mi ejemplo como yo el de Cristo.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 9,18-26
¿Quién dice la gente que soy yo?.


Las oraciones semanales y el material de la HOAC
lo podéis encontrar archivado en:
http://issuu.com/hoac/docs


sábado, 25 de julio de 2015

«55.- AMISTAD»
(Hacia un nuevo humanismo),
por José Antonio Hernández Guerrero

Los seres humanos, para llegar a ser
nosotros mismos, necesitamos
que un amigo nos explique,
con claridad y con tacto,
quiénes y cómo somos.




Parto del supuesto de que la amistad es un sentimiento, un estímulo, un compromiso y, sobre todo, un ámbito de comunicación más que una obligación de colaboración. Es una relación interpersonal que, basada en una afinidad espiritual, tiende a un acompañamiento vital.


El amigo es otro ser próximo y semejante que nos comprende, aunque no le expliquemos todas las razones de nuestros comportamientos; es el intérprete que identifica las claves de nuestra peculiar manera de ser, aunque no analice psicológicamente nuestro temperamento; es el exégeta que descifra el sentido profundo de nuestros pensamientos, aunque no se lo formulemos con palabras; es el experto que alcanza la razón última de nuestros deseos íntimos y llega hasta las raíces ocultas de nuestros temores secretos, aunque no haya vivido nuestras propias experiencias.


Los seres humanos, para llegar a ser nosotros mismos -sea cual sea el escalón temporal o social en el que nos encontremos- necesitamos que alguien nos explique, con claridad y con tacto, quiénes y cómo somos; necesitamos que nos diga cómo suena nuestra voz, cómo cae nuestra figura y cómo se interpretan nuestras palabras.


La amistad, como todos hemos podido experimentar, constituye uno de los factores más eficientes para fortalecer los mecanismos de defensa de la salud mental y biológica. Estudios recientes como, por ejemplo, los de la profesora Julianne Holt-Lunstad, de la Universidad Brigham Young de Utah, en Estados Unidos, han demostrado cómo las personas que cultivan la amistad mantienen la tensión más baja, sufren menos estrés, sus defensas son más robustas y viven más tiempo. Sus análisis ponen de manifiesto que “aumenta en un 50% las probabilidades de vivir más si confeccionamos una sólida red de relaciones sociales”. No es extraño, por lo tanto, que el Papa Francisco nos anime para que establezcamos permanentes relaciones de amistad, con las cosas y, sobre todo, con las personas, y que estemos dispuestos a descubrir en ellas su sentido, sus valores y su trascendencia.


José Antonio Hernández Guerrero, reflexiona, semanalmente en nuestro “blog”, sobre el sentido de la dignidad humana y el nuevo humanismo.
54.- «LA APÁTICA INDIFERENCIA»
(Hacia un nuevo humanismo)





miércoles, 22 de julio de 2015

ORAR EN EL MUNDO OBRERO:
«LA MULTIPLICACIÓN DE LOS PANES»
17ª SEMANA DE T.O.
(26 julio 2015) Ciclo “B”


VER: 

Vamos a fijarnos en aquellos
hermanos nuestros

que han querido
acompañar con su vida
la infame realidad
de los excluidos y marginados,
de los olvidados y descartados…
vueltos ellos mismos uno más
de los empobrecidos y vejados
del mundo obrero…
 



Dibujos de Cerezo



ORAR EN EL MUNDO OBRERO
Ciclo “B”  (2014 — 2015)

«LA MULTIPLICACIÓN DE LOS PANES» 

17ª SEMANA DE T.O.
(26 de julio de 2015)
 

«Lo que Jesús ha unido
no lo separemos nosotros:
evangelio y economía de la fraternidad,
para conseguir la comunicación
universal de bienes.
Palabra sin economía,
pura ideología;
pan sin evangelio,
“caridad” clasista…».



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26 de julio de 2015
17º DOMINGO TIEMPO ORDINARIO (B)


Lectura del libro segundo de los Reyes. 4, 42-44
Comerán y sobrará.

Salmo 144, 10-11. 15-16. 17-18
Abres tu mano, Señor, y sacias.

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Efesios. 4, 1-6
Un solo cuerpo, un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo.

Lectura del santo Evangelio según San Juan. 6, 1-15
Repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron.
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Dios es generoso.

Durante cinco domingos seguidos se proclamará en el Evangelio
el discurso de Jesús sobre el "pan de vida".

Dios se vale del profeta Eliseo y de su criado
para alimentar a su pueblo hambriento(1 lect.).

La multiplicación de los panes y peces
es el gran signo de la era mesiánica:

Dios sacia el hambre de su pueblo (Ev.).

Pablo exhorta a conformar la vida según la vocación
a la que Dios llama. (2 lect.).


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25 de julio de 2015
SANTIAGO, APÓSTOL (B)


Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 4,33; 5,12. 27-33; 12,2
El rey Herodes hizo pasar a cuchillo a Santiago.

Salmo 66, 2-3. 5. 7-8
Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 4,7-15
Llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 20,20-28
Mi cáliz lo beberéis.
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Acción misionera y martirial del apóstol Santiago.

En la celebración eucarística de hoy recordamos
la vida y muerte del apóstol Santiago.

La primera lectura describe el martirio del apóstol,
el texto es considerado como un acta martirial (1 lect.).

Santiago fue el primer apóstol que entregó su vida por el Evangelio
bebiendo el cáliz predicho por Jesús (Ev.).

Pablo teologiza sobre la vocación martirial que conlleva
la muerte y resurrección de Cristo. (2 lect.).

Las oraciones semanales y el material de la HOAC
lo podéis encontrar archivado en:
http://issuu.com/hoac/docs